martes, 22 de octubre de 2013

Bebidas que matan poco a poco


22/10/13.- El Gobierno mexicano busca combatir la creciente tasa de diabetes y sobrepeso aplicando un impuesto a las bebidas azucaradas como Coca-Cola y Pepsi. Según los expertos, cualquier medida orientada a disminuir el consumo de refrescos está justificada.
Coca-Cola y otros fabricantes de bebidas de México respondieron airadamente al plan, arguyendo que va a tener poco efecto sobre los problemas de peso y de salud de los habitantes del país.
Mientras tanto, la famosa médica Gloria Gilbert, citada por el sitio True Activist no comparte esta opinión, y destaca que la Coca-Cola sirve para todo menos para beber, ya que es nefasta para la salud. Pero ¿cómo afecta este producto al organismo humano?
QUÉ PASA CADA MINUTO
Estudios realizados describen lo que sucede luego del consumo de estas bebidas con alto contenido de azúcar:
Después de 10 minutos : Las 10 cucharadas de azúcar contenidas en un vaso de Cola suponen un golpe devastador para el organismo. Sin embargo, después de beber una lata de Coca-Cola una persona no vomita inmediatamente, ya que el ácido fosfórico suprime el efecto del azúcar.
Después de 20 minutos: Se produce un aumento de los niveles de insulina en el torrente sanguíneo. El hígado transforma todo el azúcar en grasa.
Después de 40 minutos: La ingestión de la cafeína ya se ha completado. Las pupilas se dilatan. La presión arterial aumenta pues el hígado libera más azúcar a la corriente sanguínea. Los receptores de adenosina se bloquean, impidiendo así la somnolencia.
Después de 45 minutos: El cuerpo incrementa la producción de dopamina, una hormona que estimula el centro de placer del cerebro y que tiene el mismo principio de funcionamiento que la heroína.
Después de 1 hora: El ácido fosfórico se une al calcio, al magnesio y al zinc en el tracto gastrointestinal, sobrealimentando así el metabolismo. Aumenta la eliminación de calcio a través de la orina. Al pasar este tiempo, se hace sentir el efecto diurético de la bebida. El organismo elimina calcio, magnesio y zinc, componentes de los huesos, así como el sodio. Aquí la persona se siente irritable o débil. En este contexto True Activist se pregunta si los consumidores son conscientes del “cóctel” que están ingiriendo cuando beben una botella de Coca-Cola y disfrutan de su innegable efecto refrescante.
El ingrediente activo de la Coca-Cola es el ácido ortofosfórico. Debido a su alta acidez, las cisternas en las que se transporta el concentrado tienen que ser resistentes a materiales altamente corrosivos.
La composición de uno de los productos más promocionados de la Coca-Cola, la Coca-Cola Light sin cafeína, deja mucho que desear. Esta bebida contiene agua carbonatada, E150d, E952, E950, E951, E338, E330, E211 y aromas.
El agua carbonatada es agua con gas. Provoca secreción gástrica, incrementa la acidez del jugo gástrico y causa flatulencia.
E150d: es un colorante artificial obtenido al procesar azúcar a determinadas temperaturas, con o sin adición de reactivos químicos. En el caso de la Coca-Cola, se le agrega sulfato de amonio.
E952: es ciclamato sódico, un sustituto del azúcar. El ciclamato es un producto químico sintético con un sabor 200 veces más dulce que el azúcar y que se utiliza como edulcorante artificial. En 1969 fue prohibido por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA), ya que esta substancia, igual que la sacarina y el aspartame, causó cáncer en la vejiga urinaria de ratas. En 1979 la OMS (Organización Mundial de la Salud) volvió a permitir el uso de ciclamatos.
E950: es acesulfamo de potasio, un compuesto 200 veces más dulce que el azúcar que contiene éter de metilo y desmejora el funcionamiento del sistema cardiovascular. Asimismo contiene ácido aspártico, una sustancia que también puede excitar el sistema nervioso y con el tiempo puede crear adicción.
E951: es aspartame, utilizado como sustituto del azúcar en productos para diabéticos. Es químicamente inestable, ya que a temperaturas elevadas se descompone en metanol y fenilalanina.
El metanol es muy peligroso: entre 5 y 10 mililitros son suficientes para destruir el nervio óptico y causar ceguera irreversible. Cuando los refrescos se calientan el aspartame se transforma en formaldehído, un potente carcinógeno.
E338: es ácido ortofosfórico. Puede causar irritación de la piel y los ojos. Se utiliza para la producción de sales de ácido fosfórico de amoníaco, sodio, calcio, aluminio y también en la síntesis orgánica para la producción de carbón vegetal y cintas de película, de materiales refractarios, cerámica, vidrio, fertilizantes, detergentes sintéticos, y en la industria médica, metalúrgica, textil y del petróleo.
E330: ácido cítrico. Se utiliza en la industria farmacéutica y en la alimentaria. Las sales de ácido cítrico se usan en la industria alimentaria y, en medicina, para conservar la sangre.
E211: es benzoato de sodio, utilizado como agente antiséptico y antifúngico en productos alimenticios como confituras, zumos y yogures de frutas. No se recomienda que lo consuman los asmáticos y las personas que son sensibles a la aspirina. Un estudio realizado por Peter Piper, de la británica Universidad de Sheffield, desveló que este compuesto causa un daño significativo y puede derivar en cirrosis y en enfermedades degenerativas como el Parkinson.
True Activist destaca que la aplicación más adecuada para la Coca-Cola es como producto para limpiar motores de camiones y eliminar el óxido de los tornillos, o también como quitamanchas o pesticida, como ya hacen en diversas partes del mundo.
Azúcar: la droga más peligrosa de la historia
El azúcar es una droga, al igual que el alcohol y el tabaco, por eso debe de ser controlada y etiquetada, insiste el responsable de Salud de Ámsterdam, Paul van der Velpen.
“Al igual que el alcohol y el tabaco, realmente el azúcar es una droga. Aquí se necesita un papel importante por parte del Gobierno. El uso del azúcar debe ser desalentado y los usuarios deben ser conscientes de los peligros”, dice el artículo de Paul van der Velpen, publicado en el sitio web oficial del área de Salud Pública de Ámsterdam.
ES UNA FORMA DE ADICCIÓN
Cita una investigación alegando que el azúcar, a diferencia de la grasa y otros alimentos, interfiere con el apetito del cuerpo creando un insaciable deseo de seguir comiendo, un efecto que la industria alimentaria utiliza para aumentar el consumo de sus productos.
Quien utiliza azúcar quiere más y más, incluso cuando ya no tienen hambre. “Por ejemplo, se puede ofrecer huevos a alguien y esta persona va a dejar de comer en un momento. Pero tras recibir las galletas va a seguir comiendo a pesar de los dolores de estómago”, argumentó Van der Velpen.
“El azúcar es una forma de adicción. Es tan difícil deshacerse de la tentación de comer alimentos dulces como el dejar de consumir tabaco. La terapia de adicción es mejor en este caso”, aseguró.
Van der Velpen propone impuestos sobre el azúcar y límites legales establecidos para la cantidad que se añade a los alimentos procesados. También hay que poner advertencias de peligro, al estilo de los cigarrillos, en los dulces y los refrescos para que informen que “el azúcar es adictivo y perjudicial para la salud”.
“Las escuelas no deben vender dulces y refrescos. Los productores de bebidas deportivas que están llenas de azúcar deben ser demandados por publicidad engañosa”, propone el experto holandés.
DIABETES Y CÁNCER
El azúcar, al igual que las drogas, fue creada artificialmente por los humanos. Sus efectos en el organismo de los mamíferos todavía se desconocen, pero en las últimas décadas han aparecido estudios que vinculan el consumo de azúcar con el aumento brusco de la diabetes y el cáncer, así como con las enfermedades cardiovasculares, del sistema nervioso y digestivo. Es más, provoca desórdenes en la función de las células, aumenta el nivel de las plaquetas y provoca el síndrome de déficit de atención con hiperactividad entre los niños.
RUSSIA TODAY
ILUSTRACIÓN UNCAS

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