La aprehensión de la junta directiva de Citgo Petroleum, filial en territorio estadounidense de la estatal venezolana PDVSA, es un punto de inflexión de una lucha en el más alto nivel por el destino de una empresa clave para el patrimonio venezolano.
Los encarcelamientos contra la plana mayor de Citgo tienen lugar por la relación de los involucrados con un contrato de refinanciamiento de deuda, por una suma de hasta 4 mil millones de dólares, con dos compañías de fondos de capital de riesgo (equity funds).
Tal contrato ponía en riesgo los activos de la República, según el anuncio del fiscal general Tarek William Saab.
Reseña La Tabla que "la contratación se pretendió hacer en condiciones desfavorables para la industria petrolera y ofrecía como garantía a la propia filial, en una negociación donde aparecen involucradas las firmas de fondos de riesgo Frontier Management Group LTD y Apollo Global Management LLC, esta última considerada una de las más grandes y agresivas corporaciones de financiamiento alternativo a nivel global". Estas son organizaciones financieras que pueden ser calificadas como "fondos buitre".
La respuesta al más alto nivel no se ha hecho esperar. La agencia Reuters cita a un denominado funcionario del Departamento de Estado (sin nombrarlo), quien fustiga a las autoridades venezolanas por las detenciones, por el hecho de que cinco de los seis involucrados también cuentan con la ciudadanía estadounidense, además de la venezolana.
Las personas ahora defendidas por Estados Unidos serían:
- Tomeu Vadell, vicepresidente de operaciones de refinación.
- Alirio Zambrano, vicepresidente y gerente general de la refinería de Corpus Christi.
- José Luis Zambrano, vicepresidente de servicios compartidos.
- Gustavo Cárdenas, vicepresidente de relaciones estratégicas con accionistas, gobierno y asuntos públicos.
- Jorge Toledo, vicepresidente de suministro y márketing.
Por su parte el presidente de Citgo, José Pereira, tiene ciudadanía venezolana y residencia permanente en Estados Unidos, dijo la fuente.
"La Embajada de los EEUU en Venezuela solicitó a las autoridades (venezolanas) que otorguen acceso consular a todos los ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela. Pedimos al (gobierno venezolano) que lo haga de inmediato de acuerdo con la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares", dijo el funcionario del Departamento de Estado citado por Reuters.
Los señalamientos en este caso son intrincados también por la discrecionalidad en el manejo del caso. Según el fiscal general Tarek William Saab, los directivos de Citgo habían ofrecido información estratégica sobre las actividades petroleras de Venezuela a factores de la inteligencia estadounidense.
Unir las piezas del rompecabezas
Citgo ha sido noticia en los últimos meses por diversas razones que apuntan todas a EEUU, al marco de asedio a la economía venezolana y a este importante activo en el extranjero.
Previo y luego de las sanciones implementadas por Donald Trump, la venezolana Citgo había comenzado a lidiar con serios inconvenientes en los sistemas de procura internacional para la compra de crudo para sostener las dietas de sus tres refinerías. Las operaciones de embargo petrolero no declarado contra Citgo se han efectuado mediante la negativa de agencias bancarias de establecer los instrumentos de crédito a corto plazo para que la operaria realizara compras de crudo en EEUU.
Las sanciones de Donald Trump del 25 de agosto confinaron los dividendos de Citgo, ordenándosele a esta empresa no repatriar sus ganancias a PDVSA y a Venezuela. Según la firma Ficht Ratings, Citgo habría generado unos 2.5 mil millones de dólares de dividendos a PDVSA desde 2015. De esta manera, Trump aceleró mecanismos de mengua a las finanzas venezolanas en un contexto de decaídos ingresos en divisas por la baja sustancial del precio internacional del petróleo.
Por otro lado, el proceso de reestructuración de la deuda venezolana detonó nuevos ataques desde instancias financieras, que intentaron recrear una situación de default de la economía venezolana. Hace días Standard & Poors declaró a Venezuela en impago, y en consecuencia abrieron la posibilidad de que por medio de la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA), radicada en EEUU, se emprendieran acciones coercitivas que apuntaran a la probable confiscación de activos venezolanos en el extranjero, concretamente Citgo.
Ante una probable declaratoria discrecional, falsa y arbitraria de ISDA de que Venezuela no ha cumplido sus compromisos con los bonistas, la toma de activos venezolanos en el extranjero es una muy seria posibilidad. Tal afirmación fue efectuada por Landon Thomas Jr., analista financiero para el New York Times, quien ha elaborado el planteamiento de que, en el marco de los señalamientos desproporcionados de la situación financiera de Venezuela, el país se está convirtiendo "en un foco de los fondos buitre". Por otro lado, Thomas señaló que "la compañía venezolana (PDVSA) tiene activos muy lucrativos en el extranjero que podrían ser objeto de demandas y confiscación por esos capitales (buitre) en caso de que Venezuela deje de pagar".
La estrategia de avasallar a los Estados para tomar sus recursos
Los elementos que encajan alrededor de las situaciones que rodean a Citgo apuntan a una clara política desarrollada por EEUU para consagrar la captura de activos, bienes y recursos. Las modalidades son complejas y acordes a muchos contextos, pero el elemento denominador es el mismo: EEUU articula mecanismos para avasallar primeramente a los Estados-nación, menguando sus capacidades políticas, debilitando sus líneas de defensa y luego tomando sus recursos.
¿Ejemplos recientes a saber? La invasión de Irak de 2003, que fue la guerra de rapiña petrolera más grande de nuestro tiempo. En segundo lugar, la secesión de Sudán y el nacimiento (por patrocinio de EEUU vía referéndum) de Sudán del Sur, una vasta región sumida en la pobreza pero que acopia las principales reservas petroleras del antiguo país unificado. Una zona cautiva, fértil para su transnacionalización. Por otro lado, la invasión mercenaria y secesión de facto de Libia, país al cual le fueron confiscadas sus reservas internacionales (superiores a los 200 mil millones de dólares) y que ha sufrido la fragmentación de su territorio y la toma desarticulada de sus activos petroleros.
Las posibilidades que se ciernen sobre Citgo yacen en el probable escalamiento a nuevas situaciones de cerco y asfixia a la economía venezolana, con el fin de propiciar el desplazamiento del chavismo en Venezuela. Una operación a gran escala de debilitamiento modulado de las capacidades venezolanas de oxigenar su economía mediante el robo de una pieza clave en los ingresos venezolanos. Las particularidades en este caso revisten en la reproducción del modelo de saqueo perfeccionado en perjuicio de Libia y sus reservas: EEUU ya no necesita ocupar un país para hacerse de parte de sus bienes estratégicos, sólo necesita que estos se encuentren en situación de cautiverio, en las entrañas del mismo tejido económico-financiero estadounidense.
¿Es asombrosa esta afirmación? No en el marco de una política exterior estadoundiense dirigida por Rex Tillerson, jefe del Departamento de Estado, ex CEO de ExxonMobil y abierto adversario del chavismo desde las nacionalizaciones legítimas de los activos de esa compañía en la Faja Petrolífera del Orinoco en 2007. Tillerson además es un factor empresarial que ya tiene antecedentes en la captura de recursos venezolanos, justo ahora, cuando ExxonMobil realiza de manera espuria (y en funciones de sponsor del actual gobierno de Guyana), un conjunto de exploraciones y pruebas de extracción de crudo liviano en la Zona en Reclamación de Venezuela, mediante operaciones costa afuera.
El gobierno de Trump es precisamente uno claramente compuesto por la influencia del lobby de industrias petroleras. De hecho, se trata de un entramado de actores abiertamente enemigos del chavismo en toda la política estadounidense, patrocinados desde la conjura petrolera transnacional, como es el caso de los congresistas Marco Rubio, Ileana Ros y Bob Menendez, factores abiertamente moduladores del injerencismo y la intervención contra Venezuela.
No se trata de retaliaciones petroleras, hay que afirmarlo. Estas acciones son parte de un volumen de actividades propias del manual estratégico de EEUU, implementado desde diversas variantes en distintas latitudes del mundo.
La acción de infiltración de la directiva de Citgo mediante "caballos de Troya" (ahora defendidos por el Departamento de Estado) es, con claridad, una modalidad de intento de desmantelamiento de los recursos venezolanos mediante su entrega en condiciones pseudo-legales a capitales interesados en desmembrar la economía venezolana, siendo esto más grave, a partir de los señalamientos de espionaje favorable a EEUU. Métodos estos bastante sofisticados pero nada novedosos.
De esta manera y en el marco de la más importante purga y lucha anticorrupción conocida en Venezuela, con la detención de más de 50 funcionarios claves de PDVSA, el pulseo por los activos venezolanos se libra desde los frentes interno y externo en simultáneo. Se trata de una actuación quirúrgica sin precedentes para proteger el corazón de la economía venezolana, el punto medular más sensible, que ahora es atacado dentro y fuera del país mediante acciones de sabotaje interno y asedio financiero y legal desde el extranjero.
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