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“Rinconcito”, como solían llamar vecinos al anciano de 80 años, Teofilo Rincón, asesinado ayer por dos asaltantes dentro de su casa en el barrio Raúl Leoni deMaracaibo, tenía más voluntad que un muchacho de 18 y desde las 5:30 de la mañana salía de su residencia con escoba y pala en mano para barrer cinco locales comerciales.
Era su rutina luego de que lo jubilaran de la alcaldía deMaracaibo donde trabajó como obrero. Residía con su yerno, Fernando Urdaneta, un chofer de los buses de la ruta Circunvalación 3. Este fue quien lo halló sin vida en uno de los dos cuartos de la casa. Estaba atado de manos y pies, boca abajo. Con su cabeza cubierto con una sábana y una tela amarrada en la boca, como para que no gritara. El abuelo había superado el mal del Chikyngunya pero lo mató el hampa, dijo una mujer como de 70 años que de vez en cuando lo alimentaba.
Era su rutina luego de que lo jubilaran de la alcaldía deMaracaibo donde trabajó como obrero. Residía con su yerno, Fernando Urdaneta, un chofer de los buses de la ruta Circunvalación 3. Este fue quien lo halló sin vida en uno de los dos cuartos de la casa. Estaba atado de manos y pies, boca abajo. Con su cabeza cubierto con una sábana y una tela amarrada en la boca, como para que no gritara. El abuelo había superado el mal del Chikyngunya pero lo mató el hampa, dijo una mujer como de 70 años que de vez en cuando lo alimentaba.
Un vecino, exfuncionario de la PDM y quien lo vio ya cadáver, comentó a NAD que quienes lo sometieron al parecer lo golpearon para que dijera dónde guardaba las cosas de valor como el dinero. En su cuerpo se le notaron algunos moretones producto del castigo que le propinaron. Según los investigadores del CICPC, el anciano murió asfixiado.
Testigos dijeron haberlo visto salir de su residencia al mediodía a una casa de alimentación del gobierno bolivariano, ubicada en la calle 97 con avenida 101, a pocos metros de donde “Rinconcito” habitaba. De allí salió con un poco de yuca y se la dio a una vecina. Esta dijo que le dio lentejas y carne para el almuerzo pero los delincuentes no se la dejaron comer.
Presumen que lo mataron pasado el mediodía. Una adolescente aseguró que lo vio salir de su casa a las 2:00 de la tarde y que a las 3:00 de la tarde lo llamaron a su vivienda y no atendió. Lo mismo hizo su yerno cuando llegó del trabajo a las 7:00 de la noche pero al notar que no respondía entró y lo encontró sin vida. Los cuartos estaban destrozados y se presume que los asesinos buscaban dinero. Teofilo Rincón guardaba lo poco que le daban en las panaderías, la licorería y el electroauto donde barría. Además de esas labores hacía trabajos de jardinería. Uno de sus parientes dijo que “Rinconcito” tenía de 5 a 10 mil bolívares escondidos en un lugar de su casa y este dinero habría caído en manos de los delincuentes.
Los investigadores creen que los homicidas del abuelo residen por ese mismo sector. Estarían cazando a Rincón para metérsele. Al parecer lo hicieron por la puerta trasera de la casa en un descuido del anciano. Durante casi 50 años Teofilo vivió en su residencia de Raúl Leoni y tuvo un hijo, una hija y cuatro nietos. No era la primera vez que se le habían metido para robarlo, pero en las otras oportunidades fue objeto de hurtos menores. Esta vez, cayó en manos de degenerados que no tuvieron compasión pese a su avanzada edad.
El jefe del Eje de Investigaciones de Homicidios del CICPC-Zulia, inspector jefe Wilmer Rodríguez, se mostró indignado por ese crimen y juró no descansar hasta dar con los criminales.
Fotos: Rafael Bastidas
Noticia al Día




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