viernes, 20 de abril de 2018

Chile: Cardenal apoya salida de obispo involucrado en abusos


AP
Agencias
El cardenal de Santiago, Ricardo Ezzati, afirmó el jueves que el obispo Juan Barros, señalado como encubridor de abusos sexuales, debe renunciar a la Iglesia Católica de Chile.

El escándalo provocado por este caso ha trascendido las fronteras del país sudamericano y próximamente el papa Francisco resolverá en El Vaticano el futuro de Barros y la iglesia chilena durante una reunión convocada por el pontífice para que los 32 obispos de Chile aclaren la situación.

Francisco dio seguimiento al tema porque Barros fue una piedra en el zapato durante la visita papal a Chile en enero pasado. Durante todo el viaje, sus misas y actos públicos se vieron salpicados por las quejas de las víctimas del sacerdote Fernando Karadima, el mayor pedófilo de la iglesia chilena, que formó a Barros, a otros cuatro obispos y a 50 curas. Sin embargo, el papa rechazó los señalamientos y acusó a tres denunciantes --Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo-- de ser “calumniadores” y de no haberle enviado pruebas contra Barros.

Ante la crisis que su reacción desató, Francisco designó al mejor investigador de abusos sexuales del Vaticano, el arzobispo Charles Scicluna, y al sacerdote Jordi Bertomeu, para dar seguimiento al tema y escuchar testimonios que involucran a Barros.

La situación continuó desarrollándose y en una carta dirigida a la Conferencia Episcopal, Francisco admitió recientemente que incurrió “en graves equivocaciones de valoración y percepción... especialmente por falta de información veraz y equilibrada”, y pidió perdón a quienes ofendió. Asimismo, exhortó a los obispos a “restablecer la confianza en la Iglesia” por “la confianza rota por nuestros errores y pecados”.

En los últimos días, varios obispos se han pronunciado sobre la carta de Francisco y han asegurado que no fueron los responsables de mal informarlo. Algunos incluso opinan Barros debe renunciar o ser removido.

Ezzati, el cardenal de Santiago, agregó el jueves en sus declaraciones que “es una falta muy grave que se haya engañado al Santo Padre, que alguien haya pretendido engañarlo”.

“Desde lo más hondo de nuestra consciencia y de mi consciencia, quienes hayan cometido esta falta necesitan reconocerla, arrepentirse y reparar el mal, si es que lo han hecho”, añadió.

Con respecto a Barros, Ezzati afirmó que debe renunciar “sin duda alguna”, aunque “no soy juez para decir si encubrió o no”.

Santiago Silva, presidente de la Conferencia Episcopal chilena, opinó hace ocho días que entre las medidas que podría tomar el papa efectivamente estaría la remoción de varios obispos.

Ante este escenario, algunos religiosos formados por Karadima se han deslindado. El obispo Tomislav Koljatic, por ejemplo, dijo hace un par de días que “los abusos como tales son siempre personales y en ese sentido me desligo de lo que otras personas han podido hacer”. Por su parte, Horacio Valenzuela, otro obispo, admitió: “me equivoqué al no darme cuenta de que pasaban cosas malas (en la capilla de El Bosque)”. Karadima encabezó ese lugar por décadas y, según el fallo vaticano, controló a religiosos y fieles psicológicamente y ejerció abusos de poder.

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