sábado, 1 de diciembre de 2018

Una puñalada le partió el corazón


Paola Hernández
Panorama
La víctima caminaba por la prolongación C-2 cuando presuntos ladrones lo sometieron. Iba a su casa.  Nuri Bozo ha perdido a dos hijos en tres meses.


La tragedia golpeó a la familia de Eduard Bozo, de 20 años. El joven fue asesinado, la noche del jueves pasado, de una puñalada en el corazón. Presuntamente iban a robarlo.
 
Lo atacaron en la prolongación de la circunvalación número 2 de Maracaibo, a 500 metros de su vivienda asentada  en el barrio Los Olivos. 
Al sitio, la mañana de este viernes fueron funcionarios del Cicpc. También estaba la madre de Bozo.

Nuri Bozo  no podía contener el llanto, mientras observaba la escena donde mataron a  su hijo.

 Caminaba de un lado a otro en la isla que separa los canales en la prolongación de la C- 2. 
“¿Por qué? Dios mío mi niño, ¿Por qué?”, repetía una y otra vez la mujer que entre cada respiración trataba de calmarse para explicarle a los detectives del cuerpo detectivesco lo poco que sabía sobre el asesinato de uno de sus cuatro hijos.

 Los funcionarios llegaron  a la escena luego de ser informados del caso para reconstruir lo sucedido.  Familiares y amigos de la víctima estaban para presenciar y ayudar.
 
 A las 8: 30 de la noche del jueves, Eduard regresaba con un grupo de amigos de una cancha de fútbol que queda a dos kilómetros de su residencia y a la que asistía frecuentemente. “Le gustaba ir a pasarla bien con sus compañeros y al menos tres veces a la semana iba a jugar”, dijo su madre. 

 Luego de haber caminado el primer kilómetro, y pasar una alcabala de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que queda en toda la avenida, atravesaron la carretera para pasar la isla desde la que se veía su casa. 

Sin embargo, Eduard nunca llegó, presuntos delincuentes los emboscaron y les exigieron sus pertenencias,  pero él se resistió y lo apuñalaron “en todo el corazón, es la única herida que tiene”, explicó su madre mientras con una mano señalaba el corazón de ella y las lágrimas volvían a asomarse. 

Los compañeros de la víctima salieron corriendo y un grupo llegó hasta la casa de Bozo para darle la trágica noticia a la familia. 

“De inmediato salimos a ver dónde estaba y lo vimos tirado, con ayuda de amigos lo llevamos hasta el Hospital Adolfo Pons, pero llegó muerto. Se desangró”, sentenció la ama de casa.
  
“No sabemos a ciencia cierta qué sucedió, solo queremos que se haga justicia, él era un chico trabajador”, dijo una de sus hermanas mientras veía cómo un detective marcaba con señaladores donde había  rastros de pelea o sangre.

Eduard no estaba estudiando una carrera universitaria. Trabaja en obras de construcción para ayudar a su madre y en su casa. Sus amigos lo describieron como “un buen muchacho”, dicen desconocer  quién pudo haber hecho algo así”. 

Nuri Bozo    agregó que quiere justicia. “Es lo único que pido porque esto es muy difícil”. Recordó la mujer hace tres meses sufrió otra perdida. Otro de sus hijos de nombre José, atravesaba la misma avenida cuando un camión 350 lo atropelló y el chofer huyó de la escena. El joven murió al instante “y nunca se supo quién fue el culpable”.
 Todos concordaron en que la zona siempre está muy oscura y “los atracos  y  accidentes son frecuentes, las autoridades deben pronunciarses”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario