Luis Bravo
Luis Bravo
El famoso estadio Alejandro Borges está hoy celebrando sus 72 años de fundado y, a pesar que sobrevive con temerosos intentos de rescate, el antiguo “Olímpico” de Maracaibo puede vanagloriarse de encerrar entre sus muros los más pintorescos pasajes que llenaron gloriosas páginas de la historia del deporte regional en buena partes de estas siete décadas.
A pesar de esa riqueza histórica, ningún organismo le presta la verdadera atención que se merece este baluarte arquitectónico del deporte zuliano.
Este año fue sometido a un maquillaje que le cambió la faz en buena parte de su vetusta estructura. Se le rescató el alumbrado, sistema de riego y se le pintó en toda su extensión, pero no habían terminado estas labores cuando la arremetida del hampa arrasó con todo el cableado de la electricidad dejando a oscuras todo el parque.
La falta de seguridad es uno de los males que aqueja a esta reliquia arquitectónica, patrimonio regional, que se merece mayor atención pues su valor histórico lo demanda.
De esos 72 años “casi la mitad se le ha ido en puros planes de recuperación. Pero ninguno se ha concretado completamente. Es más, su deterioro se aceleró cuando desmantelaron parte de su estructura para mejorarla. De eso han pasado más de dos décadas”, apunta Enrry Rosales, presidente de la Asociación Zuliana de Béisbol y puntal en la lucha por recuperar el emblemático coso marabino.
El valor de los materiales eléctricos sustraídos sobrepasa, según estimaciones de los expertos, los 600 millones de bolívares por lo que no se vislumbra una solución a corto o mediano plazo.
De allí que su futuro luce incierto.
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