sábado, 24 de septiembre de 2016

Más guerra sucia: culpables también de la microcefalia



La operación psicológica que quiere hacernos ver y sentir como habitantes de un país monstruoso, perdido, fracasado y en proceso de descomposición se alimenta no sólo de rumores, noticias deformadas y falsedades de todo pelaje.
También las imágenes, cuando vienen acompañadas del titular "correcto", suelen propagar discursos preocupantes y muchas veces dirigidos a minar: 1) la imagen del enemigo; 2) el ánimo y la autoestima del lector; 3) el derecho a sentirnos orgullosos de este país asediado.
Está en marcha la incorporación de un nuevo elemento al pertrecho de guerra sucia; la aparición de casos de microcefalia, asociada a la reciente ola de zika que azotó a buena parte del planeta, está siendo usada como arma mediática. Quien sea lector o usuario habitual de medios internacionales seguramente ya sabe que tanto el zika como el aumento de casos de microcefalia son un fenómeno mundial.
En este trabajo de la BBC, que no se caracteriza precisamente por ser un medio chavista o de un gobierno afecto al de Venezuela, se anunciaba sobre el riesgo de que se produjera este impactante efecto. Pues el efecto se produjo, y ya aquí los factores de la desinformación andan "trabajando" para hacerle creer al venezolano distraído (el que no revisa noticias internacionales) que la microcefalia es otra plaga instalada por el chavismo en nuestro país. Ustedes saben: para jodernos a los venezolanos y así podernos obligar a seguir apoyando al chavismo.
Un arma particularmente desconsiderada, toda vez que se acude al uso de las imágenes de niños nacidos con esta dolencia para agregarle dramatismo a esa visión interesada de país que viene moldeándose en los laboratorios de medios.
La construcción de un reportaje noticioso no tiene por qué abstenerse de incluir fotografías que ilustren y dejen clara la naturaleza o magnitud de un tema. Pero cuando usted agarra una fotografía y la acompaña con un titular debidamente manipulado el resultado es una asquerosa apuesta a la mentira. Aquí, aunque no lo diga exactamente con estas palabras, dice que los casos de microcefalia en Venezuela no son culpa del zika sino del gobierno.
Mención y atención aparte merece, en esa especie de reportaje, la peculiar forma en que los voceros escogidos para hablar del problema maniobran con el lenguaje hasta entramparse en momentos del discurso de este calibre: "La doctora Gladys Zambrano, epidemióloga de la Maternidad Concepción Palacios, denunció que la improvisación del ministerio frente a estos casos llega a tal punto que ni siquiera tenemos fichas para registrar los casos".
"Hacer viral" un mensaje: propagarlo de manera incontenible, tal como el zika
No se le vaya a ocurrir a usted, pobre mortal, preguntarle a esa sabia con bata blanca, por qué hace falta una maldita ficha especialísima para registrar un caso médico. Usted no puede anotar eso en un papel bond blanco ni en una servilleta, no señor: si el ministerio no manda una ficha oficial el bebé o su madre se pueden morir, porque la ilustre Gladys, tan dulce y sacrificada, no podrá hacer mucho al respecto. Qué asco de gobierno, que no le manda esas fichas a Gladys mientras los venezolanos del futuro nacen con microcefalia.
Otra pieza declarativa se la atribuye la autora del reportaje a una infectóloga de la Concepción Palacios, de nombre Ana Carvajal: "Otra falla en la que incurre el ministerio es en la falta de protección personal a las embarazadas. Carvajal señaló que debería garantizarse, al menos, la entrega de mosquiteros, repelentes, preservativos y anticonceptivos, además de información relacionada con el zika y sus consecuencias".
Excelente propuesta: darles preservativos y anticonceptivos a las mujeres embarazadas.
Al final ya sabemos que no importa en cuántas sandeces o imprecisiones, dignas de risa o de rechazo, incurra un reportaje o nota disfrazada de reportaje. Los activadores de los medios incorporados a la guerra están conscientes de que sus mensajes no van dirigidos a una lectoría especializada ni lo suficientemente alerta para detectar detalles que puedan ameritar aclaratorias o explicaciones. Cuando usted quiere ver prosperar y hacer viral un mensaje su principal aliado es el receptor dispuesto a creer lo que sea, con tal de ver satisfecha su íntima necesidad de ver transfigurado en monstruo al país y a su gobierno.
"Hacer viral" un mensaje: propagarlo de manera incontenible, tal como el zika. El virus informativo o desinformador del momento asocia conscientemente la imagen de un niño con la cabeza anómala a la sensación de un país deformado y también anómalo. El chavismo, al que se ha llamado de manera insultante "descerebrado" desde su irrupción en la arena pública, encaja perfectamente en una cabeza anormalmente pequeña.
Prepárese entonces para ver cómo esta línea de combate, este batallón de portales (Efecto Cocuyo, La Patilla, Runrunes, etc. y sus derivados) manoseará hasta el vómito este tema y estos mensajes a base de imágenes lamentables, tristes y definitivamente ilegales: se están utilizando fotografías de niños afectados por esta enfermedad para alimentar una prédica de guerra, rumbo al objetivo de propiciar la destrucción física y emocional de un pueblo.
Nada que sorprenda (aunque igual impacta y cumple su función) a estas alturas del campeonato.

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