sábado, 23 de junio de 2018

En la mente de “La Bestia de Integración Comunal”: Caso Yisleidy DELSY FERNÁNDEZ

1 Cortesía Parecía un hombre común: trabajador, de buena posición económica, casado, con dos hijos. Un comerciante practicante de la religión evangélica-cristiana. Pero, detrás de esa aparente vida normal, se escondía la perversidad de un ser que se aprovechó de tener dinero. En el mismo barrio, en su propio negocio, violó y mató a una niña de 10 años. Según la psicóloga Heleaneth Mora, “esto es un caso de perversión. No tiene nada que ver con el nivel social o educativo del victimario. Estos casos se esconden con mayor frecuencia detrás de gente con poder, que conoce el ambiente en donde su víctima se desenvuelve. Incluso, la estudia para saber cuándo dar el golpe”. “Generalmente son personas de las que no se espera este tipo de actos, gente inteligente, la misma que utilizan para lograr concretar sus actos sexuales patológicos, él es un pedófilo”, sostiene la profesional desde Caracas. Mora agrega que “los perversos no tienen la misma conciencia, el hecho de hacer daño no es relevante para ellos sino mantener sus rituales o fetiches y para eso organizan planes, para encontrar personas disponibles que puedan ‘tapar’ sus actos”. La opinión de la psicóloga es compartida por el psiquiatra Boris Sheinfeld, quien corroboró que Fuentes Chinchilla, apodado ‘La Bestia de Integración Comunal’, “es un pedófilo con una mente torcida”. “En la mayoría de los casos este tipo de conductas no se cura. No existe un tratamiento psiquiátrico que pueda quitarle esa perversidad”. Su conducta la analiza también la psiquiatra Tamara Salom. Señala: “Tiene un trastorno sociopático y psicopático. Su conducta corresponde a un trastorno de la personalidad aunado también a una conducta paranoide y a narcisismo”. Desde la perspectiva del derecho, ‘La Bestia’ podría ser condenada a la pena máxima establecida en el Código Penal venezolano. Esa es la opinión del jefe de la Región Estratégica de Investigación Penal (Redip) de Los Llanos del Cicpc, Juan Pablo Monrroy. “Está incurso en varios delitos: privación de la libertad, violación, homicidio, ocultamiento del hecho y evasión de la justicia; de paso, violó y mató a una niña”, enfatizó la autoridad policial. El comisario retirado del Cicpc, Jotny Márquez, recordó que, en sus más de 20 años de carrera policial, jamás había visto un caso como este. “En mis tiempos tuve la oportunidad de conocer al violador Ángel Pocaterra, capturado en 2006. Fue un caso de gran impacto. Sus víctimas eran mujeres, no niñas”, evoca. Márquez insta a los padres a “mantener mucho más cuidado sobre los hijos. Los valores se enseñan en casa”. Para el criminólogo Fermín Mármol García, Fuentes “tiene una conducta repetitiva que lo convierte en un depredador sexual”. Describe que el ferretero “planifica y ejecuta su actividad criminal haciendo todo lo posible para borrar las evidencias que puedan vincularlo con el hecho o en este caso con su paradero”. Según Lisandro Cabello, secretario de Gobierno, Fuentes Chinchilla habría violado al menos a siete niñas dentro de su ferretería. Su paradero se desconoce. Fuentes policiales aseguran que aún permanece “enconchado” en el Zulia. El negocio de Fuentes Chinchilla no era un comercio común. De día funcionaba como un establecimiento normal. Pero, de noche, según el alcance de la investigación policial, era el lugar para frustrar los sueños de niñas. Al menos siete fueron víctimas de este hombre. Yisleidy no sobrevivió al ataque. Junto a varios cómplices —entre los que hay dos jovencitas adolescentes — ese hombre violó a la niña y golpeó. La pequeña fue asesinada y el cadáver lanzado a un basurero de la zona industrial. La perversión no acabó allí: el cuerpo fue quemado. El criminólogo Mármol García considera que este tipo de conductas son imposibles de corregir. “No dejará de hacerlo jamás”.

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