Caracas, 28 de agosto de 2018.- Fue un 28 de agosto de 1963 cuando Martin Luther King, aquel pastor estadounidense de la iglesia bautista subió al podio del Monumento a Lincoln, en Washington D.C. y pronunció su discurso “Yo Tengo un sueño”, conocido como “I have a dream” en inglés, a favor de los derechos civiles de los afroamericanos.
El contexto de este discurso fue la denominada Marcha sobre Washington por trabajo y libertad. Uno de sus objetivos era mostrar apoyo público a las reformas legislativas propuestas dos meses antes por el presidente John F. Kennedy en relación a los derechos civiles.
Es un discurso profundamente optimista, esperanzador, que propone el ideal de una sociedad fundamentada en los valores de la igualdad y la fraternidad, con pleno reconocimiento de los derechos civiles y las libertades individuales de la comunidad afroamericana.
Más detalles
  • En ese entonces, Luther King inicia el discurso recordando la figura del presidente estadounidense Abraham Lincoln, quien cien años antes había abolido la esclavitud.
  • Se refiere a la deuda histórica de Estados Unidos con la comunidad afroamericana en los términos de un cheque que aún no ha sido pagado y cuyo pago constituye el reconocimiento del derecho a la libertad, la seguridad y la justicia.
  • Recuerda a sus seguidores la necesidad de seguir avanzando en su propósito hasta que se haga justicia, pese a las dificultades, a la situación de injusticia generalizada y a los tensos escenarios que se vivían en el país a causa del racismo.
  • Sin embargo, dice, a pesar de todas las adversidades y los obstáculos, “tengo un sueño”, un sueño de justicia e igualdad, de fraternidad entre blancos y negros para que un día en Estados Unidos el sueño de la libertad para todos los ciudadanos, sea posible.
Yo Tengo un Sueño” es considerado sin mayores debates como el mejor discurso político de la historia de Estados Unidos. Está lleno de referencias históricas, bíblicas e incluso mitológicas relativas a la formación de Estados Unidos. Desde el punto de vista de la retórica, utiliza abundantemente la figura literaria de repetición conocida como anáfora, siendo en este caso la frase tengo un sueño.
Pero su gran valor estriba en la gran habilidad de King como orador y su capacidad para llegar al corazón de las personas con un discurso en el que acusa a la nación norteamericana de haber cometido el gran pecado por maltratar a la raza negra al mismo tiempo que deja abierta la puerta a la redención por esa gran falta. /CC
Fuentes: 
www.minci.gob.ve
www.culturagenial.com
www.culturizando.com