sábado, 30 de abril de 2016

Los niños y los dulces... ¿Sabes cuál es la dosis recomendada?


María Victoria Rodríguez (Pasante)
Panorama
Agencias.
La mayoría de los niños adoran los dulces. Caramelos, tortas, refrescos, helados y chupetas son los preferidos de muchos. El sabor dulce es el primero que toda persona percibe, pues este se encuentra presente en la leche materna; razón por la cual, a lo largo de la vida, este gusto se asocia a emociones de estabilidad y felicidad.
El azúcar brinda energía a quienes están en edad de crecimiento y esto, en plena etapa de actividades, juegos y desgaste físico, es fundamental; ya que el cerebro y todos los músculos del cuerpo necesitan la glucosa, presente en el azúcar, para funcionar correctamente, pero estos beneficios también pueden aportarlos los carbohidratos.
 
Es importante destacar que todos los azúcares son carbohidratos, pero no todos los carbohidratos son azúcares. La importancia de este compuesto para el organismo radica en que abre el apetito; por esto, puedes prepararles a tus pequeños sus comidas nutritivas del día acompañadas de una merienda dulce, siempre y cuando esta se consuma en pocas cantidades.
Los refrescos no son recomendables, pues son descalcificantes debido a su alto contenido en cafeína y fósforo; aunado a esto, producen cálculos renales. Solo una lata es el equivalente a 4 cucharadas de azúcar. Igualmente, los jugos envasados son perjudiciales.
Según Daniela Carrillo, nutricionista especializada en niños, el azúcar refinada es una droga legal consumida a nivel mundial que ocasiona adicción y desórdenes en los neurotransmisores; es tan adictiva -debido a su alto contenido de dopamina- como la morfina e igualmente causa, en quienes dejan de consumirla, un síndrome de abstinencia que puede prolongarse de 10 a 15 días, o incluso de 3 semanas a 1 mes.
 
Carrillo recomienda sabores dulces más sanos como lo son la miel, el chocolate, la avena, las frutas (como las fresas), el azúcar de coco o suplementos como la Stevia. Asimismo, recuerda que un niño no debiera consumir azúcar hasta luego de haber alcanzado los 2 años de edad pues, antes de esta fase, no cuenta con las enzimas digestivas que le permitan digerir el azúcar.
En caso de que nuestros niños tengan una “fijación” con algún dulce en particular, este debe dársele en cantidades mínimas. Es de gran ayuda, además, no llenar nuestros gabinetes de golosinas. A criterio de Carrillo “los niños de hoy adictos al dulce pueden llegar a ser los diabéticos del mañana. Debemos darles el ejemplo”.
El Instituto Nacional de Nutrición de Venezuela indica que los niños no deben consumir más de 10% de calorías diarias.
 
Si un niño, desde pequeño, no come dulce su cuerpo no se lo pedirá; no le hará falta. Debemos, entonces, suplir el azúcar, aprovechando el grupo de carbohidratos salados (o complejos); tales como el arroz, la pasta y los almidones, que también contribuyen al correcto desarrollo de todos los músculos, del hígado y del cerebro, pero de una forma más sana.
No es del todo cierto que los colorantes artificiales incrementan lahiperactividad. Según Carrillo, los colorantes son solo químicos, pero lo que realmente aumenta el estado de hiperactividad en un niño es el exceso de azúcar que consuma. Mientras menos moléculas de azúcares posea un alimento, más rápido lo digiere el organismo.

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