lunes, 28 de marzo de 2016

Madre de quemado en La Pionera: “A mi hijo lo obligaron a tragar gasolina”


Otto Rojas
Panorama
Ingrid Contreras
El ataúd siempre permaneció sellado, jamás lo abrieron. El cuerpo de Jairo David Portillo (22) quedó carbonizado. Las heridas que le causaron el grupo de hombres que lo quemó vivo impidieron a su familia velarlo con el féretro abierto. Para recordarlo, se resignaron a pegar una foto de él sobre la tapa de madera de la urna. “Toda la piel quedó achicharrada, perdió  hasta sus orejas”, dijo el hermano.
El muchacho fue salvajemente golpeado junto a sus amigos, José Gregorio Mercado, de 27 años, y Juan Caballero, de 19 años. Éste último es el único sobreviviente, pero en estado grave.
Además de atacarlos con palos, tubos y bates, también los encerraron en la garita de vigilancia de la urbanización La Pionera y les prendieron fuego. Ocurrió a la medianoche del Viernes Santo.
Los tres jóvenes caminaron hasta sus casas ubicadas a un kilómetro del lugar del hecho para pedir ayuda. 
“Mi hijo no era delincuente. Trabajaba en un supermercado de La Limpia como personal de mantenimiento”.  
María Pineda. Madre de Jairo David Portillo (22).
“A mi hijo lo obligaron a tragar gasolina para que se incendiara más rápido. Lo que le hicieron fue un acto salvaje que no se merece ningún ser humano. La lengua le quedó negra”, contó, llorando, la madre, María Pineda, durante el velorio realizado en la sala de su casa, en el barrio La Montañita.
“¡Gracias a Dios que me dejó despedir de mi madre!”, le exclamó Jairo a su mamá cuando le tocó la ventana de su vivienda en busca de auxilio.
“Mi hijo pasó dos horas sentado en una silla plástica esperando que lo lleváramos a un hospital. Pasó una patrulla de la policía y no me hizo caso”, dijo la adolorida mujer.
El cadáver de José Mercado fue llevado a la casa de sus padres en el sector El Llano, de Machiques de Perijá, para el sepelio.
Sobre el estado de salud de Juan Caballero,  la madre informó, ayer, que el muchacho está respondiendo al tratamiento, pero el estado de salud es bastante delicado. “Aún no puede hablar. Tiene 80%  de quemaduras de segundo y tercer grado”, comentó, angustiada, la progenitora, quien llegó el sábado a Maracaibo del departamento de Magdalena, en Colombia, donde reside.
“Queremos que se haga justicia, pedimos que se investigue y a la policía que actúe debidamente”,  dijo María Pineda a PANORAMA.
El Cicpc-Zulia citó a varios vecinos de la urbanización La Pionera a rendir declaraciones. “Residentes de ese sector participaron en los ataques y homicidios”, dijo un vocero.

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