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Caracas, 05 de agosto de 2017.– Tal día como hoy en 1939, el régimen del dictador Francisco Franco Bahamonde fusiló en Madrid, España, a trece mujeres que militaban en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU).
Solamente dos días antes habían tenido un juicio sumarísimo en el que fueron acusadas de actividades clandestinas en contra del régimen recién instalado en el poder después de tres años sangrientos de lucha fratricida.
Luego que el ejército franquista ocupara el territorio madrileño y terminara la Guerra Civil Española, las féminas agrupadas en las Juventudes Socialistas Unificadas intentaron reorganizarse clandestinamente, bajo la dirección de José Pena Brea, quien fue detenido, torturado y obligado a ofrecer información y nombres de quienes secretamente luchaban contra la dictadura franquista.
Entre quienes luchaban contra el régimen franquista estaban Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brisac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente, que tras su fusilamiento fueron conocidas como las Trece Rosas Rojas, reseñó la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
Las trece mujeres, cuyas edades oscilaban entre 18 años y 29 años, fueron detenidas y llevadas a instalaciones policiales, donde fueron torturadas, tras lo cual quedaron recluidas en la cárcel de mujeres de Ventas.
El 4 de agosto de 1939 se celebró el primer consejo de guerra sumarísimo en Madrid, donde fueron condenados a muertes 65 personas, todos miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas y 13 de ellos conocidas como las Trece Rosas Rojas, al ser acusados de cometer actos delictivos contra el orden social y jurídico de España y condenados por adhesión a la rebelión.
La gran parte de los fusilamientos, incluso la de las Trece Rosas Rojas, se dieron en horas de la madrugada del 5 de agosto de 1939, junto a la tapia del cementerio de la Almudena, Madrid.
Durante los 39 años en el poder, Franco instauró una dictadura fascista, caracterizada por la represión contra el movimiento popular y su apoyo a la Alemania nazi.
Organismos defensores de derechos humanos han denunciado la desaparición de alrededor de 114 mil personas solamente entre 1936 y 1951.
La falta de castigo a quienes perpetraron estos crímenes durante el franquismo ha estado amparado por la Ley de Amnistía de 1977, que el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzosas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha pedido dejar sin efecto.
Este grupo de la ONU recuerda que las desapariciones forzosas son crímenes de lesa humanidad y por lo tanto no prescriben; no obstante, España se niega a tipificar estas acciones como tal y los considera delitos de derecho común que pueden prescribir.
Estas fueron aquellas mujeres:
Victoria Muñoz García
Una de las más jóvenes de las Trece Rosas, fue asesinada con tan sólo 18 años. El año 1936 ingresó en las JSU y continuó con sus actividades clandestinas al terminar la guerra en el grupo de Chamartín de la Rosa. Sus dos hermanos habían muerto fusilado uno y tras recibir una paliza en prisión el otro.
Luisa Rodríguez de la Fuente
Luisa fue junto con Victoria la más joven del grupo al morir con 18 años. Trabajaba como modista y colaboraba con las JSU desde los tiempos de la guerra. Luisa no tuvo ningún cargo importante en el grupo por lo que se dedicó a tareas varias.
Julia Conesa Conesa
Fusilada a los 19 años, Julia era una joven asturiana afincada en Madrid que se afilió a las JSU donde llegó a ser secretaria deportiva del Sector Oeste.
Adelina García Casillas
Hija de un guardia civil, había nacido en Ávila y trabajaba como modista. Durante la guerra se había afiliado al JSU. Fue fusilada con 19 años.
Virtudes González García
Virtudes era una modista de Madrid que se había unido a las JSU en 1936 y había sido nombrada secretaria femenina del club “Pablo Vargas”. Fue fusilada con 19 años.
Elena Gil Olaya
Tenía 20 años cuando Elena, modista madrileña y miembro de las JSU desde 1937 fue fusilada junto a las demás detenidas.
Dionisia Manzanero Salas
Dionisia participó activamente en la guerra civil como enfermera, ayudando en la retaguardia e incluso estuvo en el frente. Cuando fue detenida con 20 años, trabajaba como modista en su Madrid natal.
Ana López Gallego
Ana había nacido en La Carolina, Jaén, pero vivía en Madrid donde trabajaba como modista. Durante la guerra se unió a las JSU y fue nombrada secretaria femenina del Radio de Chamartín de la Rosa. Tenía 21 años cuando fue fusilada. Ana tuvo una muerte cruel al no fallecer a la primera carga. Viendo que aún no había fallecido, la joven preguntó en voz alta “¿Es que a mí no me matan?”
Martina Barroso García
Martina había nacido en un pueblo de Ávila llamado Gilbuena. Trabajó en Madrid como modista y en un comedor social. Afiliada a las JSU en 1937 fue fusilada con 22 años.
Joaquina López Lafiite
Asturiana de nacimiento, Joaquina era una estudiante de 23 cuando fue detenida y fusilada. Había ingresado en el PCE en 1936.
Carmen Barrero Aguado
Carmen llevaba trabajando desde los 12 años como modista para ayudar a su madre viuda a mantener una extensa familia de nueve hijos. Durante la guerra fue militante del PCE y en la posguerra pasó a dirigir su sección femenina. Fue fusilada con 24 años.
Pilar Bueno Ibáñez
Zaragozana nacida en Sos del Rey Católico, Pilar vivía con sus tíos en Madrid desde pequeña. Trabajaba como modista y era miembro del PCE desde 1936. Fue fusilada con 26 años.
Blanca Brisac Vázquez
La más mayor de las 13, Blanca fue una comunista nacida en San Sebastián que antes de casarse fue pianista. Cambió la música por la costura tras contraer matrimonio. Vivía en Madrid cuando fue detenida y fusilada con 29 años.
Antonia Torres Llera
Antonia era una joven de 19 años que trabajaba en una fábrica de sellos en Madrid, ciudad en la que nació. Desde 1936 formaba parte de las JSU. Antonia no murió junto a las otras trece condenadas el 5 de agosto, sino que fue fusilada el 19 de febrero de 1940 por un error administrativo.    /EM