sábado, 31 de marzo de 2018

Familiares de María Reyes: “Tu adiós deja un gran vacío en mí, hermanita”

Selene Rivero
L.Sandrea
El llanto desgarrador de los hermanos de María Gracia Reyes Sanjuan (19) guió al resto de la familia y amigos hacia el cementerio Jardines La Chinita. Allí sepultaron a la joven estudiante de LUZ, desaparecida desde el jueves primero de marzo y hallada muerta y enterrada en el barrio San Sebastián.

Presidida por los retratos hechos por los amigos de María, en manos de sus autores, la caravana salió desde la casa de Nathaly Torres, hermana de la joven, este viernes, a las 10:20 de la mañana.

 “¡Es horrible el vacío que dejas en mí, hermana, hermanita mía!”, repetía a gritos Nathaly, llevando en sus manos el arreglo floral que posaba sobre la urna de María durante el velorio.

En silencio, sin salir del shock que le causó la pérdida de su pequeña, Judith Sanjuan vivía su dolor desde dentro. No podía expresar en palabras la tristeza que sus ojos dejaban entrever.

A pesar del dolor, los cantos y alabanzas a Dios se mantuvieron durante la ceremonia. “Paz en medio de la tormenta”, rogaron los familiares por la lamentable pérdida de María.

“El dolor es muy grande, pero debemos aprender a vivir con él; Dios sabe que no hay culpables, que las cosas suceden por algo”, eran las palabras del pastor que dirigió la oración.

De rodillas y sobre la tumba de María, sus hermanos se despidieron de ella. “Yo quería encontrarte”, lamentó Nathaly, quien durante la búsqueda de María, desde su desaparición, abocó sus fuerzas para dar con su paradero.

A María la raptaron dos árabes —Metid Salim y su hijo Hachem— el primero de marzo. La habían citado en el centro de Maracaibo para ofrecerle un trabajo. 

La joven salió desde la facultad de Artes de LUZ antes del mediodía. Desde entonces nada se supo de ella hasta el lunes 26, cuando funcionarios del Cicpc hallaron su cuerpo, con signos de violación, estrangulado y atado de pies y manos, enterrado en la casa donde vivían los árabes.

 Los Salim enfrentaron a tiros  a la policía ese mismo lunes y cayeron abatidos. “Seguimos con las investigaciones, porque el caso no está cerrado”, aseguró el director del Cicpc Zulia, Mario Pacheco.
 


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