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River Plate de Argentina avanzó este martes a la final de la Copa Libertadores tras remontar y derrotar 2-1 a Gremio de Brasil en el partido de vuelta de semifinales en Porto Alegre, y disputará el título con el ganador de la otra llave entre el argentino Boca Juniors y el también brasileño Palmeiras.
Gremio defendía el título logrado en la edición de 2017, pero no consiguió validar su victoria por 1-0 en Buenos Aires. River selló la hazaña y su boleto gracias al valor doble de los goles a domicilio, tras voltear de forma agónica la eliminatoria. Ganó con un penal agónico otorgado por videoarbitraje (VAR).
La escuadra gaúcha abrió el marcador por vial del lateral Leonardo Gomes a los 36 minutos, en el estadio Arena do Gremio colmado con más de 50.000 almas. Pero el partido giró 180 grados en la segunda parte, cuando el colombiano Rafael Santos Borré igualó de cabeza a los 82 para River.
Casi sobre el tiempo reglamentario, el árbitro uruguayo Andrés Cunha, con asistencia del VAR, marcó el tiro desde los 12 pasos por mano de Bressan, y cobró expulsión por doble amarilla. Lo ejecutó con un zurdazo alto el suplente Gonzalo Martínez, a los 90+5, bajo la lluvia, con suspenso y dramatismo.
"¡Fue la lluvia bendita! Tenemos personalidad. Estamos en la final y me da igual cualquiera, Boca o Palmeiras", declaró 'Pity' Martínez, héroe de la clasificación con el centro a Borré y el aplomo para tirar un penal bajo fuerte presión.
El arquero del equipo tricolor, Marcelo Grohe, dijo que "desafortunadamente tuvimos el penal en contra por el VAR y no se tiene que discutir".
"El árbitro dijo penal, entonces, paciencia", agregó.
Palmeiras recibirá a los 'xeneizes' de Boca el miércoles en Sao Paulo, con la desventaja de haber perdido 2-0 el primer choque en el estadio La Bombonera de la capital argentina.
"River tiene corazón. Estábamos mentalmente convencidos de que ganábamos", dijo Borré, exultante.
- Dominar y sufrir -
River fue dueño y señor en la primera etapa en Porto Alegre. Dominador de la pelota y del medio juego. Pero sufrió en su arco el gol que no esperaba. Fallaba en el remate final.
El colombiano Juan Fernando Quintero había arrancado como eje de rotación en River. Inspirado, combinaba con Borré y con Exequiel Palacios. Se proyectaban agresivamente por las bandas Gonzalo Montiel y Milton Casco. Javier Pinola dejaba su puesto en el fondo y manejaba con inteligencia la transición hacia la valla de Marcelo Grohe.
Le rondaba el gol como un fantasma a Grohe, con francos remates de Lucas Pratto, Palacios, Leo Ponzio y Quintero. Gremio se atrincheraba con disciplina espartana,
Pero el balón no le llegaba limpio a Pratto. Ignacio Fernández no estaba inspirado. Y aparecía una y otra vez Pedro Geromel, un león en la defensa 'gaúcha'. Hasta Paulo Miranda, en lugar del suspendido Walter Kannemann, fue una muralla.
Empezó a llover y River se empapó. Un rebote casual en un corner le cayó a Leo Gomes cerca del área grande. El lateral clavó el derechazo a media altura en el segundo palo de Franco Armani, como una puñalada.
- Control y contragolpe -
Antes del entretiempo, River perdió por lesión a Leo Ponzio, su capitán, hombre clave. En su lugar, Enzo Pérez no le rindió igual. Pero entró 'Pity' Martínez el hombre del partido, quien definió con autoridad.
El DT Marcelo Gallardo tuvo que ver el partido en un palco, sancionado y aislado, aunque la televisión lo mostró en momentos en que desobedecía la prohibición de comunicarse con los jugadores.
"Asumo que incumplí una regla. Pero necesitaba hacerlo. Bajé al vestuario y les hablé a los jugadores", se justificó 'El Muñeco' Gallardo.
El entrenador local, Renato Gaúcho, mandó a la cancha a Everton, uno de los ídolos de los hinchas de Gremio. River mantuvo el control, pero su rival comenzó a asociarse con pases certeros y profundos.
Tocaba el balón Maicon para Michel, o para Ramiro. Se unía a las combinaciones Cícero. Pero algo desconectado lucía el único delantero de punta, Jael.
De contragolpe, estuvo al borde del abismo River cuando Everton se escapó solo. Armani le salvó la vida al ganar el mano a mano. Entró entonces Bressan por Miranda en Gremio.
El empate llegó por un centro de Martínez al corazón del área, al cabezazo de Borré. En final para el infarto, River marcó de penal y resistió a pie firme en defensa.
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