La oración constante
durante los tiempos tranquilos de vida, nos prepara para las tempestades. Si usted
no ha estado orando ante de las tempestades, el hacerlo durante ellas (durante
la crisis y los terremotos) puede ser muy tarde.
No espere
hasta que tengas necesidad de la oración para orar.
La oración debe
convertirse en un hábito pero jamás reducirse a ello, debe ser el pan de cada día.
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