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Una bomba en la carretera destruyó el miércoles un autobús en el oeste de Afganistán y mató al menos a 32 personas, incluidos niños, dijo un funcionario provincial.
Mohibullah Mohib, portavoz del jefe de policía en la provincia de Farah, dijo que la explosión también hirió a 15 personas. Se dijo que la mayoría de los heridos se encontraban en estado crítico, lo que indica que la cifra de muertos podría aumentar.
El autobús viajaba por una carretera principal entre la ciudad occidental de Herat y la ciudad sureña de Kandahar.
Nadie inmediatamente se atribuyó la responsabilidad, pero los talibanes operan en la región y con frecuencia usan bombas en la carretera para atacar a los funcionarios del gobierno y las fuerzas de seguridad. También se sabe que el afiliado del grupo Estado Islámico en Afganistán estuvo detrás de los ataques en el área. Los militantes del EI frecuentemente atacan a civiles, especialmente a los chiítas minoritarios del país.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó enérgicamente el ataque del miércoles y reiteró que "el derecho internacional humanitario prohíbe explícitamente los ataques indiscriminados y los ataques contra civiles", dijo el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
El jefe de la ONU hizo un llamamiento a todas las partes en conflicto para que cumplan con sus obligaciones de proteger a los civiles, dijo Dujarric.
Los talibanes han mantenido un ritmo constante de ataques, incluso cuando han mantenido varias rondas de conversaciones de paz con los Estados Unidos destinadas a poner fin a la guerra de 18 años.
El ataque se produjo un día después de que la misión de la ONU en Afganistán publicara un informe que decía que la mayoría de las muertes de civiles en la primera mitad del año fueron causadas por las fuerzas afganas y sus aliados internacionales. Aparentemente, el informe se refería a civiles asesinados durante operaciones militares afganas y estadounidenses contra insurgentes.
El informe de la ONU dijo que 403 civiles fueron asesinados por las fuerzas afganas en los primeros seis meses del año y otros 314 por las fuerzas internacionales, un total de 717. Eso se compara con los 531 asesinados por los talibanes, un afiliado del Estado Islámico y otros militantes durante el mismo período. Dijo que 300 de los asesinados por militantes fueron atacados directamente.
La ONU dijo que la principal causa de muertes y lesiones de civiles fueron los "enfrentamientos terrestres", que causaron una de cada tres víctimas. Las bombas en carretera ocuparon el segundo lugar, representando el 28%. Afganistán es uno de los países más minados del mundo, un legado de décadas de guerra.
Un portavoz del presidente Ashraf Ghani cuestionó el miércoles los resultados y la metodología del informe de la ONU, diciendo que el gobierno está comprometido a proteger a los civiles.
Sediq Sediqqi dijo que los talibanes eran la "causa principal" de muertes de civiles y los acusó de apuntar deliberadamente a escuelas, mezquitas y hospitales. Dijo "lo sentimos" por las bajas civiles durante las operaciones de seguridad afganas, pero acusó a los talibanes de usar a civiles como escudos humanos. También dijo que la ONU había subestimado drásticamente el número de civiles asesinados por los talibanes.
Los talibanes, que controlan efectivamente la mitad del país, se han reunido con el enviado estadounidense Zalmay Khalilzad desde fines del año pasado. Parecen estar llegando a un acuerdo por el cual las fuerzas estadounidenses se retirarían de Afganistán a cambio de garantías de que no se utilizaría como plataforma de lanzamiento para ataques terroristas internacionales.
Khalilzad ha estado en Kabul para conversar con funcionarios afganos en los últimos días y se espera que vaya a Islamabad el próximo.
El gobierno afgano ha sido en gran parte marginado en las conversaciones entre los talibanes y los Estados Unidos, y los insurgentes se negaron a negociar con los funcionarios de Kabul.
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