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El nauseabundo olor que a diario expide de la morgue de Valencia indica que los cadáveres que ingresan al departamento se descomponen rápidamente.
La situación deplorable e insalubre en la que opera el lugar fue corroborada por personas que hacen vida en el sitio y algunos trabajadores y moradores que conocen la situación, pero prefirieron no identificarse por temor a represalias.
Las cavas del departamento están descompuestas desde hace mucho tiempo, por lo que la gran cantidad de cadáveres que son ingresados a la morgue y no son retirados por sus familiares se descomponen al no estar en condiciones actas para su conservación.
Se conoció que los trabajadores no cuentan con guantes ni tapabocas al momento del contacto con los cuerpos, por lo que se exponen a contraer enfermedades.
Algunos de los allegados al lugar comentaron que no hay agua desde hace varios dios y los bombillos de iluminación que se queman no han sido remplazados.
Los trabajadores hicieron un llamado al gobernador de Carabobo, Rafael Lacava para que envíe una comisión a inspeccionar las condiciones en la que se encuentra la morgue y corrobore que la situación es infrahumana.
Por otra parte se conoció que las furgonetas para trasladar los muertos desde el lugar del suceso hacia el Departamento de Patología Forense están paradas frente a la morgue, no funcionan por falta de repuestos y neumáticos, por lo que los cadáveres deben ser trasladados en otro tipo de vehículos.
Familiares y trabajadores de la morgue solicitaron al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamef), que agilice la recuperación de las cavas, los vehículos y las condiciones del departamento en general.
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