Un ciudadano estadounidense que se identificó como Jacob Haughney, de Dakota del Norte, mostró en un video que colgó en internet cómo se encendía el agua del lavamanos de su residencia al acercar un encendedor, advirtiendo con este evento las consecuencias de la práctica del “fracking” que se intensifica en su país.
Traducido al español como “fractura hidráulica”, esta es una técnica desarrollada por las compañías petroleras estadounidenses que les permite extraer hidrocarburos atrapados entre rocas, es por esa razón que ese combustible no convencional es conocido como gas o petróleo de esquisto.
Esta técnica consiste en crear fisuras subterráneas inyectando agua, arena y productos químicos (de los cuales las empresas petroleras se niegan a mencionar públicamente, pero de los que se denuncian son cancerígenos como el ácido sulfhídrico) en el subsuelo para liberar el gas o petróleo almacenado en “shale gas” o roca de esquisto.
Dakota del Norte es el segundo mayor productor de petróleo en Estados Unidos a través del “fracking”. La revista Time ha escrito que este estado se encuentra “a la cabeza” de la producción de hidrocarburos no convencionales, “constituyéndose como un nuevo El Dorado”, y aún cuando ha permitido a sus habitantes tener, entre otros beneficios, la tasa de desempleo más baja, algunos como Haughney no ha podido ignorar las consecuencias negativas que esta práctica origina a la salud de las personas y el ambiente.
“Esta práctica altera la corteza terrestre promoviendo movimientos sísmicos; contamina los acuíferos y por consiguiente las redes de servicios existentes”, dijo a Ciudad CCS el consultor ambiental Carlos González.
El Ela Euskal Sindikatua y el Manu Robles-Arangiz Institutua (ambas instituciones del país Vasco) publicaron en su Boletín Especial del medio ambiente que esta técnica puede originar desde explosiones hasta escapes de gas, de ácido sulfhídrico (muy tóxico en bajas concentraciones) y derrumbes en la red de tuberías existentes.
“El gas no convencional está formado en gran parte por metano, que es un gas de efecto invernadero (GEI) más potente que el CO2. Cualquier escape en fase de perforación, fracturación o producción es más nocivo que los gases que se generan después en su combustión. El gas de esquisto supone un aumento de emisiones de GEI de entre 30% y 100% comparado con el carbón”, dice el documento.
También resalta el riesgo de accidentes en el traslado de los químicos, así como la ocupación y afectación del paisaje. “Es necesario realizar un gran número de pozos para aprovechar los recursos: de 1,5 a 3,5 plataformas por km², con una ocupación de dos hectáreas por cada una. El impacto visual es muy grande. Además, esta técnica conlleva movimientos de tierra, destrucción del hábitat y creación de balsas de superficie de lodos tóxicos”, apunta el boletín.
Sumado a estas amenazas estudios han encontrado afectaciones a la salud de las personas debido principalmente a la contaminación del agua y del aire resultado del “fracking”.
Casos de cáncer, problemas respiratorios, daños cerebrales, desórdenes neurológicos e hipersensibilidad a químicos, son los riesgos que corren las personas que viven alrededor de estas explotaciones de hidrocarburos no convencionales y también a las personas que trabajan en ellas.
El documental Gasland, o en su traducción al español “Gas de la muerte”, de Josh Fox, que optó al Óscar en 2011, denuncia la práctica de “fracking” en 34 estados de la nación estadounidense, donde se contabilizan un total de 450 mil pozos, y se informa el resultado del primer estudio preliminar realizado por la Universidad de Colorado en Garfield, sobre los efectos del gas de esquisto en la salud humana, donde encontraron alarmantes índices de contaminación en el aire y en el agua.
Esta situación también ha sido denunciada por otros medios, como la revista U.S News, la cual publicó una investigación realizada por las universidades de Washington y Yale que determinó que las personas que residen cerca de los pozos de gas no convencional activos en Pennsylvania padecen de más alergias, hemorragias nasales, erupciones en la piel, y otras enfermedades dermatológicas y respiratorias que las que viven más lejos.
En este estudio, que tuvo una duración de dos años, se encuestaron y analizaron las respuestas de 492 personas residentes del Condado de Washington, un área rural del suroeste de Pensilvania que tiene más de 600 pozos de gas de esquisto. La investigación se centró en los residentes que tenían pozos alimentados con agua subterránea.
Entre los resultados se observó que 13% de las personas que viven a un kilómetro de los pozos de gas de esquisto respondió tener problemas de la piel como irritación, ardor, picazón y pérdida de cabello, y 39%, sinusitis, dolor de garganta, picazón en los ojos y sangrado en la nariz.
Por el contrario, las personas que residen a más de 2 kilómetros de distancia de un pozo, solo 6% dijo que tenía enfermedades en la piel, mientras que 18% contestó tener problemas en las vías respiratorias superiores.
Traducido al español como “fractura hidráulica”, esta es una técnica desarrollada por las compañías petroleras estadounidenses que les permite extraer hidrocarburos atrapados entre rocas, es por esa razón que ese combustible no convencional es conocido como gas o petróleo de esquisto.
Esta técnica consiste en crear fisuras subterráneas inyectando agua, arena y productos químicos (de los cuales las empresas petroleras se niegan a mencionar públicamente, pero de los que se denuncian son cancerígenos como el ácido sulfhídrico) en el subsuelo para liberar el gas o petróleo almacenado en “shale gas” o roca de esquisto.
Dakota del Norte es el segundo mayor productor de petróleo en Estados Unidos a través del “fracking”. La revista Time ha escrito que este estado se encuentra “a la cabeza” de la producción de hidrocarburos no convencionales, “constituyéndose como un nuevo El Dorado”, y aún cuando ha permitido a sus habitantes tener, entre otros beneficios, la tasa de desempleo más baja, algunos como Haughney no ha podido ignorar las consecuencias negativas que esta práctica origina a la salud de las personas y el ambiente.
“Esta práctica altera la corteza terrestre promoviendo movimientos sísmicos; contamina los acuíferos y por consiguiente las redes de servicios existentes”, dijo a Ciudad CCS el consultor ambiental Carlos González.
El Ela Euskal Sindikatua y el Manu Robles-Arangiz Institutua (ambas instituciones del país Vasco) publicaron en su Boletín Especial del medio ambiente que esta técnica puede originar desde explosiones hasta escapes de gas, de ácido sulfhídrico (muy tóxico en bajas concentraciones) y derrumbes en la red de tuberías existentes.
“El gas no convencional está formado en gran parte por metano, que es un gas de efecto invernadero (GEI) más potente que el CO2. Cualquier escape en fase de perforación, fracturación o producción es más nocivo que los gases que se generan después en su combustión. El gas de esquisto supone un aumento de emisiones de GEI de entre 30% y 100% comparado con el carbón”, dice el documento.
También resalta el riesgo de accidentes en el traslado de los químicos, así como la ocupación y afectación del paisaje. “Es necesario realizar un gran número de pozos para aprovechar los recursos: de 1,5 a 3,5 plataformas por km², con una ocupación de dos hectáreas por cada una. El impacto visual es muy grande. Además, esta técnica conlleva movimientos de tierra, destrucción del hábitat y creación de balsas de superficie de lodos tóxicos”, apunta el boletín.
Sumado a estas amenazas estudios han encontrado afectaciones a la salud de las personas debido principalmente a la contaminación del agua y del aire resultado del “fracking”.
Casos de cáncer, problemas respiratorios, daños cerebrales, desórdenes neurológicos e hipersensibilidad a químicos, son los riesgos que corren las personas que viven alrededor de estas explotaciones de hidrocarburos no convencionales y también a las personas que trabajan en ellas.
El documental Gasland, o en su traducción al español “Gas de la muerte”, de Josh Fox, que optó al Óscar en 2011, denuncia la práctica de “fracking” en 34 estados de la nación estadounidense, donde se contabilizan un total de 450 mil pozos, y se informa el resultado del primer estudio preliminar realizado por la Universidad de Colorado en Garfield, sobre los efectos del gas de esquisto en la salud humana, donde encontraron alarmantes índices de contaminación en el aire y en el agua.
Esta situación también ha sido denunciada por otros medios, como la revista U.S News, la cual publicó una investigación realizada por las universidades de Washington y Yale que determinó que las personas que residen cerca de los pozos de gas no convencional activos en Pennsylvania padecen de más alergias, hemorragias nasales, erupciones en la piel, y otras enfermedades dermatológicas y respiratorias que las que viven más lejos.
En este estudio, que tuvo una duración de dos años, se encuestaron y analizaron las respuestas de 492 personas residentes del Condado de Washington, un área rural del suroeste de Pensilvania que tiene más de 600 pozos de gas de esquisto. La investigación se centró en los residentes que tenían pozos alimentados con agua subterránea.
Entre los resultados se observó que 13% de las personas que viven a un kilómetro de los pozos de gas de esquisto respondió tener problemas de la piel como irritación, ardor, picazón y pérdida de cabello, y 39%, sinusitis, dolor de garganta, picazón en los ojos y sangrado en la nariz.
Por el contrario, las personas que residen a más de 2 kilómetros de distancia de un pozo, solo 6% dijo que tenía enfermedades en la piel, mientras que 18% contestó tener problemas en las vías respiratorias superiores.
MÁS ACCIDENTES
El portal Earthjustice.org publicó una muestra parcial de los eventos que han ocurrido en Estados Unidos relacionados directamente con la “fractura hidráulica”, como el caso ocurrido en enero de 2009 en Caddo Parish, Louisiana, donde 16 reses fueron encontradas muertas después de beber un líquido que había sido usado en el proceso de perforación.
Y más reciente, en abril de 2010, también en Caddo Parish, cientos de personas fueron evacuadas de sus casas luego de que la explosión de un pozo de gas contaminara un acuífero de agua potable. Se le dijo a los residentes que no bebieran de esa agua e incluso que no lavaran la ropa con ella.
Y más reciente, en abril de 2010, también en Caddo Parish, cientos de personas fueron evacuadas de sus casas luego de que la explosión de un pozo de gas contaminara un acuífero de agua potable. Se le dijo a los residentes que no bebieran de esa agua e incluso que no lavaran la ropa con ella.
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Inunda al mundo con petróleo de esquisto
La Agencia Internacional de Energía señaló que EEUU superará en producción de petróleo a Arabia Saudita y a Rusia en 2016, esto como resultado del “fracking”. Desde el 2008, la producción de petróleo a través de esta tecnología en la nación estadounidense ha pasado de 600 mil barriles diarios a 3,5 millones, resultando un incremento de un 30%. En 2013, señala el diario español El Confidencial, las petroleras de EEUU extrajeron 10 millones de barriles diarios, acercándose a los 10,6 millones de Rusia y los 11,5 millones de Arabia Saudita, y afectando el precio del barril, que ha bajado drásticamente este año, llegando a un promedio de $80 P/B.
EMMA GRAND/CIUDAD CCS
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