Recientemente, Disney Channel estrenó la nueva serie llamada «The Owl House», la cual ha causado polémica debido a que enseña a los niños que la brujería es buena.
El controvertido programa tiene la intención de mostrar la brujería como una herramienta positiva para combatir las fuerzas del mal.
Algunas personas piensan que no hay nada de qué preocuparse apoyándose en el hecho de que es un espectáculo infantil; ya que es una «fantasía».
Pero para Jenny Weaver; una ex bruja, los padres y deben tener cuidado con lo que ven sus hijos.
«En realidad, vi una película que era muy popular cuando estaba en la escuela secundaria y se llamaba The Craft», dijo Weaver en un segmento de CBN llamado «The Prayer Link».
«Y la película trataba sobre cuatro brujas de secundaria que tenían todo este poder, que tenían todo este control», explicó.
De la brujería, las drogas y el lesbianismo, a los brazos de Cristo
La ex bruja, quien creció en un hogar disfuncional, luchó contra la depresión. Tras ver la película, tomó el poder de la brujería como una salida para lo que constantemente vivía.
«Recuerdo haber escuchado estas voces: ‘Solo suicídate. Solo vete. Sería mejor si murieras’. Y así, comencé a cortarme las muñecas severamente. Recuerdo haber tenido 56 cortes en todos mis brazos. Me destrozaron los brazos. Y era una forma en mi mente de que podía escapar», declaró la mujer.
Los cortes fueron solo la puerta para dar cabida al reino demoniaco, lo que llevó a Weaver a convertirse en una bruja practicante.
«Fue un asimiento demoníaco en mi vida lo que me hizo abrir puertas a la brujería y practicar hechizos y encantamientos y estudiar la religión de Wiccan», confesó.
Ella agregó: «Es por eso que les digo a los padres cuando ministro, no es una broma cuando decimos que tengan cuidado con lo que ven sus hijos».
Weaver, quien también fue lesbiana y drogadicta, dijo que pasar por todo aquello antes de que Dios la rescatara fue uno de los momentos más oscuros de su vida; e hizo énfasis en que el reino de las tinieblas es tan real así como lo es el celestial.
«Fumaba metanfetaminas en casas de drogas, dormía en los cobertizos de las personas, me destrozaban los insectos todo el día. Y recuerdo haber clamado a Dios. Lloré hasta los pulmones y dije ‘¡Dios me ayude!», testificó. «Dios me rescató».
En la actualidad, Jenny Weaver ministra a través de la adoración profética a miles de personas por medio de la plataforma de Facebook; esto, a través de su ministerio.
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