JJ Álvarez
La ejecución del presidente de los Estados Unidos (EU), John F. Kennedy, el 22 de noviembre de 1963, fue un hecho injustificable que se convirtió en una maraña. Los autores de la muerte del presidente Kennedy pertenecían a la CIA. Expertos en balística de EU han sostenido que en la investigación pericial de ese dramático acontecimiento se confirmó que no fueron 3 los balazos sino 4 los que segaron la vida del primer mandatario; esto, desdice la actuación de un solo francotirador que hizo 3 disparos (Lee Harvey Oswald), hubo otro. La Comisión Warren pifió sobre este punto.
Lee Harvey Oswald, agente de la CIA desde finales de 1950, estuvo en el ejército yanqui en octubre de 1956; radiotelegrafista de la CIA en Japón; infiltrado en la URSS en octubre de 1959 hasta 1962. Por orden del FBI, en 1963, se infiltró en grupos revolucionarios solidarios con Cuba. Oswald fue quien hizo los 3 disparos que ultimaron a Kennedy, al ser detenido y llevado a declarar fue muerto a balazos por el mafioso Jack Ruby en el sótano de la policía de Dallas. Ruby también fue ejecutado. Casualmente más de 100 personas vinculadas en una forma u otra con la muerte de Kennedy han muerto en circunstancias muy dudosas.
A 55 años de la trágica muerte de Kennedy en Dallas, cabe recordar su último discurso a mediados de noviembre, cuando cuestionó el oscuro proceder de la CIA contra las libertades de información y de expresión ciudadana y anunciar el repliegue de la fuerza militar en Vietnam. Por cierto la CIA, resentida por el fracaso de Playa Girón, trató de involucrar a Cuba con tan abominable crimen y crear un pretexto para aniquilar la Revolución, pero volvió a fracasar.
¿Por qué ocurrió la muerte de Kennedy? La CIA venía de fracasar con sus fines terroristas, anticomunistas y erróneos políticamente. Kennedy era el gran crítico de esa CIA que simbolizaba las lacras e injusticias de la inteligencia yanqui. Esta es la esencia criminal carente de escrúpulos de EU.
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