Odia ver a los niños separados de sus familias
18-06-18.-La primera dama estadounidense, Melania Trump, y su predecesora Laura Bush se sumaron al coro de críticas a la política migratoria del gobierno estadounidense, que ya separó de sus padres a unos 2.000 niños que entraron ilegalmente en Estados Unidos en los últimos seis meses.
“La señora Trump odia ver a los niños separados de sus familias”, dijo a CNN su directora de comunicación, Stephanie Grisham, y añadió que la primera dama espera que republicanos y demócratas en el Congreso “puedan finalmente ponerse de acuerdo para lograr una reforma migratoria exitosa”.
“Ella cree que debemos ser un país que sigue todas las leyes, pero también un país que gobierna con corazón”, agregó citada por la agencia de noticias DPA.
La declaración de Melania se hace eco de las palabras de su marido, el presidente Donald Trump, quien culpó a los demócratas de esta política pese a que se hizo efectiva bajo su mandato.
“Los demócratas deberían unirse con sus homólogos republicanos y resolver los asuntos en materia de la seguridad fronteriza”, tuiteó el magnate a las pocas horas de la declaración de su esposa.
Entre el 19 de abril y el 31 de mayo, un total de 1.995 menores fueron separados de 1.940 familiares adultos, según anunciaron el viernes pasado altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional en una rueda de prensa telefónica con periodistas.
Por su parte, en una dura columna publicada en el periódico The Washington Post, Laura Bush, esposa del ex presidente George W. Bush, calificó la política de “cruel” e “inmoral”.
“Nuestro gobierno no debería estar en el negocio de depositar niños en almacenes reconvertidos o hacer planes para colocarlos en tiendas de campaña provisorias en el desierto a las afueras de El Paso”, escribió Laura Bush.
La esposa del ex mandatario comparó a las imágenes de los niños inmigrantes con “una evocación siniestra de los campamentos de internamiento estadounidenses para japoneses en la Segunda Guerra Mundial, que actualmente están considerados uno de los episodios más vergonzosos de la historia de Estados Unidos”.
La política de detención y persecución penal de todos los migrantes ilegales, incluso de aquellos que tenían previsto pedir asilo, fue anunciada en abril por el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sesssions.
La medida determina que los niños no pueden ser enviados a las mismas instalaciones de detención que sus padres porque no se les acusa de un delito, y por ello son alojados con familias sustitutas o trasladados a otros centros.
Anoche a última hora, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, defendió la política en Twitter y acusó a los medios de comunicación de desinformación. “No tenemos una política de separar familias en la frontera”, sostuvo.
Sin embargo, el congresista demócrata David Cicilline se apresuró a rechazar sus argumentos. “Esto no es cierto. Acabo de reunirme con agentes en el Centro de Procesamiento de la Patrulla Fronteriza en McAllen, Texas, que me contaron que 1.147 niños fueron separados de sus padres en sus instalaciones”, escribió en Twitter.
Esta semana el Congreso estadounidense debatirá dos iniciativas de los republicanos sobre medidas migratorias: un proyecto de ley presentado por el ala más conservadora y una propuesta más moderada apoyada por los líderes del partido.
“La señora Trump odia ver a los niños separados de sus familias”, dijo a CNN su directora de comunicación, Stephanie Grisham, y añadió que la primera dama espera que republicanos y demócratas en el Congreso “puedan finalmente ponerse de acuerdo para lograr una reforma migratoria exitosa”.
“Ella cree que debemos ser un país que sigue todas las leyes, pero también un país que gobierna con corazón”, agregó citada por la agencia de noticias DPA.
La declaración de Melania se hace eco de las palabras de su marido, el presidente Donald Trump, quien culpó a los demócratas de esta política pese a que se hizo efectiva bajo su mandato.
“Los demócratas deberían unirse con sus homólogos republicanos y resolver los asuntos en materia de la seguridad fronteriza”, tuiteó el magnate a las pocas horas de la declaración de su esposa.
Entre el 19 de abril y el 31 de mayo, un total de 1.995 menores fueron separados de 1.940 familiares adultos, según anunciaron el viernes pasado altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional en una rueda de prensa telefónica con periodistas.
Por su parte, en una dura columna publicada en el periódico The Washington Post, Laura Bush, esposa del ex presidente George W. Bush, calificó la política de “cruel” e “inmoral”.
“Nuestro gobierno no debería estar en el negocio de depositar niños en almacenes reconvertidos o hacer planes para colocarlos en tiendas de campaña provisorias en el desierto a las afueras de El Paso”, escribió Laura Bush.
La esposa del ex mandatario comparó a las imágenes de los niños inmigrantes con “una evocación siniestra de los campamentos de internamiento estadounidenses para japoneses en la Segunda Guerra Mundial, que actualmente están considerados uno de los episodios más vergonzosos de la historia de Estados Unidos”.
La política de detención y persecución penal de todos los migrantes ilegales, incluso de aquellos que tenían previsto pedir asilo, fue anunciada en abril por el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sesssions.
La medida determina que los niños no pueden ser enviados a las mismas instalaciones de detención que sus padres porque no se les acusa de un delito, y por ello son alojados con familias sustitutas o trasladados a otros centros.
Anoche a última hora, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, defendió la política en Twitter y acusó a los medios de comunicación de desinformación. “No tenemos una política de separar familias en la frontera”, sostuvo.
Sin embargo, el congresista demócrata David Cicilline se apresuró a rechazar sus argumentos. “Esto no es cierto. Acabo de reunirme con agentes en el Centro de Procesamiento de la Patrulla Fronteriza en McAllen, Texas, que me contaron que 1.147 niños fueron separados de sus padres en sus instalaciones”, escribió en Twitter.
Esta semana el Congreso estadounidense debatirá dos iniciativas de los republicanos sobre medidas migratorias: un proyecto de ley presentado por el ala más conservadora y una propuesta más moderada apoyada por los líderes del partido.
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