viernes, 4 de agosto de 2017

Identifican prehistórico gusano marino con corona de espinas AP 0 Agencias WASHINGTON (AP) — Mucho antes de que los dinosaurios recorrieran la Tierra, una criatura rara con corona de espinas merodeaba por los mares. Científicos han descubierto restos fósiles de un prehistórico gusano marino diminuto coronado con 50 espinas que le salían de la cabeza. Cuando una criatura extraña se le acercaba, cerraba sus espinas como si fueran una boca y ya tenía almuerzo. El descubrimiento fue reportado el jueves en la revista especializada Current Biology, que ofrece un vistazo al período Cámbrico que existió en la Tierra hace unos 541 millones de años. La nueva criatura llamada Capinatator praetermissus es tan diferente que los científicos dijeron que los fósiles representan no solo una nueva especie sino también un nuevo género, una agrupación de vida más amplia. Solo medía 10 centímetros (cuatro pulgadas) de largo y sus espinas medían unos ocho milímetros (un tercio de una pulgada) de largo. Comía plancton y criaturas parecidas a camarones. Fue un ancestro de una especie de gusanos marinos de flecha llamados chaetognatha que abundan en los océanos. La versión prehistórica era más grande y con más espinas en la cara pero sin los dientes especiales de sus descendientes, dijo Derek Briggs, de la Universidad de Yale, quien dirigió al equipo que descubrió los fósiles en dos parques nacionales en British Columbia, Canadá. "Las espinas son como ganchos en miniatura, aunque levemente curvos. Eran duros, no flexibles", dijo Briggs en un mensaje electrónico. "Es difícil saber por qué hay tantas espinas en el ejemplo fósil, pero asumimos que así le daba armas para ser un buen cazador". Capinatator, cuyo nombre se traduce como nadador atajando, vivió hace 500 millones de años, cuando las criaturas comenzaron a crecer y diversificarse. Es difícil encontrar fósiles completos pertenecientes a la familia chaetognatha porque se descomponen rápidamente, dijo Briggs. Este último hallazgo, sin embargo, estaba tan preservado que hasta tenía todavía tejidos suaves, lo cual permitió que los científicos pudieran tener una buena idea de cómo lucían los Capinatators.


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WASHINGTON (AP) — Mucho antes de que los dinosaurios recorrieran la Tierra, una criatura rara con corona de espinas merodeaba por los mares.
 Científicos han descubierto restos fósiles de un prehistórico gusano marino diminuto coronado con 50 espinas que le salían de la cabeza. Cuando una criatura extraña se le acercaba, cerraba sus espinas como si fueran una boca y ya tenía almuerzo.
El descubrimiento fue reportado el jueves en la revista especializada Current Biology, que ofrece un vistazo al período Cámbrico que existió en la Tierra hace unos 541 millones de años.
La nueva criatura llamada Capinatator praetermissus es tan diferente que los científicos dijeron que los fósiles representan no solo una nueva especie sino también un nuevo género, una agrupación de vida más amplia.
Solo medía 10 centímetros (cuatro pulgadas) de largo y sus espinas medían unos ocho milímetros (un tercio de una pulgada) de largo. Comía plancton y criaturas parecidas a camarones.
Fue un ancestro de una especie de gusanos marinos de flecha llamados chaetognatha que abundan en los océanos. La versión prehistórica era más grande y con más espinas en la cara pero sin los dientes especiales de sus descendientes, dijo Derek Briggs, de la Universidad de Yale, quien dirigió al equipo que descubrió los fósiles en dos parques nacionales en British Columbia, Canadá.
"Las espinas son como ganchos en miniatura, aunque levemente curvos. Eran duros, no flexibles", dijo Briggs en un mensaje electrónico. "Es difícil saber por qué hay tantas espinas en el ejemplo fósil, pero asumimos que así le daba armas para ser un buen cazador".
Capinatator, cuyo nombre se traduce como nadador atajando, vivió hace 500 millones de años, cuando las criaturas comenzaron a crecer y diversificarse. Es difícil encontrar fósiles completos pertenecientes a la familia chaetognatha porque se descomponen rápidamente, dijo Briggs. Este último hallazgo, sin embargo, estaba tan preservado que hasta tenía todavía tejidos suaves, lo cual permitió que los científicos pudieran tener una buena idea de cómo lucían los Capinatators.

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