Esta
semana comenzó con un debate en el Parlamento de Grecia convocado por
la oposición oficial (los animadores principales de la troika, aunque no
los únicos) con el propósito de, en algún momento, levantar cargos
contra mí por atreverme a enfrentarme a la troika mientras era ministro
de Finanzas durante los seis primeros meses de 2015.
La
troika, que había organizado un pánico bancario antes de que yo me
trasladara al Ministerio, que me había amenazado con el cierre de los
bancos tres días después de que asumiera el Ministerio, y que procedió a
cerrar nuestros bancos, ahora se movía para acusarme de… cierres
bancarios y controles de capital. Como un matón vulgar, la troika se
mostró inmensamente entusiasta en culpar a sus víctimas, y en violar y
vilipendiar a cualquiera que se atreviera a resistir a su brutalidad.
Mi
reacción a las acusaciones de la troika, y a la amenaza de ser
arrastrado frente a una investigación judicial, fue simple:
“¡Adelante!”, “os plantaré cara”, les desafié “en cualquier foro que
queráis: ¡En un anfiteatro, en un canal de televisión o hasta en un
juzgado!” Al final, se acobardaron y la moción parlamentaria fue
derrotada ya que algunos de ellos (un pequeño partido que normalmente
está sometido a la troika) votaron estratégicamente en contra.
El sacrificio de Grecia
Varoufakis con Lagarde. Y entonces, para dar el remate a esta semana de tundas a la troika, el informe de la Oficina de Evaluación Independiente del FMI
(IEO, por sus siglas en inglés) salió a la luz. Es una evaluación
brutal, que no deja lugar a dudas sobre la economía vulgar y la
diplomacia de bombardeo empleada por la troika. Pone al FMI, al BCE y a
la Comisión en un aprieto: o recuperan un poco de legitimidad al
admitirlo y despedir a los funcionarios con mayor responsabilidad o no
hacen nada, poniéndole el turbo al descontento que los ciudadanos
europeos sienten hacia la UE, acelerando la deconstrucción de la UE.
Mientras
yo estaba en el Ministerio, negociando con esos tipos, la prensa
amigable a la troika (o tal vez debería decir dependiente de la troika)
argumentaba que no estaba preparado para llevar estas negociaciones,
puesto que me había atrevido a insinuar que, desde 2010 hasta 2014, el
FMI, el BCE y la Comisión habían estado ahogando fiscalmente a Grecia,
causando una Gran Depresión innecesaria como consecuencia de su brutal
imposición de políticas macroeconómicamente incompetentes. La prensa
del establishment afirmaba que un ministro de Finanzas de una pequeña
nación en bancarrota, que estaba siendo ahogada por los poderosos
funcionarios de la troika, no podía permitirse decir, ya fuera en
público o en privado, que su pequeña nación en bancarrota estaba siendo
ahogada.
Mi
respuesta fue que ya habíamos probado el silencio y la obediencia desde
2010 hasta 2014. ¿El resultado? La pérdida del 28% de la renta nacional
y unas uvas de la ira que se estaban… “llenando y haciéndose pesadas,
haciéndose pesadas para la vendimia”. Por tanto, era la hora de proponer
a la troika contrapropuestas moderadas y racionales mientras se
rechazaba continuar consintiendo las tácticas de prolongar y fingir. Fue
una postura que jamás me perdonaron.
Un
año después de que la troika triunfara en echarme del gobierno de
Grecia, persuadiendo a Alexis Tsipras de que se rindiera antes ellos en
contra de los deseos del 62% de los votantes de Grecia, los de “asuntos
internos” del FMI ahora confirman que mi postura estaba rotundamente
justificada, en vez de ser errónea y nada diplomática. Ambrose
Evans-Pritchard, en su atículo del Telegraph el 29 de julio, tenía esto que decir sobre el informe del FMI:
Un
subinforme sobre la saga griega afirmó que el país fue forzado a sufrir
una presión asombrosa, igual al 11% del PIB los tres primeros años.
Esto inició una espiral descendente retroalimentada. Cuanto más
empeoraba, más se forzaba a Grecia a hacer recortes –lo que el
exministro de Finanzas Yanis Varoufakis denominó “ahogamiento fiscal”.
(Ver abajo más citas pertinentes de Evans-Pritchard).
¿Qué será lo siguiente?
¿De
qué sirve recibir un mea culpa si las políticas impuestas sobre el
gobierno griego son las mismas por las que se emitió el mea culpa?
¿De
qué sirve tener un mea culpa si los funcionarios que impusieron esas
políticas desastrosas e inhumanas siguen en sus puestos y, de hecho, son
ascendidos por su obscena incompetencia?
En
definitiva, se debe una disculpa urgente a la gente de Grecia, no sólo
por parte del FMI sino también por parte del BCE y la Comisión, cuyos
funcionarios azuzaban al FMI con el ahogamiento fiscal a Grecia. Pero
una disculpa y un mea culpa colectivos de la troika son lamentablemente
insuficientes. Esto debe continuar con la dimisión inmediata de al menos
tres funcionarios.
El
primero en esa lista es Poul Thomsen, el jefe original de la misión
griega del FMI, cuyo enorme fracaso (según los propios informes del FMI,
nunca antes un jefe de misión había presidido un gran desastre
macroeconómico) llevó a su ascenso como jefe europeo del FMI.
Un
segundo puesto igualmente meritorio es para Thomas Weiser, el
presidente del grupo técnico del Eurogrupo, que ha formado parte de cada
política y cada golpe que condujeron a la inmolación de Grecia y la
ignominia de Europa, a quien afortunadamente acompañará con su
jubilación el señor Declan Costello, cuyas huellas dactilares se
encuentran sobre los instrumentos del ahogamiento fiscal. Y, por último,
un caballero que mis amigos irlandeses conocen demasiado bien, Klaus
Masuch del BCE.
Por
último, y más importante, la disculpa y los ceses no servirán de nada
si no van acompañados de un giro de 180ª en políticas macroeconómicas,
fiscales y reformadoras para Grecia y más allá.
¿Va
a suceder algo de esto? ¿O el informe IEO del FMI iluminará el cielo
fugazmente, sólo para ser olvidado enseguida? Los presagios auguran esto
último. En cuyo caso, las oportunidades de la UE de recuperar la
confianza de sus ciudadanos, oportunidades que ya son demasiado escasas,
se escurrirán entre los dedos de nuestros líderes como arena fina.
¡Carpe DiEM!
Más citas de Evans-Pritchard. El informe de la Oficina de Evaluación Independiente
(IEO) del FMI está por encima de la cabeza de la directora, Christine
Lagarde. Responde tan sólo a la junta de directores ejecutivos, y los
directores ejecutivos de Asia y América Latina están enfurecidos por la
manera en que los de la UE usaron el Fondo para rescatar a su unión
monetaria y sistema bancario, ambos ricos.”
“Mientras
que las acciones del Fondo fueron comprensibles en el momento crucial
de la crisis, la dura realidad es que el rescate sacrificó a Grecia con
una “acción de holding” para salvar el euro y los bancos del norte de
Europa. Grecia sufrió el impacto de la austeridad típica del FMI, sin la
cura compensatoria del FMI de un alivio de la deuda y la devaluación de
moneda para devolver la viabilidad.”
“Los
máximos ejecutivos del Fondo Monetario Internacional confundieron a su
propia junta, cometieron una serie de calamitosos errores de juicio en
Grecia, se volvieron fanáticos eufóricos del proyecto euro, ignoraron
las señales de advertencia de la crisis inminente y fracasaron
colectivamente a la hora de comprender un concepto elemental de teoría
de divisas.”
“Se
prepararon muchos documentos fuera de los canales regulares
establecidos; la documentación escrita sobre ciertos temas sensibles no
pudo ser localizada.”
El
informe IEO describe una “cultura de complacencia”, con tendencia al
análisis “superficial y mecánico”, y rastrea un colapso impactante en la
gobernanza del FMI, dejando dudas sobre quién está realmente a cargo de
esta organización extremadamente poderosa.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario