domingo, 1 de marzo de 2020

Abrebrecha | Ataque a la moneda. Crimen de lesa humanidad


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Hay quienes todavía, a estas alturas, se niegan a reconocer que el bolívar, nuestra moneda nacional, ha estado siendo manipulado con objetivos políticos. Otros lo dudan y hay un grupo que, aunque consciente del ataque, no lo acepta, por lo menos no públicamente.
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Al Sol de hoy ningún economista, ni de derecha, ni de izquierda, ha demostrado con cálculos econométricos que la supuesta depreciación del bolívar, la cual asciende a 90 mil millones por ciento desde el año 2012, haya sido consecuencia de un fenómeno económico y no de un despiadado ataque en el marco de la guerra no convencional contra el pueblo venezolano por parte del imperialismo.
Este ataque, como hemos alertado desde diciembre de 2015, busca inducir la inflación, la caída de la producción nacional, el desfinanciamiento de la administración púbica, el deterioro de la prestación de los servicios públicos, la escasez de efectivo y la dolarización. En otras palabras busca desestabilizar la economía como medio para derrocar la revolución bolivariana.
Catálogo de las armas económicas
En el libro titulado “Las políticas de las acciones no violentas. Teoría del poder” escrito en 1973 por Gene Sharp, artífice de las guerras no convencionales, se listan y detallan en 900 páginas, las estrategias y armas de las guerras no convencionales, tanto las de intervención política como económica.
En este libro, que consideramos debe ser de lectura obligatoria por todo el pueblo venezolano que resiste en unión cívico militar y particularmente por quienes en nuestro país diseñan las estrategias y tácticas contra la guerra no convencional, debuta explícitamente el ataque a la moneda como parte del catálogo. A esta arma le dan el nombre de “falsificación con motivos políticos”.
Escribió Sharp: “La falsificación con motivos políticos implica la distribución deliberada de dinero falsificado y otros documentos de importancia económica para un país hostil. ´Esto se podría hacer para quebrantar la economía por medios monetarios´ escribe el profesor Thomas C. Schelling, ´o para crear mentiras frecuentes que causen pérdida de confianza en la moneda.”
En el mismo libro Sharp también escribió: “Las intervenciones no violentas pueden también tomar formas económicas. El efecto de algunos de los doce métodos de esta subclasificación [económica], es sin embargo, principalmente psicológico, mientras que otros de los métodos es en gran parte económico, a menudo con ramificaciones políticas”. En el catálogo de este tipo de intervenciones se encuentran en la lista: los llamados a paro, los bloqueos, la incautación de activos, los mercados ilegales, los sistemas alternativos de transporte, además del ataque a la moneda.
Cualquier parecido con nuestra realidad reciente no es, en lo absoluto, ninguna casualidad.
Son los mismos
El asesor de Dolartoday, portal usado como instrumento para falsear con motivaciones políticas el tipo de cambio,es el profesor Steve Hanke, miembro del Instituto Cato, quien en 1996 asesoró a Rafael Caldera y le recomendó la dolarización de la economía venezolana.
El Instituto Cato conformado por un grupo de neoliberales y monetaristas, estableció en 2009 una alianza en Venezuela con CEDICE para crear la Universidad Cato-CEDICE con sede en Caracas. Fue este Instituto el que entregó en 2008 el “premio Milton Friedman” por un monto de US$ 500.000 a Yon Goiecoechea dirigente del partido opositor de ultraderecha Primero Justicia y perteneciente al movimiento estudiantil “manos blancas”, iniciadores de las denominadas guarimbas en Venezuela, cuyos miembros fueron entrenados desde el año 2003 por Gene Sharp y el Coronel Helvey, ambos del Instituto Albert Einstein y creadores de las revoluciones de colores.
Por su parte, el Instituto Albert Einstein fundado en 1983  por Gene Sharp, uno de los principales ideólogos de la Guerra Fría y consejero de las fuerzas anticomunistas, y por su alumno Peter Ackerman, ha sido una organización dedicada al estudio, dicen ellos, de las acciones “no violentas”. Desde sus inicios, participó como miembro de la junta directiva del Instituto, Thomas Schelling, mentor de Sharp, Premio Nobel en Economía y consultor del Proyecto Camelot.
Gene Sharp junto con Thomas Schelling también formaron parte del Centro de Asuntos Internacionales de Harvard liderado por Henry Kissinger, McGeorge Bundy (luego asesor de seguridad nacional de EEUU) y Robert Bowie (posteriormente jefe de la CIA). Centro conocido en los bajos fondos como la “CIA en Harvard”.
Son estrechas las relaciones entre el Instituto Albert Einstein y el Instituto Cato. Ackerman quien es además el fundador del Centro Internacional de Conflictos no violentos y miembro de Freedom House, ingresó en la junta directiva del Instituto Cato en 1995.
Sharp y Ackerman, por ejemplo, asesoraron en los 80´ a los líderes de los movimientos separatistas nacionalistas en la Unión Soviética, los de Lituania, Letonia y Estonia. Afirma Marcie Smith, investigadora de la Universidad de Nueva York, que la secesión báltica diseñada con la asesoría de Sharp y Ackerman fue altamente desestabilizadora para la URSS y añade que “el caos fue exacerbado por un ´asalto cuidadosamente planeado contra el rublo en 1989-1991 a través de una operación mundial por parte de especuladores de divisas y lavadores de dinero profesionales que involucraban a varios bancos occidentales. El resultado fue una grave recesión económica que erosionó la legitimidad en la Unión [Soviética]”.
En fin, son los mismos, la misma gente, la misma ideología, los mismos objetivos, las mismas estrategias.
Crimen de lesa humanidad
Alfred de Zayas, experto independiente sobre la promoción de un orden internacional democrático y equitativo de la ONU sugirió a los Estados Partes en el Estatuto de Roma, a propósito de la situación en Venezuela “reconocer los crímenes geopolíticos, entre éstos las medidas coercitivas unilaterales y las manipulaciones monetarias que inducen hiperinflación, como crímenes de lesa humanidad en virtud del artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional por cometerse como parte de un ataque generalizado y sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque.”
No solo los bloqueos financieros y comerciales, mal llamados sanciones, son crímenes de lesa humanidad, tal como lo denunció la República Bolivariana de Venezuela ante la Corte Penal Internacional. El ataque a la moneda también lo es. Develar esta arma de efectos masivos y letales, así como todas las que forman parte del catálogo de armas de guerra no convencional, haría un gran bien a la humanidad entera

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