jueves, 19 de julio de 2018

Volver al futuro pero con María Corina Machado


Suena el despertador tipo 5 am. Pasados los días aquellos en los que había que levantarse antes de esa hora para conseguirlo, hoy en día hay transporte, gracias al heroísmo de nuestros ex presos políticos y a la lucha durante "La Salida parte V" hay demasiado transporte.
Quise quedarme en la cama unos 15 minuticos más pero dimití de la idea, ya no hay inamovilidad laboral y me pueden botar de este contrato de 3 meses antes de que se cumplan. Peor, puede que no me lo renueven, como en las últimas cuatro empresas outsourcing en las que estuve.
Apago el despertador, me baño y me cepillo con medio tobito, no es porque no haya agua sino que la cobran cada vez más cara… bueno, cada tres meses más cara. Esto de privatizar es como chévere porque se siente un aire de país, nada húmedo pero democrático.
Lo de "demasiado transporte" es porque sobran autobuses de CoriRuta C.A. para salir de Guatire (es de un consorcio y el nombre no tiene nada que ver, dejen la malicia), son grandes, puntuales, con aire acondicionado, wifi, colectores encorbatados, te dan unos tickets con hologramas muy vistositos pero mi quincena alcanza para tres viajes en esas naves.
Hay 2 ó 3 ventebuses (ex-metrobuses) de los que eran rojos pero ahora son azul clarito. Esos los iban a eliminar, pero los dejaron a precios competitivos después del plan Hausmann, del ajuste del FMI, de protestar solo tres días y de que desaparecieron dos mujeres y tres estudiantes más.
Subo a un ventebús en el que vamos todos apretados pero sin vendedores de caramelos o gente pidiendo, pensar que cuando el RRRégimen viajábamos igual o en "perreras", aquella chusma que gobernaba nos decía que era porque estábamos bloqueados y tal. Hoy ya no lo estamos, nos endeudamos por miles de millones pero este violín y el sudor pegostoso son de gente contratada, no de pedigüeños.
De allá de los DDT (distritos de transición) viene también un gentío a trabajar amuñuñados en estos buses. Luego de que les compraran por pocas lechugas verdes sus apartamentos de la misión maqueta, se fueron a vivir en unos cerros, los ranchos se cayeron, la Presi llamó a los empresarios a embellecer la ciudad y sacaron esa ranchería para un valle y que del Tucutunemo. Hoy en los DDT esperan por un crédito indexado para optar a soluciones habitacionales de 55 metros cuadrados, algo compacto y moderno, pues, como dicen Nacho y Lassie (Lasso, Larry… no recuerdo bien). Mientras tanto, ventebús para allá y para acá.
Esa gente de los DDT no andan por ahí pidiendo ni sus hijos andan echando broma, para eso el gobierno y el sector privado, productivo y libre, han creado empresas de vigilancia donde los entrenan expertos de las Autodefensas Unidas Venezolanas (AUV) y otros que escriben como garabateado. Lo bueno de sentirse seguro es que uno aprende a no preguntarse nada.
Por lo menos nos gobierna una ingeniera industrial de la UCAB y no un autobusero. Bueno, es un misterio porque hubo un momento donde no había presidente pero había que sacar al presidente, según la presidenta actual había un vacío. El caso es que era una peleadera, todo el mundo opinaba de política como si vinieran de la UCV, debates iban, autocríticas venían, las juntas comunales eran colectivos, no se podía vivir con esa incertidumbre.
De un tiempo para acá se acabó ese rollo, ahora nos divertimos viendo "Sábados con Nacho" por RCTV y un reality con Carla Angola llamado "Rebrotando en La Blanquilla" que da como cosita, pero sirve para promocionar el turismo de nuestra tierra de gracia.
Hablando de Tierra de Gracia, así se llama el "punto de confluencia" que ofrecía la Presi, se parece a algo que llamaban Pacto de Punto Fijo pero repotenciado, todos remamos hacia un mismo lugar. La única diferencia es entre magallaneros y caraquistas, bueno, y con la minoría que vive fastidiando con el hashtag #NosFaltanYa1215Enchufados.
Este país ya es otro, nadie nos va a volver a dividir, nada de seis por directo (o como se diga) en el Metro, porque para relajarse no hay nada mejor que La Marsellesa, Beethoven, Lassie y Soledad Bravo cantando zarzuelas venezolanizadas.
Nuestra Presi es originalísima y carismática, viaja pagando pasaje de su bolsillo para los partidos de la Copa Davis y regala camisetas de la Vinotinto a sus homólogos de la OEA (nos salimos de la Celac y la Unasur ya no existe). Además, como se acabó la regaladera de petróleo a esos otros países caribeños que envidian nuestra riqueza, cada vez es más eficiente el sistema de deportación de sus bad hombres, se acaba el abuso.
Ya pronto llega el desarrollo, nos falta poco, dejaremos de ser subdesarrollados, no necesitamos colonizar a otros países ni tener armas nucleares sino pensar como desarrollados y ya lo seremos. Necesitamos importar mucho para producir empaquetando y ensamblando mucho de lo que la mano invisible del mercado determine, da lo mismo.
Al despertar a la realidad nuestro narrador sigue en una reunión del Frente Amplio de la Unidad y la Concertación "Soy Venezuela" en la que se discute quién sería el mejor presidente de la transición post-chavista, pero con una probabilidad casi cero de alcanzar el poder, bebe algo de agua, se acomoda la camisa y se pregunta qué habrá comido para soñar cosas así.

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