La ruta del asedio contra Venezuela inicia en Estados Unidos y deja al relieve actores claros y claves, quienes de manera abierta y tras bastidores articulan influencias que en las calles venezolanas dejan saldos fatales.
Según el Miami Herald, Donald Trump ha lidiado con una inconsistente política exterior a cargo de los personeros burócratas del Departamento de Estado de Estados Unidos (EEUU), aunque en esta instancia haya puesto al mando a Rex Tillerson, hasta hace poco el máximo jefe de ExxonMobil, principal transnacional petrolera norteamericana alineada contra Venezuela.
Para este medio del estado de Florida, el "vacío" en el Departamento de Estado ha sido llenado por el liderazgo de un senador, lobbysta de los intereses de la diáspora cubana en EEUU, Marco Rubio, quien también es el principal promotor de la injerencia contra Venezuela en el Senado de EEUU. El Herald coloca textualmente a Marco Rubio como principal articulador de la política exterior estadounidense hacia América Latina, concretamente hacia países claves, como los que integran el eje de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA-TCP), y con especial énfasis, Cuba y Venezuela.
Marco Rubio: perfil y relaciones
Marco Rubio es señalado desde diversos medios estadounidenses, como The Washington Post, de provenir de una familia de relaciones turbias. Su cuñado y hoy miembro de su equipo político, Orlando Cicilia, fue un afamado y conspicuo operador del narcotráfico en Miami, acusado de asesinar a un agente de la DEA y apresado a finales de los años 80. Fue condenado a más de 35 años de cárcel. Pero Cicilia cumplió apenas poco más de 12 años, salió en libertad plena justo cuando Marco Rubio ascendió como representante al Congreso de los Estados Unidos en el año 2000.
Orlando Cicilia salió de la cárcel apenas cuatro días después de que Rubio tomara el cargo de diputado. Mientras tanto el antiguo jefe de Orlando, un capo de mayor envergadura llamado Mario Tabraue, sobre quien pesaba una pena de 100 años de cárcel por sus delitos, salió de prisión en el año 2003, con apenas 15 años de pena cumplida.
En ambos casos, Marco Rubio ha sido señalado de traficar influencias y presionar por "favores" judiciales a favor de los aparentes "benefactores" de su familia, que se acaudaló a partir de negocios en el ámbito de la comunidad cubana en Miami, donde los Rubio han sido sumamente influyentes.
Rubio se articuló en su ascenso político con Ileana Ros-Lehtinen, agente de los intereses contrarrevolucionarios cubanos y también del lobby sionista pro-israelí. Como buen hijo del ala dura republicana, creció políticamente en ese entorno y consolidó su liderazgo desde esa línea. Donde no faltaron los negocios oscuros, el narcotráfico y la proliferación de sujetos criminales con pies en la política.
Articulaciones hacia Venezuela
Desde 2014 Marco Rubio ya era lo bastante sobresaliente en su posición con respecto a Venezuela. Ese año hizo contacto público con María Corina Machado en el evento "América Latina: La libertad es el futuro", donde casi exclusivamente se habló de Venezuela. La Machado se alinea entonces con quien sería designado luego como un agente político de la intervención y desde ese punto las relaciones de Rubio con agentes del antichavismo en Venezuela se han diversificado.
Como bien señala el Miami Herald, Rubio ha sido el principal promotor de la presencia de Lilian Tintori en la Casa Blanca, justo antes de que se emprendiera un ciclo violento antichavista en Venezuela que hoy sigue en curso. Fue también co-autor de la política emprendida por Trump y que se basa en desmantelar la política de Barack Obama hacia Cuba, que había tardado años en emprenderse luego de la franca oposición de la diáspora cubana y sectores del Partido Republicano en Florida.
Según el abogado internacional de derechos humanos Jared Genser, consultado por el este medio, Marco Rubio fue el responsable de que Trump actuara contra el vicepresidente Tareck El Aissami, generando un conjunto de sanciones y señalamientos infames contra el segundo en la línea del Poder Ejecutivo venezolano, en febrero de este año. También fue articulador y responsable de sanciones que el Gobierno estadounidense impuso contra los Magistrados de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela en mayo de este año.
En el mapa de injerencia contra Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA), Rubio también fue un actor clave, incluso fijando posiciones públicas, como la franca amenaza que hizo a El Salvador, Haití y República Dominicana, al señalar que estos países serían excluidos de la ayuda norteamericana en la lucha contra el narcotráfico, por apoyar la posición de Venezuela en esa organización.
Nuevo financiamiento para patrocinar la violencia antichavista en Venezuela
El medio norteamericano Sunshine State News ha reseñado una ponencia de Marco Rubio en un foro del Instutito Americano de la Empresa sobre "el crimen organizado en Latinoamérica", un poderoso grupo de asesores de grandes empresas que sirve de plataforma para actores como Roger Noriega y Luis Almagro. En ella el senador reseña las gestiones que está haciendo para financiar las actividades de "lucha y resistencia" que ha emprendido el antichavismo venezolano y que a la fecha cuenta con un saldo de más de 80 víctimas fatales.
Rubio habla de escalar la presión: "En Venezuela, los chavistas y los que están en el poder son el problema raíz. Y espero que podamos crear presión internacional en todos los foros posibles, incluyendo la OEA y las Naciones Unidas. Además de aumentar las sanciones a cualquiera en Venezuela que oprima al pueblo".
Al referirse a los nuevos apoyos a la oposición venezolana, Rubio dice hacer gestiones para alentar "al pueblo venezolano en su lucha por la libertad". Ha dicho además: "Por eso, como miembro del Senado, estoy pidiendo fondos para programas de promoción de la democracia. Y esperemos que para los fondos de transición para que cuando Maduro y sus compinches sean removidos, habrá fondos disponibles para ayudar a Venezuela…". Es decir, más financiamiento y recursos para la violencia armada que azota a Venezuela actualmente, expresa en saqueos, destrucción de ciudadades y asesinatos de civiles y efectivos de seguridad, como ha ocurrido esta semana en estados como Aragua, Maracaibo, Anzoátegui y Lara.
En esa misma línea, la embajadora estadounidense ante la ONU Nikki Haley declaró recientemente un glosario de tiranización del Gobierno venezolano, revitalizando la matriz de la actuación contra Venezuela, para salvar al pueblo: "Tenemos que mantener la presión sobre Maduro, hay señales de que ahora va a empezar a usar su poder militar y armas, y lo que vemos en la televisión es en realidad mucho peor. Es una situación terrible, por lo que tenemos que poner tanta presión como podamos sobre Maduro".
El ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, afirmó este jueves tras reunirse con su homólogo de EEUU, Rex Tillerson: "Hay que seguir aumentando la presión para que Venezuela vuelva a ser una democracia, se libere a los presos políticos y haya elecciones de verdad, libres, universales y secretas", dijo Dastis a los periodistas a las puertas del Departamento de Estado, tras su encuentro con Tillerson.
Hemos de suponer entonces el advenimiento, en muy breve tiempo, de nuevos paquetes de sanciones contra Venezuela y contra la dirigencia en el Gobierno, así como también el fortalecimiento del apoyo a las actividades terroristas y el empleo de la violencia armada dosificada en las calles venezolanas por parte de la gendarmería antichavista del caos.
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