sábado, 18 de agosto de 2012

Debe crearse una cultura urbana para que funcionen los proyectos de Valencia


Mariangie Tarazona 
En los países desarrollados la cultura urbanística ha permitido que los proyectos de ciudad se desarrollen adecuadamente. Para el arquitecto y ex director de Planeamiento Urbano de la Alcaldía de Valencia, Pedro Mateo, los dispositivos implementados para el mejoramiento de la entidad, no han sido del todo fructíferos debido a la pérdida de la educación ciudadana.
En el caso de la ejecución de los corredores viales por parte del Instituto Autónomo Municipal de Tránsito y Transporte (Iamtt), Mateo consideró que para que funcionen el Gobierno Nacional tiene que habilitar progresivamente más zonas para ubicar a los comerciantes de la economía informal, quienes han tomado la urbe para montar sus tarantines y vender sus mercancías.
Mateo cree que la mejor manera de poner en práctica la ejecución de este proyecto de vialidad es fomentando la consciencia del ciudadano. “Si no se genera la educación, difícilmente una ciudad puede progresar”.
El especialista manifestó que lamentablemente la política educativa ha estado ausente en la entidad. Por esta razón  desde hace tiempo los buhoneros han tomado la mayoría de las avenidas más importantes de la ciudad, haciendo que se deterioren.
Ricardo Mateo, arquitecto de Mateo y Asociados, detalló que los últimos planes que tenía Valencia fueron en 1968, época en que el municipio tuvo un cierto crecimiento orientado gracias al control urbano. Recomendó que generar una campaña constante para la conservación del ambiente, es la mejor manera de que la población se fundamente ante las ordenanzas del municipio.
El ex director de Planeamiento Urbano manifestó que los planes actuales no pueden afectar a la población, a los buhoneros o comerciantes informarles, al imponerles medidas o normas sin antes dialogar y llegar a un acuerdo. “Tú no puedes llegar a exigirles que cumplan una ordenanza, si nunca se ocuparon del problema económico del país”, precisó.
Mateo reveló que en otros países donde también abunda la economía informal, han creado previamente planes y ordenanzas que son acatadas. Lamentó que en Venezuela, los ciudadanos no tengan sentido de pertenencia, lo cual ha generado una desidia urbanística, que difícilmente hacen que los planes no funcionen por mucho tiempo.

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