“Compatriotas, decimos adiós y gracias al año 2019 por los 365 días y noches de aprendizaje y crecimiento. Al año 2020 le decimos bienvenido, un año 2020 para la estabilidad en todas las direcciones: en la vida social, política, militar, en la espiritualidad de la patria”, expresó este lunes, 30 de diciembre, el presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.
“Tenemos con qué y además nos lo merecemos y tenemos que decretarlo desde nuestros corazones como patriotas y venezolanos auténticos”, agregó desde el Palacio Presidencial de Miraflores, durante su Mensaje Especial a la Nación, divulgado a las 9:00 de la noche de este lunes, en la víspera de Fin de Año y la llegada de la tercera década del siglo XXI.
Acompañado de su esposa, la primera Combatiente Cilia Flores, quien se colocó a su lado al final del mensaje, el Jefe de Estado llamó a iniciar el nuevo año que se abre a la historia nacional, trabajando en conjunto para cambiar todo lo que haya que cambiar y seguir la senda de la victoria popular ante el mundo.
“En este año 2020 convoco a un cambio profundo de todo lo que deba ser cambiado”, invitó, recordando que el pueblo de Venezuela ha sorteado un año difícil, y ha demostrado a los ojos del planeta entero que no se le puede arrodillar, pese al ataque sin precedentes del régimen imperial y sus gobiernos subordinados, empeñados en seguir atacando a los venezolanos pese a sus repetidos fracasos.
Venezuela, victoria popular
“En 2019 -podemos decirlo- triunfó la paz, venció la vida pese al bloqueo y la agresión imperialista, a pesar de los expolios que hoy someten la decadentes potencias imperiales contra una nación digna y rebelde”.
Afirmó, orgulloso, que las venezolanas y venezolanos herederos de Libertadores y Libertadoras de América no serán avasallados nunca.
Auguró que con el Petro, la criptomomeda venezolana que fue el sueño de Chávez y hoy es una realidad, la economía de Venezuela encontrará una vía dinamizadora para la reactivación definitiva en 2020.
Prometió que el nuevo año estará lleno de sorpresas favorables para el pueblo trabajador, “pensando en el fortalecimiento de la economía, en la protección de los trabajadores y trabajadoras, en la consecución de las metas como base del modelo productivo, sólido, creciente y próspero”.
Diálogo entre adversarios:
Tras hacer un breve recuento de las agresiones y ataques terroristas de las bandas criminales y enemigas del país durante 2019, abogó por el fortalecimiento del amor y el diálogo que ha logrado imponerse tras estos 365 días de pruebas y resistencia.
Destacó que después de 600 llamados al diálogo, éste comienza a dar sus frutos, enfrentando a algunos grupúsculos que no quieren aceptar su derrota y pretenden seguir generando terrorismo.
“Ante cada acción extremista, hemos sido magnánimos como corresponde a un gobierno digno y cuya prioridad y sentido es el bienestar de su pueblo. En lugar de buscar la revancha hemos invitado a la convivencia, hemos allanado el camino para un retorno a la poítica con una “P” mayúscula y finalmente hemos conseguido eco en la otra orilla. Adversarios, no enemigos, se han sumado al combate de las ideas, que por más encontradas que puedan ser siempre encontrarán un punto de conexión en el bienestar e intereses del país”, contrapuso.
“¡Cómo podemos hacerlo si no es cuidando la paz que esta espada liberadora nos legó”, dijo mostrando la réplica de la espada de Bolívar que embellecía el despacho presidencial.
El 2019 puso a prueba a todos y todas, al punto de producir espacios comunes entre los que son adversarios en las ideas.
Concluyó que el diálogo es garantía de la necesaria estabilidad política. “Ese examen también lo hemos aprobado, el saldo de abundante sabiduría”, resumió.
Respuesta heroica del pueblo
Agradeció la repuesta solidaria, humana, heroica del pueblo que soportó las pruebas más inverosímiles que consideró como enseñanzas para el Gobierno Bolivariano en un año 2019 que, paradójicamente, fue un año de grandes experiencias.
“Esa experiencia que agradezco profundamente, nos permitió constatar la madera fina de la que están hechas las mujeres y hombres de bien en Venezuela”.
“¡¿Qué tanto puede aguantar un gobierno sometido a bloqueo, agresión, persecución comercial y económica y qué más puede soportar un pueblo asediado por el terrorismo psicológico y económico?!”, planteó, denunciando que eso mismo se preguntaban en Lima “los vendepatrias y pitiyanquis, los oligarcas asesinos en Bogotá y los grupos de gobernantes arrodillados al servicio de los mandatos de Washington”.
“Creo que la misma realidad les ha respondido. La capacidad de maniobra y acción de un gobierno es infinita si tiene como respaldo a un pueblo unido en un ideal, un modelo propio, el nuestro, autóctono. Y la capacidad de resistencia del pueblo es inmensa si tiene como protector a un gobierno firme en el empeño de la justicia, la inclusión y la igualdad practicada”, explicó.
“Ese es nuestro caso y somos ejemplo de inventiva frente a los obstáculos que antes se creían insuperables”, puso como resultado de las batallas realizadas en este año que se va.
Venezuela con Dios, la Chinita y el pueblo en 2020
El Mandatario Nacional no dejó dudas de que la fuerza inagotable de la historia libertadora y antiimperialista de los venezolanos son los verdaderos cimientos y las raíces profundas con las que crece el árbol de independencia y soberanía sembrado por Bolívar y rescatado por el Comandante Chávez.
Junto a la primera combatiente, el Jefe de Estado despidió la transmisión deseando unión y amor para que el 2020 venga lleno de prosperidad y más victorias históricas.
“A la presencia heroica de nuestros libertadores, a la bondad de Dios y a la protección de la Chinita, a la voluntad de nuestro noble pueblo me encomiendo, a sus oraciones me encomiendo, nos encomendamos para seguir avanzando, leales siempre a nuestra historia y al futuro que construiremos juntos para toda Venezuela, nuestra patria bella que puede ser aún más bella y que entre todos y todas levantaremos como legado luminoso para las generaciones por venir”, profetizó.
/maye
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