martes, 25 de diciembre de 2012

Condenan a Iglesia Pare de Sufrir por obligar a sus miembros a ofrendar por bendiciones



sábado, 22 de diciembre de 2012 | 

Un tribunal brasileño condenó a la Iglesia Pare de Sufrir (Iglesia Universal del Reino de Dios) después que una pareja presentó una demanda contra la IURD, alegando que fueron obligados a entregar sus bienes a cambio de bendiciones.

La demanda fue presentada en la ciudad de Lageado, Rio Grande do Sul, ante la juez Carmen Luiza Rosa Constante Barghouti de la Novena Cámara Civil del Tribunal de Justicia (TJ-RS).

Según la pareja, la iglesia desafió al empresario y a su compañera a hacer donaciones superiores a sus capacidades.

Al entrar en el proceso, la pareja dijo que estaban en problemas financieros y llegaron a la iglesia creyendo que éstos serían resueltos. El pastor comenzó a enseñarles que debían dar donaciones altas y que a cambio Jesús le daría más dinero.

Con esta promesa, el empresario comenzó a entregar joyas, electrodomésticos, teléfonos móviles y hasta vendió el Automóvil para entregar el valor como ofrenda. Por esta razón, el juez dictaminó que la IURD, debe pagar una indemnización 20.000 reales y que restituya los celulares, la máquina de fax, dos aires acondicionados y una impresora al demandante.

Para apelar la decisión del tribunal, los abogados de la Iglesia Universal, argumentan que los pastores no restringen a sus miembros entregar el diezmo o dar ofrendas y no hay evidencias de que la pareja estuviesen sin capacidad de discernimiento durante el tiempo que asistieron a la iglesia.

Algunos testigos fueron escuchados, entre ellos el pastor de la iglesia, quien confirmó que la pareja frecuentaron la iglesia y después de contar los problemas financieros dieron testimonio que a través de votos consiguieron cerrar un buen contrato.

Unos miembros de la IURD, fueron llamados como testigos y explicaron cómo se hizo la ofrenda, según ellos recibieron una carta basada en un pasaje de la Biblia que muestra las promesas de bendiciones y las penalidades por no cumplir lo que prometió.

La juez de primera instancia, sostuvo que hubo coacción moral y psicológica, que hicieron que los demandantes y OTROS  MIEMBROS SEAN DESAFIADOS A DAR  LAS OFRENDAS  BAJO AMENAZAS DE NO SER BENDECIDOS.

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