Ramón Castillo
Ramón Castillo
ramoncas3@gmail.com
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Un borracho se acercó a una cruzada de sanación que dirigía una evangelista puertorriqueña en Maracay. Con su bien proyectado timbre de voz, la predicadora ordenaba: “Hagan una fila quienes desean ser sanados de cualquier enfermedad”. “Esto me parece raro” –pensaba el borrachito– “Algún interés tiene esta mujer”. Efectivamente, los temores del beodo se cumplieron cuando la oradora anunció que era hora de recolectar la ofrenda: “Hagan una cola, quienes desean ofrendar cien mil bolívares” –Decretaba la bien alimentada mensajera. Cuando el borracho vio caer los billetes en los tobos preparados para ese fin, exclamó: “Ahí está, eso es todo el interés, lo de siempre: el billete”. Esto está pasando con la candidatura a la presidencia del pastor Javier Bertucci, quien inició su camino hacia la candidatura presidencial repartiendo sopa a los necesitados de algunos barrios pobres del país. Por lo general, en todos estos esfuerzos pseudo-religiosos siempre está presente la manipulación política. A través de las redes sociales, los acólitos de Bertucci dejan colar la idea de que tal candidatura es una elección del pueblo evangélico. Nada más alejado de la realidad. La población evangélica no es un partido político con derecho a elegir candidato propio. Es un movimiento fundamentalmente religioso, plural, heterogéneo, diverso que deja a sus miembros y simpatizantes en libertad para escoger sus opciones políticas. Ciertamente, en Venezuela se conocen intentos por encausar a la población evangélica hacia iniciativas políticas determinadas. La última experiencia en este sentido fue Nuvipa (Nueva Visión de País), organización diseñada por un grupo de pastores evangélicos que logró quitarle cerca de 100.000 votos al Gobierno en las elecciones para la Asamblea Nacional en diciembre del 2015. A diferencia de la izquierda, que ve al pueblo evangélico como un grupo de ingenuos religiosos con un libro debajo del brazo, la derecha está clara respecto a la importancia política de este sector social. No tengo dudas de que la candidatura del señor Bertucci está alentada por la derecha política para restarle votos a Maduro en las próximas elecciones. ¡Mosca!
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