viernes, 23 de septiembre de 2016

Madre marabina relata cómo fueron las 4 horas de rapto de su hija


Marian Chávez / G. Acurero
Leonel Sandrea



 Una pesadilla vivió, este jueves 22 de septiembre, la madre de una adolescente de 17 años. La joven, estudiante de derecho, le envió un mensaje a su madre:    “Secuestrada. Ayuda. Llama a la policía, en la 3”. 

El texto lo recibió la mujer, la enfermera,  Vivian Marín, a las 12:53 de la tarde. Su hija había salido, minutos antes de la clínica donde trabaja.

  En medio de una crisis de nervios la madre contó: “A mi hija la habían atracado 30 minutos antes de que se la llevaran.

Ella venía camino a la clínica y, en la pasarela, dos hampones, en una moto, le quitaron el dinero que tenía.  Llegó desesperada, pero dijo que iría a la universidad porque no podía faltar a la evaluación que tenía”. 

     Marín afirma que la estudiante de tercer trimestre de derecho le manifestó: “Mami,  unos compañeros me vienen a buscar en un taxi”, y, luego de  recibir el dinero salió del centro asistencial. Indicó que,  antes del mensaje, recibió dos llamadas de la adolescente en la que se le escuchaba desesperada.
 
 Después de la 1:00 de la tarde no hubo más comunicación. El teléfono fue apagado, mientras crecía la angustia y desesperación de la madre, familiares, amigos y vecinos. 

 El padre de la joven está fuera de la ciudad. De inmediato se trató de trasladar hasta Maracaibo. A la casa de la  estudiante, ubicada en el sector Campo Alegre, en Sabaneta, llegaron vecinos preguntando por su paradero. 

   La describieron como una “muchacha sana, de su casa. Ella siempre ha sido muy nerviosa y temerosa con la inseguridad. Tiene su novio, pero está fuera del país y es la única pareja que le conocemos”. 

De inmediato, la madre denunció el presunto rapto ante el Comando Nacional Antisecuestro (Conas) y se inició un despliegue al oeste de la capital zuliana, donde se registró la última señal que emitió su celular.
 
  Vivian tuvo que ser atendida por  un equipo médico. Su presión arterial  subió a niveles peligrosos, ante la angustia de no saber en manos de quiénes estaba su hija. “¡Ay Dios mío, dónde podrá estar! ¿Le habrán hecho daño?   Dios mío, no la desampares”, repetía a menudo.  

Cerca de las 5:00 la tarde, una llamada  de una de las habitantes de Campo Alegre le notificó a la mujer que la joven estaba sana y salva en su casa. 

Fuentes del Conas informaron que, por triangulación telefónica  se determinaron dos sitios de la ubicación del celular de la joven. “Uno fue La Rinconada y el otro la urbanización La Rotaria, al oeste  de la ciudad”, se conoció.  

 La estudiante rindió declaraciones,  ayer mismo en la tarde, en la sede del Conas. “No pudo rendir una entrevista por su estado nervioso”, precisaron funcionarios.

Este viernes 23 de septimbre, la joven deberá comparecer —más calmada— ante los efectivos  del Conas.  Después de la reunión se sabrá qué fue lo que sucedió.

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