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SAO PAULO, 1 Jul 2017 (AFP) - Miles de manifestantes montaron barricadas y paralizaron diversos sectores de la economía este viernes durante una protesta contra el ajuste del presidente brasileño Michel Temer, que esta semana se convirtió en el primer mandatario en funciones en ser denunciado por corrupción.
La medida de fuerza fue debilitada por la negativa del servicio de transporte público de Sao Paulo para sumarse y no logró repetir el impacto que tuvo la huelga general el pasado 28 de abril.
Por la noche se registraron algunos incidentes entre fuerzas de seguridad y manifestantes en Rio de Janeiro, que incluyó la quema de residuos en la vía pública y la intervención del cuerpo de bomberos, aunque la jornada se desarrolló mayormente en forma pacífica.
Más temprano, la policía de Sao Paulo dispersó con bombas de estruendo a grupos que obstaculizaban calles y también se registraron bloqueos en el acceso del aeropuerto paulista de Congonhas y el internacional de Rio.
En Brasilia la paralización de los transportes públicos fue total, pero no hubo movilizaciones de magnitud.
"La evaluación del día es positiva. Sectores importantes paralizaron sus actividades, servidores públicos, bancario, químicos, metalúrgicos (...) Toda esa movilización es para mostrar que la población está contra las reformas de Temer", dijo Douglas Izzo, dirigente de la Central Única de Trabajadores (CUT) de Sao Paulo.
La central calculó que unas 40.000 personas se congregaron en la capital económica del país para reclamar contra la flexibilización laboral -que debe ser votada próximamente en el Senado- y la reforma de las jubilaciones.
"Estamos resistiendo con fuerza, garra y lucha. Los convoco a ir a Brasilia el día de la votación", dijo Vagner Freitas, presidente de la CUT en el discurso de cierre del acto principal.
Un aliento en la tormenta
Este mismo viernes, el ente de estadísticas IBGE informó que el desempleo cayó y que el total de desocupados había pasado de 14 millones a 13,8 millones en mayo.
Temer divulgó un mensaje para defender las reformas.
"La nueva ley laboral va a ayudar a las empresas a abrir nuevos puestos de trabajo. Esa es mi mayor preocupación, generar oportunidades para los millones de brasileños que están desempleados, víctimas de desajustes anteriores. Observo que hubo creación de empleos en tres de los primeros meses de este año (...) La generación de trabajos ya es positiva en 2017", dijo en un video divulgado por las redes sociales.
Aunque los analistas afirman que aún es pronto para hablar de tendencia, el dato refuerza los argumentos del gobierno para proseguir con su agenda económica que busca sacar al país de la peor recesión de su historia, con una caída del PIB de 3,8% en 2015 y de 3,6% en 2016.
"De la forma en que está queriendo ser impuesta la reforma es totalmente absurda porque va a precarizar el trabajo", afirmó a la AFP William Vieira, un estudiante de ciencias sociales de 21 años, que protestaba en Sao Paulo.
El conservador Temer, que asumió el cargo en 2016 tras la destitución de la izquierdista Dilma Rousseff, tiene una popularidad de apenas 7% y su acción está en gran medida enfocada a sobrevivir a los escándalos que amenazan su mandato.
La denuncia
La Cámara de Diputados recibió el jueves la denuncia por corrupción pasiva que la Fiscalía General presentó contra el presidente, y ahora la defensa de Temer tiene 10 sesiones para presentar sus argumentos.
La Cámara debe determinar si el Supremo Tribunal Federal (STF) puede abrir un proceso contra el mandatario, el primero de la historia de Brasil en ser denunciado por un delito común durante el ejercicio de su mandato.
El oficialismo cuenta con una holgada mayoría en la Cámara baja, donde decenas de legisladores están siendo investigados por corrupción, y Temer confía en evitar que 342 diputados (dos tercios de los 513 escaños) voten a favor de la apertura del proceso.
"Es un momento delicado, grave, que exige responsabilidad, distancia e independencia", dijo Rodrigo Pacheco, presidente de la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara (CCJ), que analizará la denuncia antes de someterla al plenario.
La fiscalía acusó a Temer de recibir un soborno de 500.000 reales (150.000 dólares) de JBS, la mayor procesadora de carne del mundo. La policía fotografió a Rodrigo Rocha Loures, exdiputado y uno de sus asesores más cercanos, recibiendo una maleta con el dinero y lo arrestó.
Janot afirma que ese dinero estaba destinado a Temer, aunque el presidente lo niega categóricamente.
Loures fue liberado esta noche, aunque seguirá vigilado con una tobillera electrónica y no podrá salir del país.
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