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FÚTBOL
07:37 PM / 01/12/2018
AFP
River ratificó el sábado su rechazo al "cambio de sede" para el partido de vuelta final con Boca por la Copa Libertadores, aunque el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, afirmó que "la pelota no se puede parar", tras la orden de la Conmebol de jugarlo en Madrid el 9 de diciembre.
El club 'millonario' "ratifica su rechazo al cambio de sede" al entender que "la decisión desnaturaliza la competencia, perjudica a quienes adquirieron su ticket y afecta la igualdad de condiciones a partir de la pérdida de la condición de local", según un comunicado en su página web.
Consultado Infantino por la nueva protesta riverplatense, respondió que "la Conmebol va a tener que tomar una decisión". En rueda de prensa en el marco de la cumbre del G20 en Buenos Aires, el dirigente deportivo dijo que su convicción "es que se tiene que jugar, la pelota no se puede parar".
River Plate reiteró que no fue responsable de la agresión a pedradas contra el autobús que trasladaba al plantel 'xeneize' al estadio Monumental el 24 de noviembre y que los hechos ocurrieron por "una falla del operativo de seguridad".
El capitán boquense, Pablo Pérez, resultó lastimado en un ojo y el resto de la delegación sufrió los efectos del gas pimienta arrojado por la policía para dispersar a los agresores. El encuentro se suspendió ese día y el domingo 25 otra vez al no estar los jugadores en condiciones.
"Hay unos idiotas que arruinan la fiesta. Hay que encontrarlos y sacarlos", dijo el mandamás de la FIFA.
Luego, en una entrevista con la AFP también en el marco del G20, Infantino señaló que "la Conmebol ha tenido su misión más difícil. Ellos propusieron Madrid, es una situación excepcional en circunstancias excepcionales".
La ida se había disputado en el estadio la Bombonera y empataron 2-2. La Conmebol dispuso esta semana que se juegue en el estadio Santiago Bernabéu el 9 de diciembre.
- ¿Organizar el G-20 y no River-Boca? -
El club 'millonario' afirmó que "el fútbol argentino en su conjunto y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no pueden ni deben permitirse que un puñado de violentos impidan el desarrollo del superclásico en nuestro país".
Infantino dijo tener "la experiencia de ver a los hinchas argentinos en los mundiales" y que "es una característica la pasión". Pero aclaró que la federación española y Real Madrid tienen "mucha gente que sabe cómo se organiza este tipo de partidos".
River renovó su estupor: "Es incomprensible que el superclásico no pueda desarrollarse con normalidad en el mismo país que en los días que corren se desarrolla una cumbre del G20".
Hinchas, dirigentes, medios y futbolistas argentinos han coincidido en que es "una vergüenza y una humillación" que el superclásico más importante de todos los tiempos se juegue fuera del país.
River recordó que la agresión ocurrió "fuera del anillo perimetral dispuesto para el evento", a cuatro calles del estadio y que la falla de seguridad "fue asumida abiertamente por las más altas autoridades del Estado". El ministro de seguridad de Buenos Aires, Martín Ocampo, tuvo que presentar la renuncia.
El club también evocó que "más de 66 mil asistentes al estadio aguardaron pacientemente" y que "a esos mismos espectadores se les niega ahora -injustificadamente- la posibilidad de presenciar el espectáculo, en virtud de la evidente diferencia de costos y la distancia propia de la sede elegida", cuestionó.
Cientos de hinchas de River protagonizaron este sábado un 'banderazo' frente al Monumental enojados por perder la localía, entre cánticos de apoyo a River y de rechazo a la decisión de la Conmebol.
- Boca quiere los puntos -
Boca también ha apelado la reprogramación del partido y pidió a la Conmebol que le otorgue los puntos y la Copa.
Entre sus argumentos figura la eliminación sufrida ante River en octavos de final de la Copa en 2015. Hinchas boquenses arrojaron gas pimienta a jugadores de River en la manga de regreso a la cancha en la Bombonera con el resultado 0-0.
La Conmebol dio por perdido el partido a Boca y lo descalificó. River había ganado 1-0 la ida.
Infantino confió en que la revancha se va a jugar y que será "una fiesta del fútbol sudamericano".
Será la primera vez que una final de Libertadores se defina fuera de Sudamérica desde que comenzó a disputarse en 1960.
"Que sea algo que marque un antes y un después para el fútbol. La FIFA no actúa. Es una competencia de la Conmebol, que tiene los elementos" para la decisión.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, presente en la cumbre del G20, dijo al respecto que para su país "es un honor albergar" el encuentro y que se va a "desplegar todo un aparato de seguridad".
Boca busca su séptimo título de Libertadores para igualar a su compatriota Independiente como máximo ganador del torneo continental, mientras River va por su cuarta corona.
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