EPALE 213 PARA VIVIRPOR VÍCTOR VILLASMIL • VICTORVILLASMIL@OUTLOOK.COM
Los seres humanos no somos iguales. Existen personas buenas y existen personas malas, pero también como organismos tenemos una individualidad bioquímica, cualidades innatas que hacen que reaccionemos distinto a los alimentos y a su metabolismo.
Unos pocos tienen metabolismo acelerado, metabolizan y necesitan más los carbohidratos, no engordan; mientras que el resto tiene un metabolismo lento, metabolizan menos los carbohidratos y engordan fácilmente. Unos organismos reaccionan más a los alimentos agresores, creando alergias o enfermando, mientras que otros son más resistentes. Del mismo modo, unos son más voluminosos que otros y necesitan más cantidad de agua para estar hidratados.
Pero existe una diferencia poco conocida, determinada por nuestro sistema nervioso autónomo. Este es una red nerviosa que va desde el encéfalo, por la médula espinal, al cuerpo y su objetivo es manejar las comunicaciones cerebrales y controlar nuestras acciones involuntarias. Se divide en sistema simpático y sistema parasimpático. El sistema nervioso simpático está orientado a la acción y a la defensa, nos prepara para huir o pelear, mientras que el sistema nervioso parasimpático está orientado a la digestión y al descanso.
Sucede que entre los seres humanos, así como unos son zurdos o derechos, unos tienden a tener un sistema autónomo donde prevalece el simpático y otros donde lo hace el parasimpático. ¿Resultado? Algunos individuos tienen un organismo activo o excitado que tiende a la acción, mientras que otros tienen un organismo calmado o pasivo que tiende al descanso. Es como si unos funcionaran con gasolina y otros con gasoil.
¿Consecuencias? Los excitados, o los que tienden al Simpático, tienen un pH ácido, por eso le hacen daño las carnes rojas y grasas saturadas, ya que lo aceleran y acidifican más. Por esto deben comerlas menos y, a la vez, consumir más vegetales para alcalinizar su cuerpo. Los que tienen un organismo pasivo, o que tienden al Parasimpático, tienden a engordar más, a tener la tensión baja y un pH alcalino, por lo que más bien deben consumir más carnes rojas y grasas, ya que necesitan más aceleración.
A ambos les hace daño el exceso de carbohidratos, pero cuando el sistema nervioso se les altera por la mala alimentación, comienzan a padecer de enfermedades como diabetes, obesidad, cáncer, hipertensión y hongos, esto por la acidificación. La buena noticia es que, restaurando el metabolismo, esta acidificación se puede corregir y, por ende, curar todas las enfermedades consecuentes.
EPALEN213_19.indd