Fuente: A.E.
TEMAS ABORDADOS
TEMA: Economía, Guerra económica
MATRICES: Corrupción / Escasez y desabastecimiento / Fracaso del modelo económico.
TEMA: Escenario Electoral
MATRICES: Dictadura / Fraude electoral / Candidatura de Henri Falcón busca legitimar a Nicolás Maduro.
BALANCE GENERAL
Editorial de El Nacional: “… en días pasados se supo, por boca del candidato a la reelección, del robo de 1 millón de cajas de las que reparten los (CLAP) (…) También tendría que haber dimitido la catajarria de generales engolosinada con la importación y el reparto de alimentos, negocio nada marginal que en comisiones y sobreprecios debe generar beneficios multimillonarios. (…) Un poco de teatro no le vendría mal al régimen. Ordenar al menos una investigación, aunque no concluya en nada, (…) pedimos que se sepa quiénes son los choros y dónde están…”
Nelson Chitty La Roche: “…Suspendidas las garantías y, como antes advertimos, sin capacidad la policía para controlar las turbas multiplicadas, en algunas zonas armadas y dirigidas por factores antisociales, se trabó un combate de tres días con la Guardia Nacional y el Ejército; batalla de calle, cruenta, brutal a ratos para reestablecer el orden y la legalidad que resultaba desafiada, retada, soliviantada, mientras que el presidente Pérez denunciaba como causa probable una guerra entre ricos y pobres. Lo cierto fue que el sector comercial pareció ser responsabilizado de las penurias, privaciones y carencias, a las que se sumaba el elevado costo de la vida. La casi totalidad del establecimiento comercial del Distrito Capital fue blanco de delitos contra la propiedad y luego purificado por el fuego.…”
Armando Martini Pietri: “…la podredumbre, la torpeza, crueldad política, militarismo distorsionado, ha hecho metástasis, ya nadie se pregunta si el régimen va a caer sino cuándo (…) Porque la dificultad es que, a estas alturas, su problema no tiene solución. Lo ha llevado al extremo, ya el país no da para más (…) Maduro se irá, o se esfumará, porque ha desaparecido las esperanzas y la paciencia de los venezolanos…”
Antonio Sánchez García: “…La MUD, le ha dado riendas al travestido chavismo light Los principales medios del mundo presentan a Falcón alzándole el brazo del vencedor a Nicolás Maduro demostrando la fortaleza y popularidad del pupilo de Raúl Castro (…) Nada ha perjudicado más a la oposición que la falta de densidad moral, la carencia de fortaleza y templanza, la ausencia de un liderazgo unívoco, fuerte y templado, capaz de imponer una línea indiscutida por la mayoría…”
César Tinoco: “...las condiciones creadas por los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, destruyeron el ahorro de los trabajadores (…) el patrimonio de los trabajadores en las cajas y fondos de ahorro, ahora sobre los 120 millardos de bolívares y continuamente sometido a los efectos destructores de la inflación, coloca a las mismas en la actualidad, con incentivos más fuertes que los verificados el año 2009, para apartarse de su conducta natural cooperativista y sin fines de lucro y emprender la cruzada sin retorno del petro…”
Earle Herrera: “…La oposición acepta un acuerdo y a la hora de firmar, una llamada la hace rajarse…”
ARTÍCULOS DE OPINIÓN
EDITORIAL (EL NACIONAL, ¿QUIÉNES SON LOS CHOROS?)
¿Dónde están los reales? Esta pregunta fue leitmotiv de la campaña publicitaria que, poniendo en entredicho la honestidad del gobierno de Carlos Andrés Pérez, contribuyó a que Luis Herrera Campins ganase las elecciones presidenciales de 1978 a su tocayo Luis Pinerúa Ordaz, un hombre reputado de inflexible ante la corrupción.
Fue un triunfo inobjetable en el marco de un proceso transparente que contó con la intermediación de un colegio electoral de probada imparcialidad, presidido por un demócrata a carta cabal, Carlos Delgado Chapellín.
La frase inquisitiva viene a cuento porque a cualquier candidato opositor que retase a Maduro en elecciones libres de zancadillas le bastaría con enrostrársela, pues para explicar cómo se esfumó 1 millón de millones de dólares en menos de 2 décadas se requiere de mucho tiempo y los comicios están pautados para dentro de casi nada.
Pero no es en esta dirección que discurre el editorial de hoy. Lo anterior ha de tenerse por digresión introductoria para enlazar con otra interrogante: ¿quiénes son los choros?
La cuestión importa porque en días pasados se supo, por boca del candidato a la reelección, del robo de 1 millón de cajas de las que reparten los comités locales de abastecimiento (CLAP), coordinados por el también protector (¿?) del Táchira, Freddy Bernal. No especificó el ¿presidente? –cuesta darle tal tratamiento– cuándo ocurrió el colosal hurto, ni dónde tuvo lugar. Tampoco se refirió a sus perpetradores y autores materiales, ni siquiera sugirió que se estuviese investigando a algún sospechoso. No. Todo parece haber quedado en familia.
Ante un hecho delictivo de la magnitud descrita, lo menos que hubiese podido hacer el zamuro encargado de cuidar la carne es levantar vuelo y dimitir. Es con usted, Bernal. Usted ha debido renunciar al conocerse la noticia de tamaña sustracción. Pero, al parecer, ni siquiera se ha molestado en denunciarla ante los organismos competentes.
También tendría que haber dimitido la catajarria de generales engolosinada con la importación y el reparto de alimentos, negocio nada marginal que en comisiones y sobreprecios debe generar beneficios multimillonarios… ¡en dólares! Y hay ingenuos que piensan en un golpe militar. ¿Con esa manguangua?
Un poco de teatro no le vendría mal al régimen. Ordenar al menos una investigación, aunque no concluya en nada, es lo procedente en casos como estos en los que se busca proteger a los amiguetes. Pero todo buen cristiano sabe que una cosa es meterse con el santo y otra muy distinta es hacerlo con la limosna.
Escamotearle a los más necesitados la cajita con las pocas vituallas que reciben una vez por cuaresma es, más que un pecado, delito de lesa humanidad. En países aliados del régimen, un latrocinio de esa naturaleza comporta desde la amputación de las manos a la muerte por ahorcamiento.
No pedimos que se siga tan bárbaro modelo interpretativo de la justicia redistributiva (Ley del Talión), pero sí que se sepa quiénes son los choros y dónde están. No será castigo ejemplar escarnecerlos delante de sus víctimas. Pero quizá a estas les entre un fresquito, que ya es algo.
NELSON CHITTY LA ROCHE (EL NACIONAL, DEL CARACAZO Y OTRAS CATÁSTROFES)
Aquella mañana del 27 de febrero de 1989 se presentó clara y limpia, sin nubosidades en el cielo caraqueño. Fresca la temperatura como correspondía a la estación, se inició, sin embargo, con una conspiración silente y tal vez inconsciente, un disgusto la descubrió, la reveló; subió el precio de la gasolina y por ello el pasaje del transporte público se incrementó.
La medida comenzaba la aplicación de un elenco de correcciones decididas por la nueva administración que, apenas tres semanas antes, se había hecho cargo del gobierno. Carlos Andrés Pérez acababa de ser elegido presidente por segunda vez y después de una década de haber terminado su primer gobierno, y trajo a la conducción de los asuntos oficiales un plan novedoso pero peligroso. De un lado, ordenar las finanzas estatales que mostraban una impresionante debilidad al extremo de carecer del efectivo con el cual atender las importaciones de cereales y azúcar. De otra parte, persuadido de las tesis que sustentaban en Venezuela los talentosos economistas del IESA, liberales, convictos y confesos, sobre la necesidad de abrir la economía a la competencia, animando el mercado local, siempre sobreprotegido. El mandato de la productividad se sumaba a la disminución de subsidios y otros mecanismos contrarios a una sana economía social de mercado. El forcejeo entre el pasado rentista y los criterios en boga, Consenso de Washington incluido, prometía y ofreció una confrontación intensa como veríamos, por cierto, a lo largo del quinquenato.
Siendo lunes y, desde luego, día de reunión de los partidos políticos y otros entes de mediación societaria, nos reuníamos en la casa de Copei, allá en la avenida Panteón, en nuestra sede, invadida ahora debo precisar. En medio de la sesión del Comité Nacional partidista llegaron las noticias y rumores al mismo tiempo. Disturbios en Guarenas afirmaban, de inusitada amplitud, que ha supuesto el envío por la Policía Metropolitana de refuerzos. Hacia la media mañana se agregaba que en el centro de Caracas, El Valle y la avenida Sucre había protestas y saqueos. Ya a la 1:00 de la tarde se admitía que la fuerza policial estaba desbordada y en múltiples sitios de la ciudad había saqueos. Saliendo de la reunión y a escasas tres cuadras de la casa nacional del partido fuimos testigos del asalto a dos negocios muy emblemáticos de equipos de sonido y electrodomésticos. Conmoción interior en desarrollo y la imagen de que la Policía Metropolitana no era capaz de afrontar el alcance fenomenológico de la tumultuaria agitación, convertida en franca agresión a la propiedad y comercios de toda índole, tamaño y naturaleza fue la conclusión.
Paralelamente, los dignatarios públicos, Ministerio del Interior, Gobernación de Caracas y comandantes policiales lucían sorprendidos, angustiados e incapaces de explicar y atajar la rebelión en curso. Empezamos a ver al contingente militar en la calle, con sus armas de guerra y sus vehículos antimotines blindados. Ya al final de la tarde se oían disparos por todas partes y llegaban a los hospitales heridos y fallecidos. El fusil militar hacía estragos y los centros de asistencia y emergencia denunciaban sus carencias de sangre, antibióticos, plasma, sutura incluso. El caos se pavoneaba insolente por la ciudad. La antisociedad en sus diferentes expresiones asumía el liderazgo de la violencia en distintos escenarios y la rabia no solo vaciaba y despojaba al comercio, sino que lo castigaba, lo quemaba. Solo la zona este de la ciudad se mantuvo calmada. Un semblante de gravedad, complicidad, fatalidad caracterizó entonces el rostro de unos y otros en una Caracas turbada, herida, acontecida.
Suspendidas las garantías y, como antes advertimos, sin capacidad la policía para controlar las turbas multiplicadas, en algunas zonas armadas y dirigidas por factores antisociales, se trabó un combate de tres días con la Guardia Nacional y el Ejército; batalla de calle, cruenta, brutal a ratos para reestablecer el orden y la legalidad que resultaba desafiada, retada, soliviantada, mientras que el presidente Pérez denunciaba como causa probable una guerra entre ricos y pobres. Lo cierto fue que el sector comercial pareció ser responsabilizado de las penurias, privaciones y carencias, a las que se sumaba el elevado costo de la vida. La casi totalidad del establecimiento comercial del Distrito Capital fue blanco de delitos contra la propiedad y luego purificado por el fuego. Centenares de muertos quedaron como testimonio y vergüenza, y la paz social que se vivió en Venezuela desde mediados de los años sesenta se rompió y se instaló en la conciencia popular la convicción de que la democracia puntofijista estaba exhausta y había que revisarla.
En mi criterio, la etiología del episodio es compleja. Ciertamente, el recién concluido gobierno de Lusinchi terminó con altos niveles de aprobación de acuerdo con los estudios de opinión; pero una mezcla de la antipolítica emergente y una mórbida insistencia por presentar las gestiones de los dirigentes políticos y gremiales promovía una suerte de pesado contencioso que circulaba en las venas del espíritu social nacional, sin que este se percatara de su amplitud y alcance. La antipolítica encontró en su camino el populismo y entre ambos tomarían el relevo con la llegada de Hugo Chávez al poder en 1998.
ARMANDO MARTINI PIETRI (EL NACIONAL, HAY FUTURO, SE APRECIA, SE PERCIBE)
El futuro vuelve a asomarse, esto agoniza, se hunde, finaliza, se acabó. No es solo otro deseo etéreo, no es el alarde de un político de oficio. Es la realidad, lo que empezamos a ver ahora en serio. No es cuestión ni se trata de ilusorias y sin fundamento sobre invasiones militares, sino que la podredumbre, la torpeza, crueldad política, militarismo distorsionado, toda esa mezcla de cáncer sociopolítico ha hecho metástasis, ya nadie se pregunta si el régimen va a caer sino cuándo y algunos más escépticos, calculadores o prudentes, cómo.
Futuro esplendoroso, expectante y venezolano se percibe, huele en el aire, se lee en las noticias de prensa e Internet, se palpa en las ciudades, se escucha en la oración de Maduro al papa Francisco –olvidando seguramente que quien hace los milagros es Dios y no el Sumo Pontífice–, argentino enredado en las grandes misiones y también en los inmensos problemas de un catolicismo que es una complicación mundial.
El Vicario de Cristo anda en lo suyo, que es bastante y complejo entre la Iglesia buena de los sacerdotes de esfuerzo, empeño y fe, y los que se han dejado atrapar por pasiones difícilmente tolerables. El Santo Padre tiene sus inconvenientes y agenda atiborrada, poco tiempo le queda para atender oraciones de propaganda.
¿Reza realmente Maduro, se sumerge en sí mismo y ruega a Dios? Por los momentos debería pedir una dosis de coraje para terminar de irse, antes de que la historia y el realismo social le pasen por encima. Porque la dificultad es que, a estas alturas, su problema no tiene solución. Lo ha llevado al extremo, ya el país no da para más.
La miseria de la inmensa mayoría de los ciudadanos, la inflación a la cual el calificativo de “hiper” ya le queda pequeño, la abrumadora escasez de todo, el país se le desmoronó en las mismas manos que con impericia y ceguera sociopolítica estrujaron al que era un país con aprietos, pero con expectativas y esperanzas.
El futuro venezolano vuelve a verse brillante a lo lejos, aunque más cerca de lo que algunos pesimistas persistentes estiman, todos saben que esto que es el gobierno ya simplemente no puede hacer nada porque no solo no sabe qué hacer, ha cerrado por sí mismo puertas y resquicios.
El presidente obrero implora auxilio al Papa porque el resto del mundo ya perdió el oído para escucharlo. Está en un túnel sin salida dentro del cual, como en los agujeros negros, nada suena que no sea el eco de su propia desesperación. ¡Vuelve a verse el futuro!
Decir que Maduro está caído es una tontería, a los presidentes los tumban los militares, pero mucho más sus propios errores. Fujimori, que tuvo al Perú en sus manos y la simpatía de los peruanos, terminó huyendo al Japón para renunciar desde miles de kilómetros de distancia. De la Rúa en Argentina, que no era dictador sino impopular, debió escapar del Palacio de Gobierno en un helicóptero para que las masas agolpadas frente al edificio no lo descuartizaran con sus propias manos. A Noriega, que era tirano y narcotraficante, lo sacaron los estadounidenses a punta de rock and roll. A Rafael Correa su propio sucesor debió echarlo a un lado por intragable, los ecuatorianos estaban hartos de él, y eso que Ecuador ni de lejos llegó a la tragedia venezolana.
Maduro se irá, o se esfumará, vaya usted a saber, pero ha desaparecido de las esperanzas y la paciencia de los venezolanos, millones de los cuales ya se fueron a buscar futuro sin él ni sus acompañantes. El heredero se va y el porvenir regresa a Venezuela. Un futuro resplandeciente porque hemos demostrado, especialmente en estos últimos casi 20 años de desaciertos y mentiras chavistas-maduristas, que, con hambre, indigencia, carestía y pobreza, siguen adelante, no se detienen. Sus empresas grandes, medianas y pequeñas trabajan a muy baja máquina, pero ellos insisten, siguen, ejemplos hay muchos; un sinnúmero de ciudadanos se ha ido y no a disfrutar rentas sino a construir sus propias vidas nuevas, en empresas o haciendo y vendiendo arepas, durmiendo en sitios públicos o donde puedan.
El futuro vuelve a asomarse radiante porque los venezolanos están abriendo, con sus manos y su empeño, puertas y ventanas a ese túnel oscuro para que se vayan los aires tóxicos e ingrese la brisa del aire libre, del cielo como límite.
ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA (EL NACIONAL, LA MUD. ESA SÓRDIDA JUGADA)
¿Qué ha hecho la MUD, en cambio? Convivir y darle riendas al travestido chavismo light que funge de quinta columna del régimen en el seno opositor y mover de consuno con Nicolás Maduro al títere que hoy se registra de candidato presidencial para servir de punching ball del carnicero. Los principales medios del mundo ya tienen su foto de portada para el 23 de abril: Falcón alzándole el brazo del vencedor a Nicolás Maduro. Es de imaginarse la leyenda: el vencido candidato de la oposición reconoce la victoria apabullante de Nicolás Maduro, que demuestra la fortaleza y popularidad del pupilo de Raúl Castro. A él y los suyos les esperan unos ministerios o unas embajadas. Comenzó la sexta república.
¿Qué la MUD no es culpable? Ya te aviso, chirulí.
Nada ha perjudicado más a la oposición que la falta de densidad moral, la carencia de fortaleza y templanza, la ausencia de un liderazgo unívoco, fuerte y templado, capaz de imponer una línea indiscutida por la mayoría, con el respaldo de la sociedad civil, y la inmensa debilidad a la hora de posicionarse en el terreno de combate y plantar cara a los desmanes, abusos y atropellos del régimen. En el terreno que sea, que esta es una guerra a muerte en que se juega nuestra existencia como democracia, como república y como nación. Un régimen que va a por todo, sin vacilaciones y con la voracidad de las aves carroñeras. Que utiliza, para lograr sus propósitos, criterios y prácticas matonescas y hamponiles a la hora de discutir sus prioridades e imponer sus decisiones. De cuyos usos el más evidente y de obvios orígenes castrocomunistas es la práctica de estirar la cuerda hasta el punto de su ruptura. Basta que el antagonista trepide, vacile y parpadee, para que se la siga jalando hasta dar con el contrincante por los suelos. Basta, en cambio y por el contrario, que se le enfrente con virilidad y coraje y se acepte el duelo en el terreno del combate para que cacaree, grite y corra a pedir auxilio internacional terminando por recurrir a la letal arma del diálogo.
Fue lo que aconteció en abril de 2014, cuando la corajuda disposición de combate impulsada por Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado lo llevó a la desesperación y el espanto, movilizando tropas para reprimir la insurrección andina, que no cejaba ni cejó. De inmediato comenzó la gritería, el recurso a los cómplices del Foro de Sao Paulo, las reuniones de cancilleres y, last but not least, la disposición a entregar las luchas por parte de Julio Borges y Henry Ramos Allup, quebrando el espinazo de la resistencia. Lo mismo se repitió como calcado en julio de 2017: una vez más corrieron los mismos dirigentes a sentarse con Maduro en Miraflores, con los mismos resultados. Si el de 2014 fueron cuarenta mártires asesinados impunemente por la dictadura, la cuota, esta vez, se cuadruplicó: fueron 160. Lo que no impidió, una vez más, que los mismos personajes –Ramos Allup y Julio Borges– corrieran a Miraflores y montaran la última ronda del diálogo, que acaba de culminar con los resultados cantados por todos: agua de borrajas.
Es la segunda línea de acción luego de la táctica de la cuerda y el desafío malandro: dialogar, discutir, embrollar. Les permitió ganar cuatro preciosos años de parálisis y dominación. Ahora estamos en presencia de la tercera y definitiva acción dominadora, buscada desde abril de 2014: diálogo tras diálogo y claudicación tras claudicación traernos a 2018 e imponernos unas elecciones presidenciales absolutamente fraudulentas, espurias, falaces y engañosas. Para llevarnos a 2024. Y Venezuela al fondo de los abismos.
¿Debemos pensar que los dialogantes ya cumplieron su papel de estirar la cuerda hasta este 2018 y que, satisfecho el régimen del papel cumplido, Ramos Allup, Julio Borges, Timoteo Zambrano, Enrique Márquez, Luis Florido, Manuel Rosales y su cortejo de asesores, todos actuando bajo la batuta de José Luis Rodríguez Zapatero, pueden dejar el escenario y cedérselo al más rufián, al más inescrupuloso, al chavista tapadito para que culmine la faena prestándose, junto a sus secuaces de siempre, a jugar el papel del “candidato”?
Los tontos de siempre se niegan a ver la perfecta coordinación de los actores y nos culpan de incriminar a quienes han procedido en perfecta honorabilidad. Si la MUD, vale decir: Julio Borges, Ramos Allup, Manuel Rosales y Henri Falcón, hubiera querido salir de Maduro no hubieran traicionado a La Salida, no hubiesen dejado en la estacada a más de 200 mártires, jamás hubieran tolerado que la sangre inocente se derramara por las calles de Caracas, hubieran constituido un frente amplio, único y democrático, encabezando la marcha por la liberación de Venezuela.
¿Qué ha hecho la MUD, en cambio? Convivir y darle riendas al travestido chavismo light que funge de quinta columna del régimen en el seno opositor y mover de consuno con Nicolás Maduro al títere que hoy se registra de candidato presidencial para servir de punching ball del carnicero. Los principales medios del mundo ya tienen su foto de portada para el 23 de abril: Falcón alzándole el brazo del vencedor a Nicolás Maduro. Es de imaginarse la leyenda: el vencido candidato de la oposición reconoce la victoria apabullante de Nicolás Maduro, que demuestra la fortaleza y popularidad del pupilo de Raúl Castro. A él y los suyos les esperan unos ministerios o unas embajadas. Murió la democracia. Comenzó la sexta república.
CÉSAR TINOCO (EL NACIONAL, LAS CAJAS DE AHORRO Y EL PETRO)
En "RSE de supervivencia", el artículo que publiqué el pasado 9 de febrero, expuse cómo las condiciones creadas por la incapacidad e irresponsabilidad del gobierno impiden que las empresas privadas que operan en Venezuela puedan materializar debidamente su responsabilidad social empresarial.
Pues bien, ¿qué hay sobre las cajas y fondos de ahorro?, es decir, ¿cómo han sido afectadas por las infames condiciones creadas por un gobierno ávido del efectivo que estas tienen?
Dar respuesta a esta pregunta es importante porque ni el gobierno en las diversas instancias relacionadas ni las asociaciones que agrupan algunas cajas y fondos de ahorro, como Conacave y Fecafasv, suministran información que permitan conocer el desempeño de estas instituciones.
Estadísticas oficiales indican que para el año 2016 el efectivo en caja y bancos de las cajas y fondos de ahorro alcanzó la cifra de 18,5 millardos de bolívares; mientras que su patrimonio, es decir, el aporte de los socios, las reservas y el superávit, alcanzó la cifra de 72,2 millardos de bolívares. Mi estimación para el año 2017 es que el patrimonio de estas cajas y fondos de ahorro alcanzó la cifra de 120 millardos de bolívares y el efectivo en caja y bancos, la cifra de 21 millardos de bolívares.
He tomado el año 2010 como referencia porque, tal como ustedes recordarán, en noviembre de 2009 ocurrió la intervención de un grupo de instituciones financieras y sus casas de bolsa asociadas, misma que llevó a más intervenciones de casas de bolsa y que llevó a prohibir las operaciones con los mutuos en marzo de 2010. Se estima que 40% de las cajas y fondos de ahorro para la fecha de noviembre de 2009 tenían dinero colocado en los instrumentos prohibidos posteriormente, razón por la cual y hasta julio de 2013 no habían podido recuperarlo con el consecuente daño patrimonial a sus asociados.
Uno puede hacerse dos preguntas para tener una idea precisa de la situación actual de las cajas y fondos de ahorro. La primera es: ¿qué significan 21 millardos de bolívares de efectivo en caja y bancos?
Teniendo en cuenta que desde el pasado 31 de diciembre de 2017 el salario mínimo integral es de 797.510 bolívares, si repartimos los 21 millardos entre los 31,5 millones de habitantes que somos, nos tocarían 818 salarios mínimos integrales a cada uno: mejor que una cajita CLAP de las que nunca llegan o que un pernil proveniente de Portugal. Y mejor aún, pensará el gobierno clientelar, si ese dinerito pudiera estar en sus manos para hacer que tales cajitas lleguen a sus votantes antes de las elecciones presidenciales.
La segunda pregunta es: ¿cómo evolucionó el crecimiento del patrimonio en las cajas y fondos de ahorro comparado con la inflación?
Utilizando la estimación ya mencionada, así como la inflación oficial desde 2010 y hasta 2016 (la de 2016 obtenida del Informe enviado por Venezuela a la SEC norteamericana) y luego la inflación promediada para el año 2017 según Ecoanalítica (2.735%), Econométrica (2.999%) y la Asamblea Nacional (2.616%), se obtiene que, entre 2010 y 2017, el patrimonio de las cajas y fondos de ahorro creció 820%; mientras que la inflación acumulada en dicho período fue de 105.473% (ciento cinco mil cuatrocientos setenta y tres por ciento, para no dejarle espacio a la duda en la lectura de la cifra).
En el año 2010, ya desviadas de su comportamiento cooperativista, el funcionamiento de las cajas y fondos de ahorro era precario financieramente hablando: el consolidado de su resultado del ejercicio a patrimonio, en términos nominales, alcanzó la cifra de 4,94%, mismo que cuando se compara con la inflación oficial de ese año, que fue de 28,20%, revela un resultado del ejercicio a patrimonio real negativo. No sin incentivo fue el hecho de que muchas cajas y fondos de ahorro emprendieron la cruzada con los mutuos buscando el santo grial del alto retorno.
Para el año 2016, el consolidado del resultado del ejercicio a patrimonio evidenció la cifra de 3,48% –peor que en 2010– mientras que la inflación oficial alcanzó la cifra de 274,40%: un resultado del ejercicio a patrimonio real todavía más negativo. Vista la inflación de 2017 (2.783%) el resultado del ejercicio a patrimonio real de las cajas y fondos de ahorro es abismalmente negativo.
Una conclusión es que las condiciones creadas por los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, efectivamente, destruyeron el ahorro de los trabajadores. La otra es que el patrimonio de los trabajadores en las cajas y fondos de ahorro, ahora sobre los 120 millardos de bolívares y continuamente sometido a los efectos destructores de la inflación, coloca a las mismas en la actualidad, con incentivos más fuertes que los verificados el año 2009, para apartarse de su conducta natural cooperativista y sin fines de lucro y emprender la cruzada sin retorno del petro.
EARLE Herrera (Correo del Orinoco, El que da y quita...)
Los evangélicos inscribieron la candidatura del supersónico pastor Bertucci, pero otros evangélicos, como Pedro a Jesús, lo niegan.
Copei lanzó a Henri Falcón y otro Copei lo desmiente (el partido socialcristiano reincide en esto, ya se lo hizo a la bella Irene en 1998). La MUD también niega que Falcón sea de sus filas, aunque con sus votos haya sido alcalde y gobernador. La oposición acepta un acuerdo y a la hora de firmar, una llamada la hace rajarse. Defínete, decía Joselo.
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