En Uganda, la propagación del evangelio está haciendo que miles de hechiceros reunidos en una misma zona estén abandonando sus malos caminos para convertirse a Cristo incluyendo a los que viven alrededor de la localidad.
Set Free Ministries, una organización de evangelizadores y misioneros, aseguran que la expansión del evangelio hace que los hechiceros estén dejando libres a las personas del lugar, más de 645 mil curanderos, chamanes y hasta hechiceros son los que controlan la parte de medicina en el país ya que la población no cuenta con este acceso a recursos de salud.
Muchos de los curanderos trabajan en el mismo lugar donde los misioneros de Set Free Ministries, ellos abusan sexualmente de los niños, los cuales han declarado que están traumatizados por el trato de los hechiceros porque son la “única fuente en la parte de salud”, «Cuando se abusa y se deja traumatizado a un niño, adolescente o un adulto lo que opera allí es el miedo», denuncia Vander Mey, miembro de Set Free.
La probabilidad de que los adultos vivan hasta los 50 años es muy baja debido a que el SIDA es la causa principal de muerte en la región, y la población restante solo llegan hasta los 18 años a pesar de que la tasa de natalidad también es alta; es por ello que esta organización tiene como meta la restauración del servicio médico además de trata la salud mental de los niños y niñas que han sido abusados.
Al oir el mensaje de Jesús, la población se aleja de los curanderos y tienen acceso a mejores remedios y tratamientos, lo que hace que los hechiceros estén perdiendo terreno y mudándose porque sus negocios quiebran; actualmente ellos también están trabajando en la construcción de colegios con una capacidad de 1.2 mil alumnos.
Este tipo de prácticas son condenados por Dios en su palabra, obras de la naturaleza pecaminosa como la hechicería no son agradables a los ojos del Creador, pues ésta hace que se dé rienda suelta a los deseos contrarios al espíritu, por lo que hay que dominar los impulsos crucificando juntamente con Cristo Jesús las pasiones y deseos a fin de seguir a quién nos amó primero (Gálatas 5: 16).
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