domingo, 30 de diciembre de 2018

Funcionario de EE UU defiende a agentes en casos de muertes de niños guatemaltecos


Reuters
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Los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés) de Estados Unidos hicieron todo lo que pudieron para obtener ayuda médica para dos niños de Guatemala que posteriormente fallecieron estando bajo su custodia, dijo el domingo el jefe de esa agencia.
Las muertes han intensificado el debate sobre la política de inmigración de Estados Unidos mientras el presidente Donald Trump exige al Congreso 5.000 millones de dólares para financiar un muro a lo largo de la frontera con México.
El impasse sobre el muro ha provocado un cierre parcial de la administración federal estadounidense, que el domingo entró en su noveno día. El sábado, el mandatario culpó a los demócratas por la muerte de los dos niños en un tuit, lo que provocó críticas de que está politizando las tragedias.
El comisionado de la CBP, Kevin McAleenan, dijo el domingo al programa “This Week” de ABC que en una década ningún niño había muerto bajo custodia de la CBP y que el fallecimiento de los dos niños guatemaltecos en tres semanas ha sido “absolutamente devastador”.
Felipe Gómez Alonzo, de 8 años, fue el segundo niño guatemalteco en morir este mes mientras estaba bajo custodia de autoridades estadounidenses.
Su fallecimiento siguió al de Jakelin Caal, una niña de 7 años también de Guatemala que murió a comienzos del mes. La pequeña falleció tras ser detenida junto a su padre por agentes fronterizos de Estados Unidos en una zona remota del estado de Nuevo Mexico.
Caal estaba a 150 kilómetros de una estación de la Patrulla Fronteriza cuando comenzó a vomitar en un viaje en autobús a la estación, dijo McAleenan en ABC. Agregó que un agente de la Patrulla Fronteriza que era paramédico la revivió allí y fue llevada al hospital de niños en El Paso, donde murió.
En el caso del niño, dijo McAleenan, fue un agente de la Patrulla Fronteriza quien notó que estaba enfermo y los envió a él y a su padre a un hospital. Funcionarios estatales en Nuevo México dijeron el viernes que Felipe tenía gripe antes de morir.
“Nuestros agentes hicieron todo lo que pudieron, tan pronto como estos niños manifestaron síntomas de enfermedad, para salvar sus vidas”, dijo McAleenan.
Después de la segunda muerte, el CBP dijo que llevará a cabo controles médicos secundarios a todos los niños bajo su custodia, en especial de los menores de 10 años.
McAleenan dijo que el número de familias y niños que cruzan ilegalmente la frontera ha aumentado de manera constante en los últimos meses y representó el 65 por ciento de los cruces en diciembre. Esas familias y niños ingresan en un sistema diseñado para adultos.
“No queremos que estén en las estaciones de patrulla fronteriza. Queremos que estén en un mejor lugar para estas poblaciones vulnerables que estamos viendo”, dijo.
Un muro fronterizo fue la última medida que McAleenan mencionó como necesaria para abordar lo que él llamó una crisis en la frontera sur, después de una nueva legislación, invertir en los países centroamericanos para ayudar a mejorar la vida allí, y trabajar con México en un plan conjunto para manejo de migrantes.
“Necesitamos un enfoque imparcial y no partidista de nuestras leyes de inmigración para enfrentarnos y lidiar con el hecho de que los niños y las familias están entrando en este ciclo”, dijo. “Eso es lo primero y más importante”, concluyó.

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