ÉPALE 231 MITOS
POR MALÚ RENGIFO  @MALURENGIFO / ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
Esta historia comienza en enero de 1905, en San Petersburgo, Rusia. Algunas versiones dicen que fue el 22, otras que fue el 15, y aunque los hechos ocurridos ese día del terror, conocido como el Domingo Sangriento, pasaron varios meses antes de la historia que les queremos contar, es necesario mencionarlos para poner en contexto la situación: aquel friísimo domingo más de 12.000 trabajadores se reunieron de forma pacífica a las puertas del palacio del zar Nicolás II para protestar por los despidos injustificados y las inhumanas condiciones en las que trabajaban. Por una orden del tío del zar, la Guardia Imperial abrió fuego contra ellos, hiriendo a aproximadamente 800 personas y dándole muerte instantánea a 200 más. Junto a los cuerpos, sobre la nieve, se vieron caer símbolos religiosos, fotografías del zar y otros objetos que habían llevado para hacer notar sus intenciones inequívocamente pacíficas.
Este suceso dio inicio a un año de rebeliones campesinas, huelgas y motines militares que se extendieron por todo el territorio ruso,  a los que el zar respondió con más humillaciones. La población rusa, incluyendo el Ejército, estaba sumida en la indignación y el aturdimiento producido por el sonido de los látigos del amo. Mientras tanto, en el océano Pacífico, Rusia libraba una cruenta guerra contra Japón. Miles de oficiales y marineros expertos eran enviados a cubrir las bajas de altamar, y fue por esta razón que cierto acorazado del Mar Negro, de nombre Potemkin, quedó ocupado por una tripulación que estaba, en su mayoría, compuesta por reclutas recientes y oficiales de bajo orden.
En junio de ese año los oficiales zaristas a cargo del Potemkin, luego de mucho maltratar a la tripulación de diferentes maneras, quisieron obligarlos a comer un plato preparado con carne agusanada. Ante la negativa de la tripulación de aceptar tal basura por comida, el alto mando del buque continuó el agravio con una serie de amenazas, dentro de las cuales incluía un simulacro de fusilamiento. Fue ese el momento en que los marineros, dándose por muertos de igual forma, se alzaron contra los oficiales zaristas en un tiroteo tras el cual lograron hacerse con el mando del Potemkin.
Durante 20 días anduvieron de puerto en puerto buscando apoyo, comida y combustible, hasta que en las costas de Fedosia, en Crimea, 22 amotinados fueron asesinados tras ser capturados intentando robar algunas barcazas de carbón. Luego de la pérdida, los sobrevivientes se dirigieron a la costa rumana de Constanza, donde encallaron el barco, depusieron las armas y solicitaron asilo.
El 12 de octubre de ese mismo año el Potenkim fue reflotado y rebautizado como Pantaleimón, para servir durante 20 años más. El motín de 1905 es recordado por los rusos como el primer ensayo para la Revolución de 1917.