Luis Dagand
Panorama
La tranquilidad tradicional que acompaña al domingo de resurrección quedó en el olvido luego de una serie de apagones que asolaron a la ciudad.
Fluctuaciones de energías se registraron al norte y sur de la ciudad. Sectores como la Trinidad y las Tarabas registraron cerca de tres a cuatro irregularidades en el servicio, al igual que la Pomona. Sierra Maestra también vivió breves momentos a oscuras.
Pérdidas totales de electricidad se manifestaron, en lugares como el Tránsito, María Concepción Palacios, Haticos por arriba, y el sector Pomona, donde los habitantes de los barrios Altamira sur y norte fueron testigos de la explosión de la Subestación Pomona.
“A nosotros lo que nos alarmo fueron los sonidos horribles cuando eso explotó, parecía una fiesta de fuegos artificiales, las llamas y chispas alumbraron al barrio en medio del apagón”, manifestó Danny Nuñez quien a su vez hizo un llamado para tomar acciones de calle ante la situación, reflejando que el mayor temor de colectividad es perder la comida guardada en sus neveras.
Los vecinos del sector llegaron a una sola conclusión. La lluvia fue la culpable, explicando que desde el momento que cayeron las primeras gotas de aguas se originaron las “idas y venidas de corriente”, culminando en el hecho de la Subestación.
La explosión llamo la atención de curiosos quienes observaron como las llamas cobraron vida y ningún equipo de emergencia las extinguió. “Antes de la siete de la mañana fue la subestación se incendió, las llamas se apagaron con la llovizna, nadie atendió la emergencia, Corpoelec llegó ahorita a las 10 am, no nos han dicho nada”, declaró Alveni Valbuena.
El rotativo intentó tomar información del personal que se encontraba atendiendo el suceso, pero, se limitaron a expresar “Estamos analizando”.
Los residentes del Tránsito comparten idea de que la breve lluvia dio pie a las fallas de electricidad: “Cuando comenzó a medio llover escuchamos explosiones, nos imaginamos que eran los transformadores, desde las cuatro de la mañana estamos sin luz, los niños no han podido dormir”, expresó Ada Reyes.
Las repercusiones por las fallas en la electricidad afecta el bolsillo de los marabinos y es que Jackelin Chacín obtuvo cuantiosas pérdidas, debido a que la pequeña agencia de loterías de su propiedad no pudo operar. "No podemos trabajar, hoy perdí el día no lo voy a poder recuperar, todo está automatizado y sin luz quedamos en las cavernas”, sentenció la pequeña empresaria.
A parte del daño sufrido en la economía está el tema de la seguridad, residente del sector Haticos específicamente en la zona de Cabeza de Hacha viven en zozobra, ya que la popular “luz” los abandona frecuentemente en la tarde y puede tardar hasta más de cuatro horas en venir: “Esto por acá después de las seis de la tarde es una “boca de lobo”, los malhechores hacen de las suyas, así no se puede vivir” a la vez que indicó que bombillos y lavadora se le han quemado por consecuencia de los constantes “bajones” en el lugar.
Usuarios del Metro de Maracaibo sufrieron también por la interrupción del servicio, porque aunque fueron habilitadas unidades de Metro Mara para cubrir la demanda del transporte, no daban abasto para el inmenso volumen pasajeros, quienes en horas de la mañana se vieron obligados a pagar exhorbitantes pasajes a vehículos piratas para llegar a sus puesto de trabajos.
“Yo trabajo en el centro de la ciudad, tuve que pagar seis mil bolívares para llegar a mi trabajo”, declaró María Troconis mientras caminaba apurada a su puesto laboral.
Otra situación que preocupaba a los afectados es el de la alimentación debido a que la falta de gas, muchos han optado por cocinas eléctricas. “ No he podido cocinar porque mi cocina trabaja con corriente, ahora estoy viendo a ver si cocino el almuerzo con leña o carbón” dio a conocer Fanny Agudelo mientras tomaba aire en su porche.
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