viernes, 13 de septiembre de 2013

Música y poesía para el maestro arpista Amado Lovera

Familiares y amigos lo despidieron emotivamente


07/09/2013.- En la mañana del jueves 5 de septiembre, un grupo de familiares y amigos del maestro arpista Amado Lovera -fallecido el pasado 3 de septiembre en Puerto La Cruz- se encontraron para brindar un espontáneo y muy sentido homenaje al Uña de Oro de Venezuela. Decidieron, entonces, asistir al espacio que Lovera, junto a grandes hombres y mujeres de la cultura venezolana ayudaron a crear: la Casa del Artista.

Hugo Blanco, Mario Suárez, Valentín Carusí, María Laya, Henry Rubio, Marina Villarroel, Isabelita y Rafael Ángel los hermanos Aparicio, Víctor Morillo, -El Tricolor de Venezuela-, Lía Touzent, Ramón Hernández, Jesús Colmenares, Cristóbal Jiménez, Nora Suárez, Peter Taffi, Enemecio Sánchez -El Gabán Tacateño-, Sol Musset y Frank Maneiro, fueron algunos de los amigos que acompañaron y homenajearon al gran arpista. A las palabras entrecortadas, los fuertes abrazos y las inevitables lágrimas se unieron la música de arpas, maracas y mandolinas, la entonación de algunas de las muchas canciones que grabó y versos dedicados a su memoria.

Fueron muchas las palabras dichas sobre la vida de Lovera. Valentín Carusí, presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (Sacven), compartió con todos los presentes cómo conoció a Amado, cuando solo era un jovencito, y cómo el cantante Mario Suárez y él llegaron a quererlo como si fuera su propio hijo. Marina Villarroel, también, recordó sus encuentros de juventud, cuando ella y sus hermanos coincidían con Lovera para cantar y bailar esa música que han llevado siempre en el corazón. “A él le gustaba que yo le cantara”, aseguró la bailadora con la voz entrecortada.

El insigne Mario Suárez afirmó que “todos los artistas venezolanos y muchísimos extranjeros, grandes figuras como Plácido Domingo, Bobby Capó, Pedro Vargas… todos ellos supieron de la calidad del arpa de Amado Lovera”. Por su parte, el Tricolor de Venezuela habló de los años de lucha juntos en defensa de los artistas nacionales, de sus reivindicaciones sociales, de su reconocimiento.

Uno de los momentos más emotivos se dio cuando Valentín, un pequeño de 11 años hijo del músico, entonó el arpa en honor a su padre. Su magistral interpretación y el sonido del instrumento que marcó la vida de Lovera hicieron que las lágrimas asomaran y los aplausos vibraran en todos los presentes. Luego de esa especial manifestación de amor de su hijo, la música no dejó de sonar, pues todos los presentes deseaban interpretarla una vez más ante el maestro.

Finalmente, en horas de la tarde, se inició la despedida, pues Amado Lovera y sus familiares todavía tenían camino que recorrer antes de llegar a El Baúl, en el estado Cojedes, donde el pueblo entero espera ansioso la llegada del músico para homenajearlo y despedirlo. Antes de partir, los asistentes entonaron el Himno Nacional en señal de respeto y admiración. (FIN/Prensa MPPC)

T/ María Alejandra Hernández

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