Luis Dagand
Alberto Briceño
Un año sin agua, así se encuentran los habitantes de la calle 113 con avenida 19C del barrio Santo Domingo de la parroquia Cristo de Aranza de Maracaibo.
La tormentosa situación ha obligado a los habitantes a prácticamente ‘cazar’ los camiones cisternas para poder llenar una o dos pipas en sus hogares. Los afectados se colocan en la vía principal para hablar con los choferes de cisterna y convencerlos de que se adentren a la escondida zona.
“Los camiones cobran hasta 70 soberanos por una pipa, lo vemos caro, porque más allá del monto, la situación es el efectivo, por acá cerca hay varios bancos en Haticos por debajo, pero se ponen repletos y uno tarda todo un día en sacar el efectivo, no podemos ir a otras entidades porque el transporte público no se consigue”, expresó Rosa Torrealba mientras pensaba cómo administrar los dos baldes de agua que pudo conseguir esa mañana en una aguada ubicada en el barrio Ricardo Aguirre.
La ira invade a los pobladores ya que en el localidades cercanas el agua sí llega, como es el caso de Barrio Nuevo, San Rafael y Ranchería.
Unidades educativas de la zona se han visto en la necesidad de acortar los horarios de clases ante la contingencia. Amas de casa imponen la regla de usar dos o tres mudas de ropa a la semana, para destinar la poca agua que consiguen a la cocina o al consumo diario.
“Hemos ido varias veces a Hidrolago y prometen que nos van a resolver, pero seguimos esperando. Desde que las bombas que están ubicadas por el 'Carro Chocado' dejaron de trabajar padecemos esta calamidad. Hay más de mil familias perjudicadas. Ya agotamos todos los canales dispuestos para los ciudadanos, en cuanto a resolución de problemas, nos queda la protesta pacífica”, explicó Omar García miembro de la mesa técnica del agua de la comunidad
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