Greily Núñez
Archivo
Las dos amigas murieron en el vuelco de una camioneta donde se las llevaron dos hampones en vía a Mara. Las sometieron al salir del gimnasio.
“Nada de lo que digan o hagan va hacer que mi hija vuelva a mis brazos” fueron las palabras que apenas pudo mencionar la madre de Verónica Urdaneta, una de las mujeres que murió en el vuelco de una camioneta Fortuner la mañana del jueves en el sector Nueva Lucha de Mara, luego que fuese raptada junto a su amiga Indira Bermúdez en Maracaibo al salir de un gimnasio en la avenida Fuerzas Armadas.
La madre de Verónica no halla consuelo a su dolor y prefirió el silencio ante semejante tragedia. Sin embargo, a través de las redes sociales decenas de amigos manifestaron su profundo dolor e indignación por lo sucedido.
Verónica Urdaneta era odontóloga y, aunque no ejercía su carrera, trabajaba en un local en la Torre Tendencia, ubicada en la avenida El Milagro. Era muy conocida entre profesionales relacionados con el mundo fitness y la estética.
Su amiga Indira, era bionalista y ejercía desde hace tiempo su profesión en la clínica Paraiso. Tenía más de diez años de graduada.
La trágica muerte de Bermúdez y Urdaneta se hicieron sentir en Maracaibo. Familiares, allegados y amigos se apersonaron ayer hasta las capillas velatorias donde velaban a las amigas, Verónica en la funeraria Zulia e Indira en la Mansión Apostólica.
Uno de los familiares de Bermúdez, quien prefirió no identificarse, dijo: “Tenemos conocimiento que en el vehículo se encontraban dos hombres más, pero lograron escapar”.
Verónica e Indira eran amigas desde hace siete años. Verónica tenía seis años de casada, pero no dejó hijos, mientras que Indira dejó un hijo de 12 años y una relación sentimental con su esposo de diez años.
“Lo que sucedió es producto de la inseguridad que se está viviendo”, expresó una allegada de la familia Urdaneta.
Autoridades policiales confirmaron ayer la muerte del otro delincuente que resultó herido en el vuelco y quien respondía al nombre de Kelmin Manuel Urdaneta Nava (23).
Este hampón, en complicidad con César Andris Montiel Paz (40), fueron los que tenían sometidas a las mujeres y quienes propiciaron el accidente.
Fuentes policiales informaron que las dos mujeres habían sido secuestradas por estos maleantes y en el punto de control de Nueva Lucha, la Guardia Nacional Bolivariana se percató de la actitud sospechosa de los hombres, por lo que decidieron darle la voz de alto. Los asaltantes prefirieron darle al acelerador y es cuando se produce el vuelco. Se pudo conocer que los asaltantes eran de una banda de Carrasquero.
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