Inmediatamente, adulantes y sicarios morales brincaron. Unos la acusaron de reaccionaria, se basaron en una dialéctica de manual desteñido. Reaccionarios son ellos, que quieren retroceder al capitalismo que Chávez condenó. Otros, con menos talento y estrecha cultura, apelaron a la manida acusación de favorecer, legitimar, al enemigo, a los terroristas. Al contrario, ella defiende al Chavismo atacado desde el gobierno con tanta fuerza como desde la oposición. Los oportunistas de siempre nos quieren hacer creer que la sustitución de la Constitución de Chávez es seguir el mandato de Chávez. Extraña forma de ser chavista. Es como si Brutus, el que apuñaló al César, su padre, dijera que lo hizo por mandato del propio César.
La Fiscal de la dignidad seguirá sometida al ataque de la jauría, pero ya con ese gesto pasó a la historia. Ojalá aparezcan otras voces que defiendan el decoro, ojalá no permitan que con engaños transformen al pueblo chavista en verdugo de Chávez.
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