Marian Chávez Castro
Alejandro Bracho
“Monche’ era un hombre caritativo, desprendido de lo material. Será recordado por su nobleza y generosidad”, afirmó, consternado, Jonás Bozo, hermano de Ángel Ramón Bozo, quien fue asesinado por su chofer, Miguel Zambrano, y dos delincuentes el pasado 26 de abril dentro de su Renault.
Zambrano fue capturado cuando rendía declaraciones en Polisur el miércoles 3 de mayo. Ese mismo día detuvieron a Pedro Luis Vera (18) y a un adolescente de 17 en el sector Los Claveles.
La familia aún está impactada tras descubrir que quien era bienvenido en su hogar, fue quien les ocasionó el dolor más grande.
“Miguel era un hijo más para él, su mano derecha. Le manejaba dinero, vivía en una casa que tenía mi hermano en Gallo Verde, le compró un celular. También le dio una camioneta pick up, nunca le cobró los vales que le hizo. Hace dos meses, cuando regresó de Estados Unidos, le trajo ropa a él y a su familia. Además, le regaló un celular”, señaló Jonas.
Solo dos miembros de la familia sospechaban de Zambrano por su desmedido nerviosismo y las incongruencias en las versiones que daba, mientras que el resto creyó en las lágrimas que derramó durante el reconocimiento del cadáver, el velorio y el entierro.
Los dos hijos menores de Bozo estaban incrédulos ante el testimonio cruel y despiadado de quien vieron como un hermano por más de cuatro años.
Los parientes afirmaron que la noche del 26 de abril Ángel y su chofer “cenaron juntos y vieron una película. Luego lo llevó a Gallo Verde. Allí engañó a Ángel al decirle que montaría a dos amigos que le arreglarían la camioneta. Ellos lo ayudaron a asesinarlo”.
Bozo era constructor. En febrero despidió al vigilante del galpón donde guardaba los materiales, ya que le “robaron 70 cabillas y el empleado señaló a Miguel, quien se las llevó en una camioneta. ‘Monche’ no lo creyó capaz. Confiaba plenamente en él”.
“Tras el asesinato descubrimos que también se llevó piezas sanitarias, 170 metros de porcelanato, cemento, aires acondicionados y dinero. El cinismo y la ambición de Miguel fueron bárbaras”, afirmó el hermano.
“No le bastó con matarlo, sino que también le pidió dinero a un hijo de Ángel, a mí y a otro de mis hermanos alegando que no tenía qué comer. Pero lo que realmente quería era dinero y huir”.
“Ángel siempre ayudaba a quien lo necesitaba. Una vez vio a uno de sus trabajadores con los zapatos rotos y no dudo en quitarse los suyos y regalárselos”.
Los Bozo presumen que “el verdadero motivo para asesinarlo fue para que no descubriera que le había robado casi todo el material que tenía guardado en la casa de Gallo Verde”.
Exigieron que la justicia dé el castigo merecido por arrebatar la vida de un hombre que describieron como hábil para los negocios, trabajador y optimista. Estaba levantado un spa.
El viernes fueron imputados, ante tribunales, Zambrano y Vera por homicidio calificado, mientras que el adolescente, trascendió, fue presentado la mañana de este sábado.
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