Panorama
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El olor a carne quemada despertó este lunes a los vecinos del sector Tierra Santa, ubicado al lado del cementerio municipal Jardines de Santa Lucía, al noreste del municipio Lagunillas.
Obreros y “cuidadores” del campo santo inspeccionaron el área y se encontraron con semejante barbarie: Una de las tumbas más recientes había sido profanada y el cuerpo que yacía en ella apareció carbonizado por las llamas que se prolongaron durante toda la madrugada.
Cerca de las 8:00 de la mañana, funcionarios de la Policía Municipal de Lagunillas se trasladaron al lugar luego de la alerta generada por el director del cementerio, Humberto Méndez, quien detalló que se trataba de la bóveda número 586 del bloque 11 del cementerio local.
El nombre del ocupante era familiar para los funcionarios: Johan Javier Glas García, de 24 años. Tres días antes, es decir, la tarde del viernes, Glas García se había enfrentado a Polilagunillas con un arma de fuego en el sector José Félix Ribas con avenida 42 de Lagunillas.
El delincuente junto a otro hampón que logró evadirse, habían robado un carro Ford, modelo Fiesta de color gris unas cuadras antes y fueron avistados por las comisiones que en medio de la balacera, le dieron muerte.
Sobre el incendio al cuerpo del delincuente en el cementerio, fuentes policiales de la zona revelaron que el acto macabro “habría sido ejecutado por integrantes de una banda rival de Glas, quien al parecer pertenecía a una organización criminal con base en el municipio Simón Bolívar”.
Una fuente policial reveló que “la profanación y quema del cadáver podría ser para enviar un mensaje a quienes se atrevan a invadir territorios ajenos, una amenaza bien clara sobre lo que les ocurrirá si ocupan territorios ajeno”, dijo en alusión a posibles guerras entre bandas delictivas por el control hamponil de zonas de Ciudad Ojeda.
El cuerpo de Glas había sido enterrado la mañana del domingo en una “ceremonia” a la que asistieron pocas personas, aseguró un empleado del cementerio que no quiso dar su nombre.
Se conoció que los restos del delincuente fueron llevados nuevamente a la morgue de Cabimas para realizar nuevas pruebas forenses que determinen cómo procedieron a la quema del cadáver y hallar otros rasgos de interés criminalístico que conduzcan a los autores de este suceso.
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