AFP
Referencial
El Gremio venció 1-0 al Lanús este miércoles en la ida de la final de la Copa Libertadores 2017 disputada en su estadio de Porto Alegre (sur de Brasil), y viajará con ventaja a la decisión de la próxima semana en Buenos Aires, adonde puede levantar la tercera Copa de su historia.
En un partido de gran tensión y poca fluidez para los locales, Lanús supo contener el impulso inicial de los gaúchos y pudo haberse adelantado en la primera parte de no ser por la gran actuación del arquero brasileño Marcelo Grohe.
Pero el Gremio volvió más centrado del descanso y encontró la recompensa gracias al tanto de Cícero en el 82, con el que llevó al delirio a los más de 55.000 hinchas que llenaban su Arena.
Llevaban una década esperando por esta noche, y por ellos no iba a quedar. Con su estadio de gala, y la leyenda de aquel equipo aguerrido que conquistó América, y el mundo, el siglo pasado gritándole desde el banco, el 'Inmortal tricolor' salió a comerse la final.
Querían los brasileños lo que pensaban que era suyo: aquella tercera Libertadores que les había arrebatado Boca en 2007 sin que ellos pudieran ni rechistar. Se sentían ahora fuertes los de Renato Gaúcho para romper su maldición argentina, con una sólida campaña protegiéndoles las espaldas y su carismático técnico concursando a divinidad desde la banda.
Héroe como jugador de la primera Libertadores -e Intercontinental- para el club en 1983, el apasionado Renato encendía a su Gremio guerrero desde la banda, mientras Lanús iba tomando posiciones para una batalla que había planeado larga.
Si los gaúchos jugaban con la rabia de buscar su primera Copa en 22 años (tras la conquistada en 1995), los granates lo hacían con la responsabilidad del que acaricia la historia y, tras más de un siglo de espera para alcanzar la cima, no le iban a entrar las prisas ahora.
Muralla granate
Cuando quiso darse cuenta el 'tricolor', el ímpetu se le había abollado a base de choques contra la rocosa defensa de Lanús, que hacia la media hora de juego ya sacaba a todos de quicio. Sin lograr fluir por los laterales, se daba cabezazos el Gremio contra el centro de los argentinos, a los que cada minuto sentaba mejor.
Tanto, que hasta se decidieron a salir de la cueva y hacerle una primera visita a Grohe en el minuto 33, que podría haber sido el 1-0 si no fuera porque el hábil arquero lleva unos meses con los guantes benditos.
Con la misma firmeza que ya impresionó al continente con su espectacular parada en la ida de semifinales ante el Barcelona, Grohe le detuvo ahora un peligroso lanzamiento cruzado a Martínez, que iba directo a destrozar la moral 'tricolor'.
Apenas un ataque le había bastado a Lanús para poner a temblar a a su hinchada, indefensa sin los destellos de su estrella Luan, apagada durante todo el partido.
Pero esta tercera Copa ya había decidido hacía diez años que si venía, lo haría sufriendo, y aún llegaría otro susto en el 39, con Grohe salvando in extremis un cabezazo envenenado de Braghieri tras un córner.
Ahora sí el pulso se le paró a Porto Alegre, que solo recuperaría el aire cuando aprovechando otro lío de Andrade en un saque de puerta, Arthur recogió un balón que había quedado suelto. No llegó a amenazar seriamente su tiro lejano, pero sirvió para recordar a todos que este Gremio también podía dar miedo.
Por decidir
Eso pareció recordarles a los suyos un desesperado Renato durante el descanso. Tenía que rugir de nuevo el Gremio, y con urgencia, o un Lanús que no entendía de pánico escénico iba a irse con media Copa de Porto Alegre.
Más templados, los gaúchos retomaron el control y la bola, aunque la convicción iba por otro lado. Lo intentó Cortez en el 58 con un potente lanzamiento desde lejos, pero la fortuna aún iba a hacerse de rogar un poco más para los tricolores.
Seguían intentándolo los brasileños, aunque con sus artilleros Luan y Barrios desactivados no llegaba a sufrir un Lanús de gran solidez y magníficos planes para Buenos Aires.
Voló Jaílson con un peligroso cabezazo en el 62, pero las plegarias gaúchas solo surtirían efecto 20 minutos más tarde, cuando apareció Cícero en carrera para superar a Andrada al primer toque, tras un gran centro de Jael.
Daba así la vuelta a la partido, y a la historia, el inesperado volante ante una Arena que acariciaba el delirio, y con él la Copa del 'tricampeonato'.
Aunque en el deseado camino al cielo del Gremio tiene parada obligada el próximo miércoles en la complicada Fortaleza de Lanús en Buenos Aires, donde ya lloraron muchos este año.
Pero, de momento, el 'tricolor' vuelve a sentirse inmortal.
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