lunes, 29 de mayo de 2017

Grupos violentos arrastrados por industria cultural


Intentan emular a caballeros míticos y a superhéroes de películas y de videojuegos, cuando van por la calle destilando odio y destruyendo todo

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El grupo más radical de la derecha venezolana, el que crea el caos al final de cada protesta, el que tiene su epicentro en el municipio Chacao, está formado por jóvenes cuya principal característica es la violencia. Se enfrentan a los efectivos y funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) con armas artesanales y bombas incendiarias. También lanzan bombas de excremento, demuelen el mobiliario urbano, carbonizan vehículos oficiales y edificios públicos y privados.
Pero hay rasgos particulares en la indumentaria, armas, herramientas, consignas y lógicas de acción de estos grupos, que evidencian una influencia directa de lo que se conoce como “la industria cultural”.
Llevan sus caras tapadas con pañoletas y máscaras antigases y llegan a pie hasta los puntos donde la oposición venezolana convoca a las protestas contra la Revolución Bolivariana. La bandera va siempre colocada en sus espaldas. Desde hace poco más de un mes vienen enfrentando a los efectivos y funcionarios de la GNB y de la PNB. Cuando aparecen en escena, se desata el desmadre callejero que, hasta ahora, ha cobrado la vida de 64 personas. Son hombres y mujeres cuya edad oscila entre 20 y 30 años. Constituyen una brigada de choque que se distingue por el odio en su expresión y por la violencia en la acción.
En su indumentaria sobresalen también los escudos, que llevan grabados al frente símbolos iconográficos que recuerdan a los héroes medievales, personajes contestatarios de películas de acción y a superdotados intérpretes de sagas de videojuegos.
HIJOS DE LA INDUSTRIA CULTURAL
Los fenómenos culturales de masas son factores que se dan alrededor de todo el mundo y que tienen influencia en todas las poblaciones. En el caso particular de los violentos venezolanos, la industria cultural se refleja en el manejo de la iconografía utilizada por las fuerzas de choque de la derecha, autollamadas “escuderos de la resistencia”.
La llamada “industria cultural” está conformada por el entramado empresarial dedicado a la producción de narrativas socioculturales a través de la literatura, el cine, la radio, la televisión y, en los últimos tiempos, los videojuegos y los contenidos de páginas web y redes sociales que circulan por internet.
El objetivo y la función de esta industria, bajo la fachada de producir “entretenimiento”, es la producción de ideología, esto es el conjunto de parámetros y formas de pensamiento y conducta que orientarán y regularán la acción social de los individuos dentro de la sociedad capitalista, y que tenderán siempre a justificar, reproducir y defender este sistema. La industria instala los valores ideológicos como el parámetro moral de la sociedad.
Uno de los creadores del término, el filósofo alemán Theodor Adorno, explicó en una conferencia cuyo texto fue titulado precisamente La industria cultural, que el espectador termina asumiendo que “la calle parece la continuación del espectáculo que acaba de dejar”. Y reafirma el planteamiento asegurando que “el ideal consiste en que la vida no pueda distinguirse más de los productos de la industria”.
Además, la industria cultural funciona perfectamente en resguardo de los intereses de las clases y poderes dominantes, ya que influye de manera definitiva en la conformación de lugares comunes y formas de pensar que determinan la toma de decisiones de las personas. Lo dice Adorno: “La atrofia de la imaginación y de la espontaneidad del consumidor cultural contemporáneo no tiene necesidad de ser manejada según mecanismos psicológicos. Los productos mismos… paralizan tales facultades mediante su misma constitución objetiva”.
Uno de los símbolos usados por los violentos es una “A” roja, que distingue al videojuego Assassin’s Creed, cuyo héroe usa una vestimenta blanca en la que sobresale una capucha que le cubre el rostro.
Assassin’s Creed cuenta la historia de Desmond Miles como protagonista principal. Miles es el último descendiente de un extenso linaje perteneciente a la milenaria Hermandad de los Asesinos. Pero, a pesar de haber sido educado como uno más de este clan, Miles decide abandonarlo en pos de una vida tranquila y normal como encargado de la barra de un bar.
No obstante, la megacorporación Abstergo Industries, que no es otra cosa que la encarnación moderna de la legendaria Orden de los Caballeros Templarios, conoce el secreto de Miles y lo rapta. El objetivo de Abstergo Industries es obligar a Miles a hacer uso de un dispositivo denominado Animus, el cual le permite tener acceso a sus recuerdos ancestrales a través de su ADN. Con ello, Abstergo pretende desenterrar la localización de unos poderosos artefactos llamados Frutos del Edén, los cuales les otorgarían un poder ilimitado a Miles, con el cual pretende dominar el mundo y cambiar su destino.
LA VENGANZA DE V
Otro símbolo utilizado por los violentos es la máscara que lleva “V”, el personaje central de la película V de Venganza.
Este filme, dirigido por James McTeigue, con guion de los hermanos Wachowski, empieza con una referencia histórica a los hechos ocurridos el 5 de noviembre de 1605, año en el cual se dio “La Conspiración de la Pólvora” como una iniciativa de los ingleses católicos para derrocar y asesinar al rey Jacobo VI y colocar en el trono inglés a un rey católico.
Para alcanzar este propósito, la idea era dinamitar el Parlamento y asesinar al rey inglés en la apertura de dicho edificio. No obstante, la conspiración no logró materializarse, ya que el líder de la iniciativa, Guy Fawkes, fue capturado ese 5 de noviembre en el interior de un túnel con 36 barriles de pólvora.
El protagonista de la película, conocido con el nombre de “V” y quien además usa una máscara con el rostro de Fawkes, va a utilizar este hecho histórico como un simbolismo político para iniciar un proceso de fractura en la Gran Bretaña totalitaria y generar la maduración de las condiciones estructurales para que la ciudadanía, presa del miedo, se rebele desde el ascenso de una dictadura soberana que derroque al régimen.
La misma máscara fue utilizada por la red de piratas electrónicos que hace unos años infectó sistemas de instituciones de varios países. Bajo el nombre genérico de “Anonymous” amenazaban con “apagar” el mundo digital a manera de “terroristas virtuales”.
LOS CABALLEROS DE DIOS
Entre los violentos también está una legión especial, que intenta emular a los caballeros templarios, una de las más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista.
Los caballeros de aquella orden eran reconocidos porque usaban como símbolo una cruz roja sobre su ropa. Libraron batallas en Europa y ayudaron a repoblar zonas conquistadas por los cristianos.
Entre las bandas violentas de hoy, hay quienes llevan cascos como los del rey Leónidas en la película 300, cinta estadounidense épica del año 2007, dirigida por Zack Snyder. Se trata de una adaptación cinematográfica que relata la Batalla de las Termópilas, donde el rey espartano enfrentó al Imperio Persa con apenas 300 hombres y resistió hasta morir.
Los sediciosos de hoy marcan sus escudos con la cruz roja de los templarios, usan las máscara de “V” e intentan emular a héroes épicos. Sin embargo, desvirtúan la imagen legendaria de aquellos personajes cuando incurren en acciones como quemar hospitales, escuelas, e incluso animales y personas vivas.
JUAN RAMÓN LUGO / CIUDAD CCS
FOTO AFP

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