lunes, 24 de noviembre de 2014

Dolor, vergüenza e indignación por la matanza




 
Forum en Línea 302
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Del 16 al 30 de noviembre de 2014
 
 
 
Justicia
Luy / Cartón





Carlos Reyes Romero

Así han calificado diversas personalidades de la vida pública las declaraciones del procurador Jesús Murillo Karam sobre los avances en la investigación del paradero de los 43 normalistas desaparecidos.
Vergüenza e indignación por la cachaza y la indolencia mostrada tanto por el procurador como por el presidente Peña Nieto al dar por cierto que los jóvenes están muertos.




México: Historia de una calle

Luis E. Gutiérrez Poucel

“Casa de 7 millones de dólares”, “Los muertos en Ayotzinapa”, “Un Gobernador dueño de un Banco”, “Quema de la puerta Mariana del Palacio Nacional (patrimonio histórico)”, “Incendios y desmanes en Guerrero”... Ufff que noticias tan tristes. El momento de crisis social tan difícil por el cual estamos atravesando los mexicanos me ha hecho reflexionar sobre quiénes somos como pueblo y nación. El proceso de violencia generado por criminales, narco-funcionarios, maestros disidentes y grupos marginales, es manifestación de la descomposición moral que estamos viviendo por la corrupción e impunidad endémica. No hay nada nuevo, las crisis se han venido gestando desde hace mucho tiempo atrás. Lo preocupante es que nos lleguen todas de repente y sin esperanzas visibles de solución.
Creo que a todos nos resulta más fácil criticar a nuestros gobernantes y autoridades de la situación que criticarnos a nosotros mismos. Los problemas a nivel de país, estado, ciudad, municipio, delegación y de vecindario son tan parecidos que apuntan a una causa común: el origen del problema no son los gobernantes ni las autoridades sino nosotros, sí, nosotros mismos como la materia prima de esta nación. A continuación me gustaría ilustrar mi argumento con la historia de la calle en donde vivo. ¿A ver qué piensan mis dos o tres estimados lectores?




Angélica Rivera, descuidada; Carmen
Aristegui, amarillista; Elisa Alanís, feminista

José Luis Camacho Acevedo

Tres mujeres han estado en el ojo del huracán a raíz del reportaje de la periodista Carmen Aristegui sobre la lujosa casa propiedad de Angélica Rivera, versión cierta que desgraciadamente desde el momento en que tomó lugar en las redes sociales ya nadie cree.
Angélica Rivera, Carmen Aristegui y Elisa Alanís.




Responsabilidad compartida y tranquilidad social

Napoleón Gómez Urrutia / La Jornada

Hoy día México tiene un debate en relación con los problemas derivados de la inseguridad, el desempleo, la pobreza, la desigualdad y la crisis profunda que afecta a grandes grupos de la industria, el campo, los servicios y la población. Los graves cuestionamientos, las dudas generalizadas, la falta de certidumbre respecto del rumbo de la nación, vienen a impactar más el estado de ánimo y el optimismo de los mexicanos. En este momento, y hoy más que nunca, se requiere retomar el rumbo, volver al respeto y la democracia, obligar a que la justicia se aplique objetiva y limpiamente, terminar con la impunidad y la corrupción que tanto daño han hecho a la imagen de nuestro país, dentro y fuera del mismo.
Es necesario hacer un diagnóstico y un análisis profundo del estado que guardan todos los temas que afectan la vida nacional y las relaciones internacionales, para derivar hacia nuevas formas y modelos de producción, crecimiento de la riqueza y distribución. La inequidad, la ambición y la avaricia desenfrenados, la falta de respeto y cumplimiento del estado de derecho, no contribuyen a un cambio para la sobrevivencia, el bienestar o la felicidad de la sociedad.



José Narro Robles el político

Eduardo López Betancourt

Como nunca, nuestra Máxima Casa de Estudios se encuentra gobernada por un hombre 100% político. En efecto, el doctor José Narro Robles, arribó al actual cargo que desempeña, después de una amplia experiencia en el mundo de la política; no olvidemos, se formó al lado de Jorge Carpizo McGregor, y durante el rectorado de este último, Narro se mantuvo bajo la sombra del campechano y lo siguió a todos lugares donde estuvo Carpizo, quien en un sexenio ocupó cuanto puesto gubernamental quiso; verbigracia, fue rector de la UNAM, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, procurador general de República; presidente de la CNDH, secretario de Gobernación, embajador de México en Francia; algo insólito y único.
Narro es un individuo que ha hecho de la UNAM su partido político, desde donde promueve a sus “cuates” para que les adjudiquen empleos públicos de primera línea. Hoy por hoy, los hombres de Narro se ven en todos los ámbitos del poder, lo mismo en el Consejo de la Judicatura Federal, que en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, o en el nuevo Instituto Nacional Electoral; en fin, sería interminable señalar todos los lugares donde ha enviado recomendados Narro, quien hasta se jacta de la forma en que impulsa a sus afectos para la obtención de candidaturas de todo tipo. Hace unos años, a la esposa de Diego Valadés, logró que la Asamblea Legislativa del DF le diera un premio; también subrayó que gracias a él, la Camara de Diputados había entregado a la ministra Olga Sánchez Cordero otro galardón; empero los Sanchez Cordero, en buena medida por Jorge Carpizo, son muy apegados a Narro, al extremo, que uno de ellos es cercano colaborador del rector.



Pensar a la izquierda

Sergio Gómez Montero

En el transcurso de la semana pasada –escribo el 27 de octubre--, en Europa, después de unas declaraciones de Manuel Valls, primer ministro francés, se ha desatado nuevamente la polémica sobre el carácter de la izquierda en la política de la época actual, pues, según Valls, “Hay que terminar con la izquierda del pasado, esa que se amarra a lo antiguo y nostálgico” (comenzando por quitarle a su partido el calificativo de “socialista”) y a cambio de eso hay que pensar en una nueva que, en el presente, ofrezca al electorado ofertas que lo atraigan. Es decir, ya no cambiar el capitalismo, sino dentro de él poder competir en igualdad de condiciones con el resto de partidos políticos inscritos en el marco del parlamentarismo. Quienes no lo acepten, dice Valls, seguramente desaparecerán de dicho espectro político (igual dice, por ejemplo, Kicillof, el ministro de Economía de Argentina: La Jornada 3-XI-14).
Almudena Grandes, otro ejemplo, el domingo avala en El País a plenitud las afirmaciones del primer ministro francés y las hace suyas para aplicarlas a España y, hasta hoy, son realmente muy pocas las opiniones contrarias a las de Valls, provenientes ellas de grupos opuestos a él dentro del Partido Socialista Francés (encabezados por Hollande).



Twitter: @IbarraAguirreEd

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