sábado, 27 de octubre de 2018

El canto a la viña


Isaías 5 Nueva Versión Internacional (NVI)


Cantaré en nombre de mi amigo querido
    una canción dedicada a su viña.
Mi amigo querido tenía una viña
    en una ladera fértil.
La cavó, la limpió de piedras
    y la plantó con las mejores cepas.
Edificó una torre en medio de ella
    y además preparó un lagar.
Él esperaba que diera buenas uvas,
    pero acabó dando uvas agrias.
Y ahora, hombres de Judá,
    habitantes de Jerusalén,
    juzguen entre mi viña y yo.
¿Qué más se podría hacer por mi viña
    que yo no lo haya hecho?
Yo esperaba que diera buenas uvas;
    ¿por qué dio uvas agrias?
Voy a decirles
    lo que haré con mi viña:
Le quitaré su cerco, y será destruida;
    derribaré su muro, y será pisoteada.
La dejaré desolada,
    y no será podada ni cultivada;
    le crecerán espinos y cardos.
Mandaré que las nubes
    no lluevan sobre ella.
La viña del Señor Todopoderoso es el pueblo de Israel;
los hombres de Judá son su huerto preferido.
Él esperaba justicia,
    pero encontró ríos de sangre;
esperaba rectitud,
    pero encontró gritos de angustia.

Maldiciones contra los explotadores

¡Ay de aquellos que acaparan casa tras casa
    y se apropian de campo tras campo
hasta que no dejan lugar para nadie más,
    y terminan viviendo solos en el país!
El Señor Todopoderoso me ha dicho al oído:
    «Muchas casas quedarán desoladas,
    y no habrá quien habite las grandes mansiones.
10 Tres hectáreas de viña solo producirán un tonel,
    y diez medidas de semilla
    darán tan solo una».[a]
11 ¡Ay de los que madrugan
    para ir tras bebidas embriagantes,
que quedan hasta muy tarde
    embriagándose con vino!
12 En sus banquetes hay vino y arpas,
    liras, tambores y flautas;
pero no se fijan en los hechos del Señor
    ni tienen en cuenta las obras de sus manos.
13 Por eso mi pueblo será exiliado
    porque no me conoce;
sus nobles perecerán de hambre
    y la multitud se morirá de sed.
14 Por eso el sepulcro ensancha su garganta,
    y desmesuradamente abre sus fauces.
Allí bajan nobles y plebeyos,
    con sus juergas y diversiones.
15 El hombre será humillado,
    la humanidad, doblegada,
    y abatidos los ojos altivos.
16 Pero el Señor Todopoderoso será exaltado en justicia,
    el Dios santo se mostrará santo en rectitud.
17 Los corderos pastarán como en praderas propias,
    y las cabras[b] comerán entre las ruinas de los ricos.
18 ¡Ay de los que arrastran iniquidad con cuerdas de mentira,
    y el pecado con sogas de carreta!
19 Dicen: «¡Que Dios se apure,
    que apresure su obra
    para que la veamos;
que se acerque y se cumpla
    el plan del Santo de Israel,
    para que lo conozcamos!»
20 ¡Ay de los que llaman a lo malo bueno
    y a lo bueno malo,
que tienen las tinieblas por luz
    y la luz por tinieblas,
que tienen lo amargo por dulce
    y lo dulce por amargo!
21 ¡Ay de los que se consideran sabios,
    de los que se creen inteligentes!
22 ¡Ay de los valientes para beber vino,
    de los valentones que mezclan bebidas embriagantes,
23 de los que por soborno absuelven al culpable,
    y le niegan sus derechos al indefenso!
24 Por eso, así como las lenguas de fuego devoran la paja
    y el pasto seco se consume en las llamas,
su raíz se pudrirá
    y, como el polvo, se disipará su flor.
Porque han rechazado la ley del Señor Todopoderoso
    y han desdeñado la palabra del Santo de Israel.
25 Por eso se enciende la ira del Señor contra su pueblo,
    levanta la mano contra él y lo golpea;
las montañas se estremecen,
    los cadáveres quedan como basura
    en medio de las calles.
Con todo, no se aplacó su ira,
    y su brazo aún sigue extendido.
26 Con una bandera le hará señas a una nación lejana,
    con un silbido la llamará desde el extremo de la tierra,
    y esta nación llegará presta y veloz.
27 Ninguno de ellos se cansa ni tropieza,
    ni dormita ni se duerme;
a ninguno se le afloja el cinturón
    ni se le rompe la correa de las sandalias.
28 Sus flechas son puntiagudas,
    tensos todos sus arcos;
parecen pedernal los cascos de sus caballos,
    y torbellino las ruedas de sus carros.
29 Su rugido es el de una leona,
    como el de los leoncillos:
gruñe y atrapa la presa,
    y se la lleva sin que nadie se la arrebate.
30 En aquel día bramará contra ella
    como brama el mar.
Si alguien contempla la tierra,
    la verá sombría y angustiada,
    y la luz se ocultará tras negros nubarrones.

Footnotes:

  1. 5:10 tres hectáreas … un tonel … diez medidas … tan solo una. Lit. diez yugadas … un bato … un jómer … un efa.
  2. 5:17 las cabras (LXX); los forasteros (TM).

No hay comentarios:

Publicar un comentario