25 de Diciembre - Hillary Clinton pasó la mañana del juicio político a su esposo en el Congreso, alentando a los demócratas a apoyarlo. Pat Nixon insistió ante la prensa que su esposo no renunciaría, hasta el momento mismo en que lo hizo. Eliza Johnson, debilitada por la tuberculosis, siguió el juicio político a su esposo desde una habitación frente al despacho en la Casa Blanca.
Melania Trump, apenas la cuarta primera dama que enfrenta la amenaza del juicio político a su esposo, sobrelleva la penosa experiencia discretamente, sin el menor intento de hablar en nombre del presidente.
Mientras su esposo batía su propio récord de tuits diarios y pronunciaba su discurso más largo en un acto cuando la cámara baja aprobaba las acusaciones en su contra, la primera dama mantenía los labios apretados. Solo los separó para regañar a una profesora de derecho por mencionar a su hijo Barron, de 13 años, durante una audiencia.
“Como todas las primeras damas, trata de buscar su propio camino”, dijo Tammy Vigil, profesora de comunicaciones de la Universidad de Boston y autora de un libro sobre Melania Trump y Michelle Obama. “En este caso en particular no hay mucha historia que pueda consultar”.
Melania Trump ha dicho en el pasado que es su esposo quien debe hablar, ya que él es la persona elegida por el pueblo.
Y aunque el presidente se queja del “gran daño y heridas” que el proceso ha “infligido a los miembros maravillosos y amantes de mi familia”, la vocera de la primera dama rechazó la idea de que la señora Trump ha sufrido una herida.
“Como siempre, la señora Trump se concentra en ser madre y esposa y está ocupada en el servicio a nuestra gran nación”, dijo la vocera, Stephanie Grisham. “Es muy fuerte y después de tantos años se ha acostumbrado al acoso político”.
Persona reservada por naturaleza, Melania Trump no suele dar a conocer públicamente sus pensamientos. Guardó silencio cuando una antigua modelo de Playboy y actriz porno dijo públicamente que había mantenido una relación extramarital con Trump antes de que fuera presidente, cosa que él ha negado.
Y ha mantenido la misma conducta durante el juicio político.
Melania Trump, apenas la cuarta primera dama que enfrenta la amenaza del juicio político a su esposo, sobrelleva la penosa experiencia discretamente, sin el menor intento de hablar en nombre del presidente.
Mientras su esposo batía su propio récord de tuits diarios y pronunciaba su discurso más largo en un acto cuando la cámara baja aprobaba las acusaciones en su contra, la primera dama mantenía los labios apretados. Solo los separó para regañar a una profesora de derecho por mencionar a su hijo Barron, de 13 años, durante una audiencia.
“Como todas las primeras damas, trata de buscar su propio camino”, dijo Tammy Vigil, profesora de comunicaciones de la Universidad de Boston y autora de un libro sobre Melania Trump y Michelle Obama. “En este caso en particular no hay mucha historia que pueda consultar”.
Melania Trump ha dicho en el pasado que es su esposo quien debe hablar, ya que él es la persona elegida por el pueblo.
Y aunque el presidente se queja del “gran daño y heridas” que el proceso ha “infligido a los miembros maravillosos y amantes de mi familia”, la vocera de la primera dama rechazó la idea de que la señora Trump ha sufrido una herida.
“Como siempre, la señora Trump se concentra en ser madre y esposa y está ocupada en el servicio a nuestra gran nación”, dijo la vocera, Stephanie Grisham. “Es muy fuerte y después de tantos años se ha acostumbrado al acoso político”.
Persona reservada por naturaleza, Melania Trump no suele dar a conocer públicamente sus pensamientos. Guardó silencio cuando una antigua modelo de Playboy y actriz porno dijo públicamente que había mantenido una relación extramarital con Trump antes de que fuera presidente, cosa que él ha negado.
Y ha mantenido la misma conducta durante el juicio político.
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